STUTTGART
La Junta Electoral Central resolvió finalmente el 16 de mayo ampliar el plazo de votación para los españoles residentes permanentes en el exterior incluidos en el censo CERA. La medida, a petición de Unidas Podemos, ya se tomó para las elecciones generales del mes pasado y se ha convertido en la única práctica habitual para intentar paliar las innumerables fallas del sistema de voto rogado que rige el voto exterior.
Finalmente hay más margen para permitir a quienes hayan logrado rogar el voto poder votar por correo hasta el 25 de mayo y en urna consular hasta el mismo día 26. Pero cuatro días después de su aprobación ni el Ministerio de Asuntos Exteriores (MAEC) ni el ministro Borrell anunciaban aún la buena noticia. Con todo, sí se cambiaron las fechas en el PDF genérico sobre las elecciones en la web del MAEC. Pero no se hacen eco de la novedad esencial para el voto exterior: ningún destacado en una web que sigue dedicando sus titulares a la visita del Josep Borrell a Libia y Jordania o a la entrega de los Premios Rey de España.
Hasta el lunes tampoco se había hecho a través de redes sociales, ni por comunicado trasladado vía embajadas pese a que más de 2 millones de españoles tienen derecho a voto en el exterior. Los consulados, por su parte, empezaron a reaccionar cuatro días después y preparan la apertura extraordinaria para el fin de semana. Pero nadie contactará a los electores que han rogado el voto para notificarles individualmente la buena noticia.
Solo el 5,74% de los españoles residentes al exterior con derecho a voto lo han rogado: 120.780 electores sobre los 2.103.945 totales del censo CERA
Según los datos publicados por el INE para el 26 de mayo, solo el 5,74% de los españoles residentes al exterior con derecho a voto lo han rogado: 120.780 electores sobre los 2.103.945 totales del censo CERA. El porcentaje de estas peticiones ha disminuido de 3 puntos en comparación con el 8,7% (182.545) de hace un mes, para las generales del 28 de abril. Por países con más solicitudes, Francia lidera el ránking con más de 19.000 peticiones, seguida de Alemania (13.573), el Reino Unido (12.405) y Suiza (9.131) antes de salir del continente europeo para saltar a los Estados Unidos (8.602). Por provincias, encabezan la lista de solicitudes de voto Madrid (25.878) y en segunda posición Barcelona (15.082), pese a que justamente no celebra elecciones autonómicas.
Interior dió luz verde a la impresión de las papeletas antes de la resolución final de la JEC
Desde principios de la semana pasada sorprendió la llegada de los primeros sobres a Bruselas, París y Londres. Cada ciudadano recibe el material de la oficina del censo de la provincia en la que residió por última vez en España y por lo tanto en función de la fecha de envío. Las candidaturas presentadas el 24 de abril se habían proclamado con la publicación en el BOE el 30 de abril por parte de la Junta Electoral Central. Pero las impugnaciones retrasaron la producción y envío del material electoral. Y no fue hasta el 9 de mayo que la Sala Primera del Tribunal Constitucional avaló que Carles Puigdemont concurriera a las europeas, rechazando el recurso de Ciudadanos y del PP. El mismo día la Junta Electoral Central adoptó la nueva resolución de rectificación, publicada en el BOE el 10 de mayo. ¿Cómo hubo tiempo para imprimir, ensobrar, enviar y que llegaran los sobres en tan solo 3 días?
Según ha podido saber este diario, Interior solventó el atraso adelantándose a dicha resolución, a su publicación e incluso a la propia decisión del TC. Porque justo tras conocerse la resolución de las sentencias judiciales de los juzgados de lo contencioso-administrativo de Madrid, el 7 de mayo, el Ministerio del Interior dio ya luz verde para el envío del archivo a imprenta con las candidaturas definitivas que faltaban vía delegaciones del gobierno.
Así lo han confirmado la delegación del gobierno en Catalunya e Impresiones Transkrit de Guipuzkoa, adjudicataria del contrato de producción de papeletas para las cuatro provincias catalanas. La impresión había empezado desde principios de mes para las candidaturas ya proclamadas y esperaron hasta el último minuto para imprimir las listas que faltaban, por resolución de recursos o rectificación de datos.
El día que el TC rechazaba los recursos del PP y de Ciudadanos, los primeros sobres ya partían hacia el extranjero
“Esperamos a imprimir la última bobina con las listas que quedaban por confirmar. Fue el día 7. En total para las europeas debíamos producir 32 papeletas distintas y colocarlas respetando estrictamente el orden de proclamación de las candidaturas. Luego nosotros las entregamos a cada delegación provincial de la Oficina del Censo Electoral”, relatan. El primer envío salió efectivamente el 9 de mayo. El mismo día que el TC rechazaba los recursos del PP y de Ciudadanos y que la Junta Electoral Central resolvía dejar presentar a Puigdemont, los primeros sobres ya partían hacia el extranjero.
Los electores temporales, los más perjudicados
Van llegando sobres electorales hasta Varsovia, Nueva York y Bangkok, pero nuevamente de manera desigual y según las conexiones. Algunos contienen las papeletas para las elecciones del 28 de abril pasado, por desespero de sus destinatarios. La ampliación de fechas supone un alivio para los CERA si se informan de la novedad por su cuenta para poder votar en europeas y autonómicas. Pero de nuevo, los electores temporales al exterior en el censo ERTA han quedado excluidos pese a que podrían votar para las 3 elecciones: europeas, autonómicas y municipales. Su voto debe ser recontado en urna en su municipio de origen y el plazo expiró el 22 de mayo.
Toni Forés, desde Dinamarca, denuncia la discriminación añadida como residente temporal: “Es totalmente inaudito. Estoy haciendo el mismo esfuerzo que el resto o más, he tenido que ir cuatro veces a la embajada: para la inscripción, para el voto rogado de las generales, para reclamar solución pues no me llegaban las papeletas del 28 de abril aquella misma semana, y luego para rogar el voto otra vez para las elecciones municipales y las europeas. Tampoco son fáciles de entender las instrucciones, para quienes no estamos acostumbrados al papeleo”, añade este investigador.
Nerea está estudiando un máster de salud en Estocolmo. A ella y a otros universitarios, la embajada española en Suecia les denegó la inscripción a la embajada como ERTA ya para el 28 de abril. “Me dijeron que al tener número personal sueco asignado ya no podía ser considerada temporal. Pero claro, es que aquí necesitas este número para abrir una cuenta y para ir al médico. Es ridículo. Les escribí una queja formal y me respondieron por carta que era una decisión interna de la embajada. Decidí volver a Madrid para votar. Pero no puedo estar comprando billetes cada mes. Ejercer el voto es un derecho pero es un derecho que nos cuesta caro”.
Soluciones a falta de la derogación del voto rogado
Durante años, los españoles en el exterior que han denunciado los desastres e irregularidades del voto rogado no lograron un impacto destacado, hasta que Marea Granate lo convirtió en una de sus puntas de lanza. Desde esta organización ciudadana se difunde información para los más de dos millones de emigrados con derecho a voto, proponiendo consejos, unos "kit" para ayudar en el voto exterior y detallando cómo realizar las quejas y reclamaciones reman en este sentido, difundiendo calendarios y guías de votación, y se invita a formular las denuncias a la recién creada Oficina de Derechos Civiles y Políticos.
El pasado mes de abril justamente una activista de Marea Granate, la investigadora bioquímica María Almena votó en urna directamente en el consulado de París. Pero al asistir como testigo al recuento en la Junta electoral provincial de Toledo el 1 de mayo aprovechando las vacaciones comprobó estupefacta que su voto no había llegado y que por lo tanto no era escrutado. Había desaparecido.
Entre un 30 y un 35% de los votos rogados se desvanece sin que se sepa exactamente en qué momento se pierden
"Según el propio consulado general de España en París deberían haber llegado 116 votos a Toledo. No fue así, a penas tenían 800 en total, llegados de todo el mundo. ¿De qué sirve ampliar el plazo si no se puede hacer llegar el envió a tiempo desde el propio consulado?", denuncia. Efectivamente, según los datos analizados desde 2012, entre un 30 y un 35% de los votos rogados se desvanece sin que se sepa exactamente en qué momento se pierden.
Berta Bruguete, una de las fundadoras de Marea Granate, analiza todo el proceso del voto exterior desde hace años y tiene claras algunas soluciones a la espera que esta nueva legislatura al Congreso permita derogar el voto rogado. “La ley se respeta arbitrariamente en los consulados sin consecuencia alguna. Algunos consulados envían por valija diplomática pero otros no, lo hemos observado en Barajas y en los recuentos cuando llegan. Pero es que además hay una falta de transparencia absoluta globalmente. Algunos consulados hacen públicos los datos de los votos emitidos en urna o llegados por correo y otros no. Debería ser exigible poder saber de cada consulado cuántos votos se rogaron, cuántos se emitieron en el consulado, cuántos se descartaron y por qué motivo, cuántos llegaron a España y cuántos fueron finalmente escrutados o descartados en la sede provincial. Además, el código de barras del certificado del voto rogado que recibimos debería servir para que cada ciudadano pueda comprobar si su voto ha sido escrutado o no”.
8 años obstaculizando y desincentivando sin poder de evitar el fraude
“Desde 2011 con este problema. 8 años desde que prometieron arreglarlo. Los mismos que se tardó en ir a la Luna”, ironiza Almudena M. Castro. Y es que la LOREG se reformó en 2011 introduciendo el sistema de voto rogado para supuestamente acabar con cierto fraude electoral.
Pero en el reportaje de investigación anterior localizamos varios casos en Europa que demuestran que la reforma no solamente vulnera el derecho constitucional al sufragio para más de dos millones de españoles censados en el exterior, desincentivando la participación y haciéndola caer en picado por la complejidad del proceso de votación, sino que esencialmente el voto rogado tampoco ha servido para solucionar los fraudes, pues se puede seguir votando por amigos o por muertos en algunos casos.
Desde los Países Bajos, el investigador Pablo Rodríguez es de los miles de españoles que tiraron la toalla, una tendencia que marca el presente y el futuro de la participación exterior. "En esta ocasión no he votado. El proceso para las generales me quitó las ganas. Y eso que lo conseguí en el último minuto. Por curiosidad he mirado el trámite para solicitar la nacionalidad holandesa. Y piden menos documentos que para el voto rogado”, sentencia.
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