Este artículo se publicó hace 7 años.
El Gobierno admite que ha revisado los protocolos de identificación de llamadas tras la broma que se tragó Cospedal
En respuesta a una pregunta parlamentaria del grupo Unidos Podemos en el Senado el Ejecutivo, lejos de la autocrítica, remarca que el fallo de seguridad que permitió a un cómico ruso hacer creer a la ministra de Defensa que Carles Puigdemont era un espía de Moscú fue un "acto malintencionado". Sólo afirma que ha "revisado" los procedimientos.
Madrid--Actualizado a
Sin atisbo de autocrítica, el Gobierno de Mariano Rajoy reconoce que ha "revisado" los procedimientos de identificación de llamadas telefónicas, después de que dos cómicos rusos hicieran creer a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, de que el president de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, era en realidad un espía de Moscú -y respondía al nombre de Cipollino-.
El Gobierno no reconoce explícitamente el fallo, sino que pone el foco en las "circunstancias concretas" en las que se produjo, y habla de "actos malintencionados"
En apenas seis líneas, y en respuesta a una pregunta del senador Óscar Guardingo, del grupo confederal Unidos Podemos- En Comú Podem- En Marea, el Ejecutivo pone el foco en los "actos malintencionados", como califica esta broma telefónica, que "sirven para depurar los propios procedimientos, que ya han sido revisados para que actuaciones como estas no se vuelvan a producir".
El Ejecutivo no reconoce explícitamente el fallo, sino que pone el foco en las "circunstancias concretas" en las que este error tuvo lugar. Sobre la actualización de estos procedimientos, sólo afirma que ya han sido "revisados", sin dar más detalles.
En su misiva, registrada el 4 de diciembre, el Gobierno recuerda también que el Ministerio de Defensa "dispone de procedimientos internos para la intercomunicación telefónica de autoridades del Departamento con sus homólogos de otros países", si bien estos procedimientos no impidieron que el supuesto Ministro de Defensa de Letonia -como se identificó uno de los humoristas- conversara con la propia ministra.
Por su parte, desde Unidos Podemos critican la calidad de la respuesta; consideran que el Gobierno evita reconocer explícitamente lo que es una obviedad- "Que algo falló".-, y apuntan que es difícil justificar que la ministra llegara a pensar que Puigdemont era en realidad un agente ruso.
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