"Si atropellas un pájaro vas a la cárcel" y otros bulos de la derecha sobre la Ley de Protección Animal

El Congreso ha rechazado este jueves las enmiendas a la totalidad contra el proyecto de ley de protección animal presentadas por PP, VOX y PNV, que han tratado de devolver el texto a la casilla de salida. Si bien la formación vasca ha aludido a un choque directo con las competencias autonómicas, las derechas han hecho gala de un discurso marcado por la ridiculización de una norma que pretende elevar los derechos de buena parte de los animales. 

"Se quiere defender que los gallos violan a las gallinas, basándose en estas ideologías absolutamente esquizofrénicas", ha llegado a decir el portavoz de Vox, Ricardo Chamorro Delmo. Pero el debate no sólo se ha apoyado sobre la infantilización y el desprecio del movimiento animalista, sino que ha amplificado algunos de los bulos que, desde que el anteproyecto de ley fue anunciado, han corrido desde algunos sectores conservadores. 

La ley prohíbe la caza

Tanto PP como Vox han hecho hincapié en la falsa idea de que la futura ley supondrá un veto directo sobre la caza. "Es una prohibición a cara descubierta de la actividad cinegética", ha protestado desde el estrado Ángel López, diputado ultraderechista. Miguel Ángel Jerez, del PP, directamente ha acusado al Gobierno de "ir a por ellos", en referencia a los cazadores y al mundo rural. 

El proyecto legislativo impulsado desde el Ministerio de Derechos Sociales, sin embargo, no contiene ninguna prohibición sobre la actividad cinegética. La única mención que el texto recoge tiene que ver con las obligaciones que el sector cinegético deberá cumplir respecto a sus perros y rehalas [equipos de perros utilizados para la cacería]. La cría estará regulada y controlada y, como el resto de propietarios de animales domésticos, deberán tener identificados a sus canes, además de no poder estar sin supervisión humana más de 24 horas.

Unos deberes que, de hecho, no están ni siquiera asegurados, pues el propio PSOE ha presentado una enmienda para excluir a los perros de caza de la ley, desatando así un debate en el seno del Gobierno de coalición. La única prohibición directa recogida en este texto, en materia de caza, es el fin de la práctica del tiro al pichón, además de las peleas de gallos.

No se podrá tener al perro en el patio de tu casa

Milagros Marcos, diputada del PP por Palencia y portavoz de Agricultura del partido conservador, ha sostenido desde la tribuna de la Cámara Baja que las personas que viven en la España rural "no podrán tener al perro en el patio de su casa" por culpa de la ley, que a su juicio, prefiere animales domésticos encerrados en pisos.

Una afirmación que también carece de fundamento, al menos desde el punto de vista jurídico, pues el proyecto presentado por el Ejecutivo no prohíbe que los canes puedan estar en patios ni terrazas. Lo que sí impide es que estos sean encerrados y estén "de manera permanente" en estos lugares sin supervisión humana. Un punto que fue añadido para penalizar y perseguir episodios de maltrato recurrentes que, en ocasiones, terminan con la muerte del animal. Tanto es así que esta misma semana PACMA ha difundido una denuncia, acompañada de un vídeo, en la que se puede ver cómo un perro murió por un golpe de calor en el mes de agosto tras pasar horas al sol encerrado en una azotea.

Se limita la posibilidad de tener perros de guarda

La misma diputada popular ha agregado a su argumentario la supuesta limitación de los ganaderos y agricultores para disponer de perros de guarda. Se enfatiza así en la idea de que la España rural tendrá dificultad para proteger su cabaña y sus cosechas de los depredadores salvajes. De nuevo, la afirmación choca con el texto de la futura ley, que establece algunas normas como que los canes estén inscritos en el Registro de Animales de Compañía o que los propietarios estén dados de alta en el Registro de Criadores. Los mastines y el resto de perros de pastoreo podrán estar solos, pero se insta a los titulares a disponer de mecanismos de geolocalización para evitar que se pierdan o que puedan escapar. Además, la ley exime a este tipo de perros de algunas prohibiciones, en tanto que se les permite disponer de collares que les proteja ante ataques de lobos u otros animales silvestres. 

"Si atropellas a un pájaro irás a la cárcel"

En la lista de ataques sin fundamento destaca la intervención del diputado de Vox Ángel López Maraver. El político ultraderechista ha mencionado algunos supuestos que no aparecen en la ley y que sólo invitan al miedo entre la ciudadanía. "Van a meter en prisión a una persona que mate a un pollo para comérselo, van a condenar por maltrato animal a alguien que atropelle a un pájaro o a cualquier otro animal silvestre", ha dicho, añadiendo también la posible pena de cárcel para quien "mate a una rata que se cuela en su casa". 

Creación de colonias felinas sin mecanismos de control

Desde el PP han puesto el foco en el problema ambiental que pueden suponer los gatos callejeros y ha acusado al Ejecutivo de querer "promover la creación de colonias felinas sin debido control y sin mecanismos". La norma, sin embargo, lejos de apostar por una suerte de libre albedrío gatuno, asienta las bases para regularizar este tipo de poblaciones de animales, muy habituales en las grandes ciudades. De hecho, el apartado de la futura ley establece mecanismos de control obligatorio como censos y la esterilización de los gatos de las colonias, para evitar que se conviertan en plaga.

Prohibición de la cetrería

Las derechas, además, han insistido en varias ocasiones en que la norma prohibirá la cetrería. Otra vez, estas afirmaciones chocan con la realidad jurídica del proyecto de ley, cuyo artículo 40 recoge todo lo relacionado con la cría de aves rapaces. En este punto, se establece la obligación de que los titulares dispongan de una licencia de caza y estén asociados o federados a entidades deportivas o culturales que le acrediten conocimientos de cetrería. Se regula, eso sí el estado de las aves, de tal forma que dispongan de "posaderos adecuados" para que puedan extender totalmente sus alas, y se obliga a que cuenten con dispositivos GPS cuando vuelen.