Europa habla de paz pero se prepara para la guerra: la lluvia de millones en armamento ascendió un 20% en un año
Una investigación del Centro Delàs con la colaboración de la Red Europea Contra el Comercio de Armas (ENAAT) advierte sobre la escalada militarista en el continente y subraya el peso de los 'lobbies' ligados a fabricantes de material bélico.
Bilbao--Actualizado a
Paz y amor en los discursos, guerra y pólvora en los presupuestos. Más allá de las palabras y de las promesas, la política de los países de Europa que forman parte de la OTAN se encamina hacia una escalada armamentística que se traduce, a su vez, en toneladas de millones de euros que alimentan a las grandes industrias del sector bélico.
Con el ordenador portátil a mano y un documento de Excel que arroja cifras elocuentes, Jordi Calvo, investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz, pone sobre la mesa una duda que estremece. "Están preparando a Europa para un escenario bélico de tal magnitud que nos hace preguntarnos si en realidad la decisión ya está tomada y nos están llevando a ello", afirma.
Calvo es uno de los autores del informe que acaba de publicar el Centro Delàs en colaboración con la Red Europea Contra el Comercio de Armas (ENAAT) y en el que se analiza la creciente militarización de Europa. La conclusión es clara: por mucho que los líderes europeos lancen suspiros por la paz, lo que las cifras enseñan es que cada vez hay más dinero para la guerra.
El documento subraya que se trata de un proceso que no empezó con la guerra de Ucrania ni tampoco acabará cuando ese conflicto termine.
No en vano, los investigadores apuntan que se trata de "un proceso en el que han tenido un rol especialmente protagonista la industria militar y los lobbies armamentísticos, quienes han promovido la construcción de una Europa de la Defensa basada en la inyección de fondos para el desarrollo y venta de armamento".
Los números hablan por sí solos. El presupuesto comunitario en seguridad y defensa "se ha triplicado desde los 6.500 millones de euros de 2007 hasta los 19.500 millones del actual programa marco 2021-2027". Todo ello "sin contar los sucesivos aumentos al amparo de la guerra en Ucrania, como los del Fondo Europeo de Paz destinados a dar apoyo militar a Ucrania, que ya ha alcanzado en septiembre de 2024 los 39.000 millones de euros".
El informe subraya que el presupuesto militar europeo alcanzó
cifras récord en 2023, cuando llegó a los 289.300 millones de euros. Ese importe, señalan los autores del estudio, supuso un aumento del 21,3% respecto a 2022.
Los datos son aún más elocuentes cuando se comparan con otras potencias. Si se añaden las cifras de Reino Unido y Noruega –países no comunitarios que forman parte de la OTAN–, el gasto militar europeo de la alianza alcanzó en 2023 los 366.623 millones de euros, "el segundo mayor del mundo detrás de EEUU, superior al de China y que multiplica por tres el gasto militar ruso", según datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
Europa se consolida además como el segundo exportador mundial de armas después de Estados Unidos. De acuerdo a datos del SIPRI, España figura como el octavo vendedor mundial de armamento al calor, principalmente, de los negocios alcanzados con Arabia Saudí.
"Histeria colectiva"
En el informe publicado por el Centro Delàs, el investigador Pere Ortega destaca que "tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, una histeria colectiva se ha instalado en las mentes de los gobernantes de la Unión Europea, quiénes, con escasísimas excepciones, opinan que Vladimir Putin no tiene suficiente con haber atacado Ucrania e invadirá algún otro país europeo".
El experto destaca que "ante ello, los líderes europeos se han comprometido a invertir más en defensa" bajo el argumento de que ello conducirá a dar "más seguridad, más paz y más libertad a Europa". A criterio de Ortega, esas declaraciones buscan "justificar el inmenso gasto militar que han desencadenado en sus países".
"Un rearme generalizado que convierte la economía de los países de la UE en economía de guerra. Quizás para algunos una exageración, pues aducirán que no toda la economía está al servicio de la guerra, pero el hecho es que el armamentismo se ha convertido en una prioridad de la política europea", advierte el investigador.
El estudio publicado por el Centro Delàs pone también el foco en el "proactivo rol de la industria militar". Entre otros hitos, la investigación señala que en 2015 la Comisión Europea creó el Grupo de Alto Nivel de Personalidades en Investigación de Defensa con 16 miembros, "nueve de los cuales representaban a la industria militar".
"No fue ninguna sorpresa que sus conclusiones apuntaran a reforzar la posición militar general de Europa", señala Calvo. Cuatro años después, la Comisión Europea creó la Dirección General de Defensa e Industria Espacial para apoyar a la industria militar europea.
El experto del Centro Delàs destaca que esta "enorme implicación y el impacto de las industrias armamentísticas europeas ha sido fruto de una inversión" por parte de las principales empresas de ese sector en Europa, entre las que se encuentran BAE Systems, Airbus, Thales, Leonardo, Rolls Royce, Naval Group, Rheinmentall, MBDA o Safran, entre otras.
"Solo en 2020 sabemos que destinaron más de cinco millones de euros a 49 lobistas de la industria armamentística, que mantuvieron 327 reuniones con instituciones europeas sobre esta materia", indica Calvo.
Más armas, más riesgos
Wendela de Vries, investigadora holandesa e integrante de la Red Europea contra el Comercio de Armas, subraya por su parte que "la abundante disponibilidad de armas en una situación de conflicto aumenta el riesgo de una respuesta violenta".
"Aunque las importaciones de armas no son una causa genuina de conflicto, aumentan significativamente la probabilidad de violencia. Las armas no son un elemento disuasorio, sino que provocan una
escalada del conflicto", apunta en uno de los capítulos del informe.
En esa línea, De Vries defiende que "limitar el comercio de armas aumentará las posibilidades de éxito de las respuestas no violentas a los conflictos". Sin embargo, "Europa no sólo está financiando y apoyando cada vez más a su industria armamentística, sino que también está violando las salvaguardias de la paz y los derechos humanos en las exportaciones de armas", resalta.
La partida más peligrosa
La investigadora catalana Tica Font, otra de las responsables del informe, remarca las incongruencias que supone hablar de "disuasión" a la hora de afrontar conflictos y lo compara con "una partida de póker" en la que se intenta "hacer creer al adversario que tu mano es muy buena y que debe abandonar el juego, que no debe de seguir apostando o perderá todavía más".
"En términos militares la estrategia de la disuasión representa que no se plantea como estrategia de victoria militar sino como una estrategia de coacción, de intimidación y de generar miedo a los daños que puedes sufrir como factor motivador para evitar o influir en la estrategia militar y política de tu adversario", explica Font.
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