Las bases de ERC votan este viernes el preacuerdo con el PSC. Entre sus principales dirigentes y alcaldes, el apoyo ha sido estos días claro al sí, lo que implicaría que el socialista Salvador Illa sería investido como president de la Generalitat en sustitución del republicano Pere Aragonès. Si la militancia del partido lo rechaza, el escenario adquirirá complejidad y la posibilidad de una repetición electoral en octubre ganará mucha fuerza. 

Más del 48% de la militancia de ERC con derecho a voto se había pronunciado ya a las 13.00 horas de este viernes. Los militantes de ERC pueden votar 'sí', 'no' o abstenerse hasta las 19.00 horas. La consulta es cien por cien telemática, pero se han habilitado puntos de votación presenciales. A las 19.30 horas la dirección del partido tiene previsto comparecer en rueda de prensa.

El dirigente de ERC, Oriol Junqueras, ha evitado estos días comprometerse y se ha mantenido en una cierta ambigüedad. Ha reconocido el trabajo de la dirección y ha dejado en manos de la militancia el camino: "[Será] lo mejor para el país y para avanzar hacia la independencia". 

Lo que debe responder la militancia republicana es el siguiente planteamiento: si están de acuerdo con que el grupo parlamentario de Esquerra "vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas".

Aunque pudiera parecer que no habrá sorpresas, los 8.200 militantes de ERC tienen una idiosincrasia propia. El partido está sumido en una crisis interna, después de los últimos resultados electorales. Existe un malestar de las bases con la dirección y no sería la primera ocasión que la militancia republicana tumba una decisión trascendente de la cúpula de Esquerra.

En mayo de 2006, la formación, liderada entonces por Josep-Lluís Carod-Rovira, defendió inicialmente el voto nulo en la consulta del Estatut, pero la militancia se opuso. El giro supuso la expulsión de ERC del Govern y aceleró el final del primer tripartito. 

Illa y la financiación

Está en juego, por tanto, varias cosas. Por un lado, la investidura de Illa. Si la militancia da el sí, sería el tercer president del PSC, después de Pasqual Maragall (2003-2006) y José Montilla (2006-2010).

Una vez elegido Illa, el PSOE tendrá un problema que resolver con el tema de la financiación, ya que el acuerdo ha generado muchas discrepancias dentro del partido y fuera, aun entre los aliados de Pedro Sánchez.

Si el presidente del Gobierno mantiene el acuerdo con ERC, sus votos y los de Junts parecen asegurados, pero abrir el melón de la financiación autonómica ha llevado a diferentes posicionamientos, de comunidades autónomas y de los partidos. Los equilibrios son muy complicados a día de hoy. 

Si el martes Compromís y CHA avanzaban que no apoyarían el concierto fiscal catalán si no se reformaba el sistema financiero de sus territorios, el miércoles era IU, principal fuerza de Sumar en el ámbito estatal, la que advertía de que su apuesta se basaba en un "modelo federal y solidario, justo para todo el Estado".

Sánchez puso en valor este miércoles que en ese pacto hay un acuerdo de solidaridad interterritorial al que se comprometen ERC y Catalunya.

"En ese preacuerdo, además de la solidaridad, se habla de la igualdad, se habla de los servicios públicos en todos y cada uno de los lugares de España. Me parece muy importante que un partido independentista se comprometa con esa solidaridad interterritorial", manifestó el presidente.