El armisticio que han firmado Pedro Sánchez y Susana Díaz de cara al congreso federal del PSOE de este fin de semana tiene un marco muy acotado: la nueva ejecutiva. Sin embargo, susanistas y sanchistas andaluces van a pelear por ocupar los puestos en el comité federal, máximo órgano de decisión entre congresos, porque aquellos que ocupen un sillón en este órgano estatal serán miembros natos (con voz pero sin voto) en su homólogo andaluz, el comité director del PSOE regional.
A los sanchistas andaluces les interesa ocupar puestos en el federal para luego tener peso en los órganos de decisión del PSOE-A, donde los afines a Susana Díaz son mayoría. Por eso acuden a Madrid, donde son más fuertes, con intención de pactar con los susanistas un doble reparto de puestos, en el federal y en el regional. Dicho de otro modo: los sanchistas quieren usar la puerta del comité federal para entrar en el comité director y asentarse como sector crítico en el máximo órgano de decisión entre congresos del PSOE de Susana Díaz.
Al PSOE andaluz, que cuenta con más de 45.500 afiliados, le corresponden entre 35 y 38 miembros en el comité federal, aparte de los representantes natos, como la propia Díaz. La pelea del sábado por la noche estará en ver cuántos de esos 35 o 38 son susanistas, cuántos sanchistas y cuántos patxistas. Es una pelea menor en el contexto del comité federal, porque 38 de 300 miembros no es una cifra muy significativa, pero en Andalucía ya está siendo motivo de tensas negociaciones, porque los susanistas perciben a las claras el intento de los críticos de ganar terreno en sus órganos de dirección.
La mitad de los representantes andaluces del comité federal se puede elegir el sábado en Madrid y la otra mitad saldrá del congreso regional del PSOE-A a final de julio. Pero eso no es lo que quieren los próximos a Pedro Sánchez, porque una vez fuera del cónclave federal, saben que Díaz ostenta todo el poder y no les cederá su espacio, el que creen que les corresponde de acuerdo al resultado de las primarias (un 40%). “Ya nos han vetado en el pasado, queremos garantizarnos el puesto en el congreso federal, donde somos más fuertes”, dice un distinguido sanchista sevillano.
Su opción pasa por negociar el mismo sábado la representación completa de andaluces en el comité federal, con un reparto que respete el resultado de las primarias en Andalucía, y que luego se traduzca el equivalente en el comité director. Así, por cada dos miembros afines a Díaz, habría uno de Sánchez, y luego una parte residual para los que votaron a Patxi López.
El propio Pedro Sánchez está muy pendiente de esta pelea soterrada en clave andaluza. Por mucha unidad que haya ahora en torno a su figura, y por mucho que la nueva ejecutiva sea de su total confianza, en cuanto el nuevo PSOE eche a rodar será “un organismo vivo”. Sánchez ha pedido a los suyos que controlen hasta dónde avanzan los susanistas dentro del comité federal, porque no quiere verse de nuevo en una situación similar a la vivida el pasado 1 de octubre, cuando la mayoría de miembros de este órgano votó en contra suya y terminó forzando su dimisión. “Pedro está moviendo hilos para tener una mayoría más amplia en el comité federal”, dice uno de sus asesores en Andalucía, “el objetivo es blindarse de otro posible 1 de octubre”.
Susana Díaz prometió que no se metería en la composición de la ejecutiva federal si el madrileño no maniobraba más tarde para incluir a los suyos en la dirección andaluza que salga del próximo congreso regional. En efecto, Sánchez ha nombrado libremente a los miembros de su nueva dirección sin que Díaz ni ningún miembro del poderoso PSOE-A haya levantado la mano para exigir la cuota andaluza. El secretario general ha diseñado una ejecutiva amplia, pasando de 38 miembros a casi 50, “para buscar equilibrios territoriales”, integrar a dirigentes de otras corrientes, como Patxi López y Guillermo Fernández Vara, y en definitiva “para contentar a todo el mundo”, confirman fuentes de su entorno. “Habrá bastantes andaluces en la ejecutiva, pero ninguno será susanista, todos serán 100% sanchistas”, explican estas fuentes.
El armisticio termina en la ejecutiva, pero el PSOE andaluz quiere hacer valer su peso en los otros órganos de representación, principalmente en el comité federal, máximo órgano de decisión entre congresos. Aquí habrá unas 300 personas, incluidos miembros natos como los barones territoriales. La composición se decidirá el sábado noche y ahí sí se prevén tensiones internas. Ambas corrientes van a buscar un acuerdo, una lista de integración, pero si no lo hay, los estatutos del PSOE permiten que cada corriente presente su lista de miembros y si superan el 20% de los votos entrarían ambas candidaturas con una representación proporcional a lo que hayan obtenido.
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