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Andalucía El PSOE amarra el Presupuesto de Sevilla con la complicidad del PP

El alcalde socialista Juan Espadas pacta por primera vez las cuentas municipales con el líder de la oposición a un año de las elecciones y tras romperse su alianza con los grupos de izquierda

Susana Díaz y Juan Espadas. / EFE

A poco más de un año para las elecciones municipales, el Ayuntamiento de Sevilla se enfrenta a una situación insólita en la vida política de la capital andaluza: los dos grandes partidos rivales, el PSOE, que gobierna en minoría el Consistorio, y el PP, que lidera la oposición, se han aliado para sacar adelante los Presupuestos municipales de este año. Para muchos es un pacto antinatura entre los dos candidatos que van a disputarse la Alcaldía dentro de un año: el actual regidor socialista, Juan Espadas, y el portavoz popular, Beltrán Pérez. Pérez aún no ha sido confirmado por la dirección de su partido como cabeza de cartel en 2019, aunque la firma de este acuerdo le acerca más a ese objetivo, al tratarse de una apuesta alta con la que espera reforzar su liderazgo.

El acuerdo entre PSOE y PP para desbloquear las cuentas municipales de 2018 se produce poco después de que los aliados de investidura de Espadas -IU y Participa Sevilla (marca afín a Podemos)- le hayan dado la espalda acusándole de “falta de credibilidad”. Ambos se han negado a apoyarle un tercer presupuesto esta legislatura. También esta ruptura tiene una lectura electoralista: los grupos más a la izquierda han optado por romper lazos con el PSOE después de tres años juntos, dejando a los socialistas amarrados a una alianza con los partidos conservadores: Ciudadanos, que ha respaldado todas las cuentas de Espadas y se mantiene como el socio más fiel del PSOE, y ahora el PP. El acuerdo con los populares no implica que estos voten las cuentas de los socialistas, pero sí garantiza la abstención necesaria para que salgan adelante en el Pleno de este miércoles.

Espadas ha negociado a varias bandas, ha dialogado con todos los partidos tratando de hacer llegar un mensaje en el que la ideología quedaba aparcada para que primasen las necesidades de la ciudad y sus vecinos. Su negociación con el PP ha tenido altibajos: los populares presentaron primero un presupuesto alternativo, que el PSOE rechazó al considerarlo una enmienda a la totalidad de sus cuentas. Finalmente el líder de la oposición se ha avenido a apoyar los números de sus rivales después de que estos aceptaran introducir algunas demandas: una bajada de impuestos (reducción del 5% del IBI; el impuesto de obras y la plusvalía); el compromiso de que el Pleno municipal aprobará sus mociones a favor de la ampliación de la red de Metro (una exigencia que supone una carga para el Gobierno de Susana Díaz, pero también para el de Mariano Rajoy); y la reclamación a la Junta de Andalucía de 14 millones pendientes de la Patrica (la participación en los tributos de la comunidad autónoma).

La rebaja fiscal, que detraerá ocho millones de euros de las arcas públicas, se amortiguará con la venta de la antigua comisaría de La Gavidia, un edificio en pleno centro que está valorado en 10 millones de euros (el Consistorio tendrá que cambiar la calificación de los usos del suelo en el Plan General de Ordenación Urbana para permitir construir un hotel allí).

Con estos mimbres, los 12 concejales del PP se abstendrán en el Pleno de aprobación del Presupuesto general de la ciudad, lo que permitirá que salga adelante con los votos a favor del PSOE y Ciudadanos (suman 14). Participa Sevilla (tres) e IU (dos) votarán en contra. El rechazo de la formación ligada a Podemos viene avalada por la decisión mayoritaria de sus bases, que fueron consultadas sobre el acuerdo presupuestario con el PSOE el pasado fin de semana. En la votación participó el 15% de simpatizantes, “alrededor de 200 personas”, de las que el 75% rechazó el presupuesto socialista, el 14% se abstuvo y un 11% lo apoyó.

Las cuentas municipales de 2018 tienen consignados 956 millones, de los cuales 120 millones aún están pendientes de nuevas inversiones o aumentos de ayudas. Éste será el tercer presupuesto (y probablemente el último) de Juan Espadas en esta legislatura sin mayorías absolutas y en la que el regidor socialista ha tenido que negociar cada mínimo detalle con sus adversarios políticos. También es el primero en la historia que nacen de un pacto PSOE-PP, los rivales naturales que siempre se han disputado y alternado la Alcaldía de Sevilla, que aún es la plaza más codiciada de unas elecciones municipales. Espadas ostenta el cargo ahora después de haber ganado por la mínima (apenas mil votos de diferencia) al candidato popular y exalcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido, que pasó de una mayoría absoluta (20 concejales) a perder el poder.

Susana Díaz y Javier Arenas

Hay dos políticos que apadrinan y amadrinan este acuerdo PSOE-PP desde la distancia: la presidenta de la Junta y líder de los socialistas en Andalucía, Susana Díaz; y el ex presidente del PP andaluz y vicesecretario del Política Territorial, Javier Arenas, valedor de Beltrán Pérez como aspirante a alcalde ante los ojos de Rajoy.

La paradoja de este pacto antinatura es que, aparentemente, ambas formaciones ganan y podrán amortizar el acuerdo de cara a las futuras elecciones. Espadas no tendrá que prorrogar las cuentas de gasto ni improvisar modificaciones presupuestarias para financiar nuevos proyectos y disfrutará de una relativamente cómoda estabilidad política hasta las elecciones de 2019. Ese margen de oxígeno le permitirá trabajarse una agenda propia de promesas y regalos fiscales para los sevillanos con los que asaltar las urnas.

Susana Díaz volverá a confiar en Espadas como candidato a las municipales, aunque hace tres años era prácticamente un desconocido y el partido fio su victoria a la “marca PSOE” y a la implicación personal de la presidenta andaluza, que hizo una campaña muy pegada al candidato. Ahora Díaz cree que Espadas está “consolidado como alcalde y cartel electoral”, porque “se ha hecho un nombre propio” y porque ha sabido gobernar en minoría “gracias al diálogo y la negociación en todas direcciones”. En efecto, el regidor socialista empezó la legislatura pactando investidura, presupuestos, proyectos e iniciativas con la izquierda, y terminará gobernando gracias al impulso final de la derecha.

Para el PP también es una victoria, porque el pacto le permitirá desquitarse de la imagen difuminada que ha ofrecido su labor de oposición -lastrada por las continuas luchas intestinales por el control de la dirección-. Los populares salen reforzados “como partido de gobierno, responsable y con altura de miras”, un imagen con la que tratan de evitar que Ciudadanos les desplace como referente del voto conservador en Sevilla, la ciudad que siempre ha sido fortín del PP. La formación naranja está bien posicionada en las encuestas de cara a las municipales de 2019, y ni la dirección regional del PP de Juanma Moreno ni la propia ejecutiva de Rajoy pueden permitirse perder en Sevilla capital.

El acuerdo también beneficia singularmente las aspiraciones de Beltrán Pérez por ser el futuro candidato popular a la Alcaldía de Sevilla, una plataforma que ha preparado desde la distancia el factótum del PP, Javier Arenas, con la connivencia de la presidenta provincial, Virginia Pérez.

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