El Bloque Nacionalista Galego (BNG) enfrenta el año electoral -municipales el 28M, generales en diciembre y autonómicas gallegas en el verano de 2024- en uno de los mejores momentos de su historia. Es la segunda fuerza del país tras el PP, tiene más diputados que nunca en el Parlamento autonómico y su líder, Ana Pontón, se ha armado con una imagen transversal que la convierte en una de las políticas más conocidas y valoradas de la comunidad, que recorre municipio a municipio como si la campaña hubiera empezado hace meses.

Pontón y su estrategia han logrado que la militancia nacionalista crea en la posibilidad real de desbancar al PP y obtener la presidencia de la Xunta de Galicia, y que el 28M es el primer trampolín desde el que asaltarla. Ayuda a esa idea el hecho de que el PSOE esté inmerso en una seria división interna y con un liderazgo aún sin definir, que las mareas vinculadas a Unidas Podemos y a Anova -los escindidos del BNG en 2012- atraviesan un mal momento, y que el PP aún no ha conseguido consolidar la figura de Alfonso Rueda, que no goza del mismo tirón que Alberto Núñez Feijóo.

"La expectativa es que vamos a ser el partido que más va a crecer en estas elecciones, que abren un nuevo ciclo político en el que no nos ponemos límites", asegura Carmen da Silva, directora de la campaña nacionalista y concejala en Pontevedra, donde su formación gobierna ininterrumpidamente desde 1999 bajo mandato del médico Miguel Anxo Fernández Lores.

Pontevedra, con 83.000 habitantes, es la única capital y la villa más grande de los 28 municipios gallegos que ya tienen alcalde del BNG, aunque sus concejales dan apoyo a los gobiernos del PSOE en A Coruña, Ferrol, Santiago y Lugo. En municipios como Carballo (A Coruña) y Allariz (Ourense), el Bloque gobierna en solitario desde hace lustros, y en otros, como Bueu y Moaña, en O Morrazo, frente a Vigo, y en Fene, junto a Ferrol, con apoyo del PSOE. Según Da Silva, todos "son un modelo de referencia".

"Creer en nuestras posibilidades como país"

"Desarrollamos una política municipal basada en el conocimiento de la realidad y en creer en nuestras posibilidades como país. La lengua, la cultura, la protección social, la calidad de vida, la educación, la protección del medio ambiente, la atención a la juventud… Esas son las claves locales en las que creemos y desde la que construimos un proyecto nacional", explica.

El argumentario del BNG en las municipales parece centrado en esa idea, que la propia Pontón desveló en un encuentro con todas las candidatas y candidatos celebrado en Santiago el pasado 26 de marzo. "Los gobiernos del BNG nunca pusieron límites a sus sueños y fueron capaces de hacerlos realidad", dijo ese día, para contraponer su modelo al de "aquellas fuerzas ancladas en la letanía del 'no se puede', de una derecha acomplejada y de una izquierda cegada por Madrid".

Se podría decir que el Bloque inició ese mismo día la campaña electoral, si no antes, porque desde entonces Pontón no ha dejado de presentar casi a diario candidaturas de su formación en los municipios en los que ha logrado conformar listas -265 de los 313 que hay en Galicia-, y que según su directora de campaña harán que el 97% de los gallegos tengan el 28M a su disposición una papeleta de los nacionalistas.

El Bloque se ha movido en el último ciclo electoral en una horquilla de apoyos muy abierta. En las generales de abril de 2019 cayó por debajo de los 94.000 votos -el 5,7%-, pero en las municipales de mayo de 2019 duplicó esa cifra hasta los 188.000. En la repetición de las generales en noviembre de ese año se quedó en 120.000 sufragios -8,2%-, y en las autonómicas de julio de 2020, llegó a más de 311.000 -casi el 24%-.

Gobiernos de coalición 

Acercándose a ese último resultado, parece probable que pudiera entrar en gobiernos de coalición en ciudades como A Coruña, donde el cabeza de lista es el exsenador, exdiputado y excandidato a la Xunta Francisco Jorquera; Santiago, con la exvicepresidenta de la Diputación de A Coruña Goretti Sanmartín; Lugo, donde Rubén Arroxo ya ocupa la tenencia de Alcaldía en el consistorio que preside la socialista Lara Méndez; y Ourense, donde repite candidatura Luis Seara. Mucho más difícil lo tiene Xabier Pérez Iglesias en Vigo, donde las encuestas prevén que Abel Caballero (PSOE) mantenga su mayoría absoluta.

El Bloque ya ha experimentado con éxito gobiernos de coalición con otras formaciones. Es el caso de Ames, el municipio de 32.000 habitantes pegado a Santiago donde inició su carrera el hoy ministro de Sanidad, José Miñones. En 2015 se hizo con la Alcaldía gracias a un cuatripartito formado por PSOE, BNG, la marca local de Podemos y la de Anova.

"Llevamos ocho años de gobierno a pesar de que en 2015 muchos pensaban que la coalición iba a durar muy poco", cuenta David Santomil, doctor en Geografía, candidato nacionalista y primer teniente de alcalde de la localidad. "Hay un cambio de paradigma que se está asentando, y creo que los gobiernos de coalición ya no van a ser la excepción", añade.

Ames es un municipio a caballo entre el perfil rural ligado al sector agroganadero y la población residencial llegada de Santiago en las últimas décadas, atraída, según Santomil, por las políticas sociales del Consistorio. "Atraemos población gracias a los programas de conciliación y de apoyo a las familias, para los jóvenes, de comedores escolares, escuelas infantiles... Invertimos más del 20% del presupuesto municipal en educación [es el Ayuntamiento de España con mayor gasto relativo en esa partida], y eso que las competencias en materia educativa son de la Xunta", detalla.

Santomil también cree que el 28M puede medir las posibilidades del Bloque de llevar a Pontón a la Xunta: "Hasta ahora siempre hemos ido históricamente contracorriente, pero parece que en esta ocasión tenemos viento de cola. Sin duda un buen resultado en las municipales puede ser el trampolín para aumentar en diciembre nuestra representación en el Congreso [el BNG tiene ahora un diputado] y para ganar la Xunta".

Barreiros, nacionalista tras 40 años en manos de la derecha

En Barreiros, una localidad costera de A Mariña Oriental lucense de 3.000 habitantes, el BNG también gobierna en coalición con el PSOE. El Ayuntamiento estuvo en manos de la derecha durante cuarenta años hasta que la actual alcaldesa, Ana Ermida, del Bloque, ganó las elecciones de 2019 al PP por sólo 64 votos, tras varios escándalos de corrupción vinculada a la construcción y a ese partido.

Barreiros sufrió uno de los bums urbanísticos más agresivos de toda la comunidad, hasta el punto de que hoy en día su población se multiplica por más de tres en los meses de verano -el pueblo tiene la segunda mayor carga poblacional estival de Galicia, sólo por detrás de Sanxenxo-.

Ermida asegura que su proyecto se basa en gobernar con la vista puesta en el medio plazo y en el conocimiento de los problemas y las inquietudes de sus vecinos y vecinas. "Estamos pendientes de los caminos, de la depuración del agua, tenemos una escuela de familias para la educación en igualdad, programas de educación en salud, turismo de naturaleza, fomentamos las actividades deportivas... Se trata de poner en valor lo que somos y hacer que el pueblo recupere ese orgullo que había perdido", indica.

"Además, incidimos mucho no sólo en el contenido de nuestras políticas, sino también en las formas. Explicamos todo lo que hacemos y somos transparentes porque sabemos que detrás de la política hay personas que se tienen que sentir representadas, voten a quien voten. Gobernamos para nuestra gente, para nuestro país", añade la alcaldesa, que concluye subrayando la idea de que las elecciones locales serán el termómetro de las posibilidades de futuro del BNG: "En los concellos donde gobernamos está el espejo de nuestras ideas y de lo que podemos hacer en otras instituciones".