En la recta final de las jornadas Puig Antich. El compromís vigent 1974-2024, la antigua cárcel Model de Barcelona ha abierto las puertas por quinta tarde consecutiva para acoger una mesa redonda sobre la necesidad de obtener justicia y reparación para el militante antifascista Salvador Puig Antich, acusado de matar al policía Francisco Anguas y condenado a morir en el garrote vil la mañana del 2 de marzo de 1974.

Este miércoles, las voces que han resonado en la tercera galería de la Model han sido las de Francesc Caminal, uno de los abogados que defendió a Puig Antich; Olga de la Cruz, penalista; Xavier Arbós, catedrático en Derecho Constitucional; Sebastià Martínez Ramos, el letrado de la familia Puig Antich; y la abogada del Centre de Defensa pels Drets Humans Irídia, Sònia Olivella.

El primero en intervenir y hacer un repaso de los hechos sucedidos el día que detuvieron a Puig Antich, el 25 de septiembre de 1973, ha sido Francesc Caminal: "Salvador, detenido y con el cráneo abierto ―había recibido 7 golpes de culata―, entra forcejeando con los policías en el portal de la calle Girona 70 de Barcelona y empiezan los impactos. ¿Quién ha disparado? ¿Dónde? Todo esto no se sabe y no se sabrá".

Según el abogado, que trabajó hace 50 años con el ya fallecido Oriol Arau para liberar a Puig Antich, "las vainas, las balas y las pistolas" quedaron bajo la custodia de la brigada policial de Via Laietana y jamás se pusieron a disposición de la justicia. "¿En todo este tiempo, alguien ha dado una explicación de esto? ¿El Estado ha pedido perdón? Exijo que lo haga, y cuanto antes, mejor", ha sentenciado.

Verdad, justicia y reparación

"El cadáver de Anguas fue enviado a comisaria y los forenses dijeron que el cuerpo tenía tres impactos que podían pertenecer al mismo proyectil. Fíjense cómo lo dicen, 'podían'. Esto comprometía la neutralidad que debía tener el estudio. El dictamen del forense entraba en contradicción con los médicos que reconocieron el cadáver. Según ellos, había más de cinco impactos", ha continuado Caminal.

En esta misma línea, Sebastià Martínez Ramos y Olga de la Cruz, abogados que presentaron en 2002 el segundo recurso ante la sala militar del Tribunal Supremo contra la sentencia de muerte del revolucionario, han admitido fue un proceso complejo y "antipático" para el poder judicial, porque supone "reconocer que la justicia no es infalible". 

Por su parte, Martínez ha pedido a la Fiscalía reabrir el caso de Puig Antich a raíz de la aplicación de la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2022: "Si este país quiere evolucionar judicialmente, están obligados. Estamos en 2024, ya han obtenido lo que querían. La mayoría de las personas que cometieron crímenes durante el franquismo están muertas o tienen 80 años". La convicción del letrado es clara: "España necesita que esta guerra civil fratricida se entierre de verdad".

Finalmente, la abogada de Irídia Sònia Olivella ha asegurado que no solo se debe aplicar esta ley para reparar a las personas que están vivas, sino que se debe hacer memoria para obtener "verdad, justicia y garantías de nueva petición para tener una sociedad mejor", que "es por lo que luchaba Salvador y todos los represaliados".

La persistencia de la pena de muerte en el mundo

Los ponentes también han reflexionado en torno a la persistencia de la pena de muerte, aún permitida en 55 países según los datos de 2022 de Amnistía Internacional. En la última intervención, el catedrático de Derecho Xavier Arbós ha apelado a su voluntad de "eliminar de las cabezas la asociación entre justicia y crimen legal".

En los últimos minutos antes de concluir la jornada, desde la misma galería de la Model, el pianista Albert Marquès y su banda han conectado con el activista afroamericano Keith LaMar, quien, desde hace 30 años, espera en el corredor de la muerte de Ohio la hora de su ejecución. Separados por miles de kilómetros, ambos han interpretado juntos y en directo distintas piezas del proyecto Freedom First.

El ciclo de las jornadas Puig Antich. El compromís vigent 1974-2024 terminará este jueves, con la proyección de la película Salvador (Puig Antich), de Manuel Huerga, y con una conversación que girará alrededor del cine como herramienta de recuperación de la memoria.