Aliados de Sánchez avisan de que no aceptarán un "trágala" en los PGE si busca primero a Junts y PNV
Formaciones como Podemos, ERC y EH Bildu temen que el Gobierno repita de nuevo la estrategia negociadora del paquete fiscal, en la que cerraron primero un acuerdo con las derechas parlamentarias.
Madrid-
El paquete fiscal que los grupos que apoyaron la investidura de Pedro Sánchez cerraron hace unas semanas en el Congreso supuso un hito en la legislatura. Desde que el Gobierno de coalición echó a andar, el Parlamento ha seguido más una dinámica de bloqueo legislativo (por la complicada aritmética existente), que una dinámica activa y constante a la hora de aprobar leyes.
Por eso el paquete fiscal adquirió una trascendencia especial y ha sido utilizado por el propio Ejecutivo como un ejemplo de que la legislatura puede durar si se apuesta por el diálogo.
Sin embargo, la euforia que se impuso por llegar a la meta ha opacado y, hasta cierto punto, hecho olvidar lo tortuoso que fue el camino. La negociación estuvo a punto de descarrilar en varias ocasiones, el bloqueo se impuso durante la mayor parte del tiempo y los vetos cruzados fueron la constante a la hora de hablar de impuestos.
En este sentido, los grupos parlamentarios de la izquierda no olvidan cuál fue la estrategia negociadora de los de Pedro Sánchez, una estrategia a la que culpan de las dificultades para lograr finalmente un acuerdo (que a día de hoy vuelve a estar en peligro por las diferencias que existen en torno a los impuestos a las energéticas y a la banca).
Fuentes de estos grupos (Podemos, ERC y EH Bildu) recuerdan que el primer paso del Ejecutivo a la hora de negociar el paquete fiscal fue cerrar los apoyos de Junts y del PNV. No fue hasta que tuvieron garantizados los votos de sus socios de las derechas parlamentarias cuando los de Sánchez abrieron la negociación con las izquierdas, una negociación que, recuerdan estas mismas fuentes, "venía claramente condicionada".
Una propuesta "con el sello" de las derechas
Ahora que el trámite para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2025 está a la vuelta de la esquina, desde estos partidos trasladan dos cuestiones. La primera, su temor a que el Ejecutivo vuelva a repetir la misma estrategia que llevó a cabo con el paquete fiscal y priorice a Junts y al PNV en las conversaciones.
La segunda, que si esto sucede, esta vez no funcionará y no aceptarán un "trágala" con una negociación que, de nuevo, llegaría condicionada y con una propuesta que "tendría estampado el sello de las derechas" parlamentarias.
Desde estos partidos ya han advertido en varias ocasiones a Sánchez acerca de la necesidad de cambiar su forma de negociar. "El PSOE lanza una propuesta, normalmente a nivel mediático, y espera que la apoyemos sin tan siquiera abrir conversaciones; en el último minuto, cuando apenas queda margen para negociar es cuando nos llama y nos presiona diciéndonos, además, que tenemos poco tiempo. Es una práctica muy fea que pone en riesgo cualquier acuerdo", trasladan fuentes parlamentarias.
Los grupos de la izquierda recuerdan que el PSOE ya ha sufrido algunos "sustos" en el Congreso por su forma de negociar
Estas mismas voces recuerdan que el Gobierno ya ha tenido varios "sustos" por culpa de su forma de actuar en el Congreso, como el fracaso en la primera votación de la reforma del subsidio por desempleo o en la propia negociación del paquete fiscal (el PSOE tuvo que aplazar la votación en comisión hasta en dos ocasiones, cuando se cercioró de que la iban a perder por la falta de los apoyos de las izquierdas).
Tampoco en Sumar, partido del Gobierno, están conformes con cómo se llevaron las conversaciones sobre fiscalidad. El pacto del PSOE con Junts y el PNV en origen dejaba caer el impuesto a las energéticas cuando los de Yolanda Díaz negociaban su permanencia con los socialistas.
Además, después de que Sumar lograra acordar con Hacienda una batería de medidas, que incluía el fin del régimen fiscal especial de las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (Socimi), el PSOE y los partidos nacionalistas vasco y catalán tumbaron con sus votos algunas de estas medidas en comisión (incluida la de las Socimi).
Si Sánchez vuelve a buscar primero los votos de Junts y del PNV a la hora de negociar las cuentas, el Gobierno podría verse de nuevo en un escenario de vetos cruzados dentro de un bloque de investidura en el que priman las diferencias ideológicas.
El del paquete fiscal, que tras aprobarse sigue provocando roces y que mantiene algunos conflictos abiertos (en torno a los impuestos a la banca y a las energéticas), parece un precedente claro, al menos para Podemos, ERC y EH Bildu.
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