Este artículo se publicó hace 6 años.
Elecciones de Andalucía 2DAndaluces y catalanes, ¿una relación estereotipada?
Analizamos los elecciones a la Junta de Andalucía de este domingo con cinco andaluces residentes en Catalunya implicados en el procés.
Ander Zurimendi
Terrassa (Barcelona)-
Edi defendía la escuela de Enric Gibert, de Sant Andreu (Barcelona). Joaquina, la de Can Trias, en Viladecavalls. José durmió en el Casal de Gent Gran del barrio barcelonés de Poblenou. Eduardo, en la Palma de Cervelló. Y Fonsi, en la escuela Poblenou de Barcelona. Pero de aquel primero de octubre, ya hace un año. Así que volvamos ahora al presente.
No faltan ni cinco días para las elecciones andaluzas. Será pasadas las 22 horas del domingo cuando se conozcan unos resultados electorales que, sin embargo, bailan poco: todas las encuestas (todas) apuntan a una cómoda victoria de la socialista Susana Díaz. Parafraseando a Monterroso: cuando se despertó, el PSOE seguía en la Junta de Andalucía. Sólo lo impediría un descalabro demoscópico de magnitudes catastróficas (que todo puede ser, ya que las encuestas tampoco viven su mejor temporada: no predijeron la victoria de Donald Trump, del Brexit, ni inicialmente la de Jair Bolsonaro, el batacazo de Podemos en el intento de dar el sorpasso al PSOE...). Pero la unanimidad de todas ellas apuntan a que los socialistas estarán en condiciones de seguir gobernando. Y ya van 37 años. La ecuación a resolver es si pactará a derecha o izquierda.
¿Cómo es posible que el PSOE andaluz parezca imbatible? Público lo analiza con seis andaluces que ahora viven en tierras catalanas. Lejos de perfiles archiconocidos como Inés Arrimadas, la política de Jerez que tanto hace campaña en Catalunya como en Andalucía, encontramos ciudadanos que salen del mainstream. O al menos, de la imagen preconcebida en amplios sectores sobre andaluces implicados en la vida política catalana y que hicieron posible el 1 de octubre (ya fuera para votar a favor o en contra). Así pues, ¿por qué gana el PSOE?
"La tierra andaluza tiene un problema histórico: que la gobiernan desde fuera"
Todo el mundo coincide: Eduardo Cáliz, abogado especializado en casos antirepresivos y nacido en Jerez, que ya lleva 15 años en tierras catalanas, asegura: «Básicamente es por la red clientelar que ha logrado tejer en todos estos años». Le da la razón José Mansilla, miembro del Observatorio de Antropología del Conflicto Urbano (OACU) nacido en Sevilla y residente en Barcelona desde hace ocho años, que añade: "El PSOE es un partido empresa. Vaya, es la primera empresa en contratar gente por el volumen de funcionariado que existe en la Administración Pública". Y hace el juego de nombres, dice: "PSOE S.A". También comulga con esta tesis Fonsi Loaiza, periodista gaditano residente en Barcelona desde hace cinco años y tuitero de cierta influencia (quien precisamente ha sido imputado por unos tuits supuestamente «injuriosos», por las que tiene que declarar el próximo 17 de diciembre) . «Los socialistas controlan y organizan la vida social de Andalucía, tanto la rural como la mediática».
«El PSOE es el partido nacionalista de Andalucía»
Asimismo, otra virtud del PSOE es haber ocupado el espacio andalucista. Según José Mansilla, "el partido nacionalista de Andalucía es el PSOE". Y cuenta una anécdota: un cierto día de los años 80 Alejandro Rojas Marcos, entonces líder del Partido Andalucista, pasea por los pasillos del Congreso en Madrid cuando de repente se encuentra a Alfonso Guerra. El socialista lo detiene y le dice lo siguiente: «¿Así que hablando de Andalucía? Pues por cada vez que tú digas el nombre Andalucía, nosotros la diremos cinco más». Es el intento de personificar Andalucía en un partido. Y ahora, en una persona: Susana Díaz.
"Andalucía está sometida y la gente está dormida"
Pero no todos los males vienen de Almansa. Joaquina Sancho, nacida en Córdoba y llegada a Terrassa hace cuatro décadas, no apunta tanto al PSOE sino a los votantes. "Somos unos cabeza planas. Y punto", lanza sin misterios. Asimismo, Eduardo Reyes, él también cordobés, añade: "La gente está dormida. Y Andalucía está sometida, porque no está explotando su riqueza ". A juicio del exdiputado de la hoy desaparecida coalición Junts pel Sí y en su momento portavoz de Súmate, la tierra andaluza tiene un problema histórico: que la gobiernan desde fuera. Y apunta a la inexistencia de algún partido andalucista con capacidad de masas. "Ahora mismo hay un intento de confluencia de partidos que no son dependientes de Madrid, que se conoce como Andalucía en marcha".
Igualmente, Eduardo Cáliz, Edi, que ha sido miembro del secretariado nacional de la CUP, señala a Nación Andaluza como su referente. Antiguo militante de la organización juvenil Jaleo y simpatizante del SAT (el sindicato de jornaleros del campo, encabezado por figuras carismáticas como el alcalde Marinaleda José Manuel Gordillo y el sindicalista Diego Cañamero), Cáliz apunta a la necesidad de que la derecha ha tenido de introducir a Catalunya en el debate electoral andaluz.
Catalunya como recurso
¿Qué el PSOE parece imbatible? Pues saca a Catalunya. Y que además ha llevado a PP y Ciudadanos a extremar su españolismo. "Pero es evidente que los problemas de Andalucía no vienen de Catalunya. Quien verdaderamente lo piense así es que no tiene ninguna autoestima por su tierra", analiza Cáliz. El influyente tuitero y doctor en Comunicación Fonsi Loaiza añade: "En todo caso, la catalanofobia se utiliza en todas las campañas, no sólo en las andaluzas". Loaiza apunta a Ciudadanos como el principal responsable. Eduardo Reyes también: «Sólo hay que ver los comentarios de Albert Rivera contra Catalunya.
Quién lo expresó de forma más elocuente es Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía (la coalición de Podemos y IU): "Parece que los candidatos de PP y Ciudadanos se presenten a la Generalitat de Catalunya".
Las migraciones por subsistencia económica han creado lazos entre Andalucía y Catalunya
Pero realmente, ¿qué relación mantienen el pueblo catalán y el pueblo andaluz (si es que es posible hablar de pueblos unitarios)? Evidentemente, la relación es estrecha: hay una historia viva de lazos familiares, basado en las migraciones por subsistencia económica. Pero la fuerte presencia de familias andaluzas también atizó estereotipos negativos en algunas capas de la sociedad catalana. "Una parte de la derecha catalana", apunta Eduardo Cáliz. "Algunas frases como las de Duran y Jordi Pujol", recuerda José Mansilla. Y Fonsi Loaiza hace una categoría: "Los estereotipos hacia los andaluces parten de las clases dominantes, que justamente dominan los medios de comunicación". Y vuelve a apuntar a Albert Rivera: "Yo como andaluz no he tenido ningún problema en Catalunya, a excepción de Albert Rivera, que dijo lo que había que enseñar a pescar a los andaluces".
¿Estereotipos? Sí, pero en ambas direcciones
Los estereotipos, en todo caso, no sólo pueden venir de Catalunya, "sino que se escuchan en cualquier rincón del Estado". El filme 8 apellidos vascos hacía abundante explotación de este fenómeno. Y Mansilla añade: “De hecho, los estereotipos, si los hay, son bidireccionales". Cáliz coincide: "Casi diría que he visto más estereotipos de Andalucía hacia Catalunya, que no al revés". Y es que los tres apuntan a la importancia de los medios de comunicación en la configuración (y modulación) de la opinión pública en general. "Las corporaciones televisivas son la clave", cierra el exmiembro del secretariado nacional de la CUP. La famosa agenda setting, que ahora parece volver a apuntar hacia el procés.
Tienen identidades múltiples: andaluces de nacimiento y catalanes de adopción
En las televisiones, de hecho, se pudieron ver las patrullas de la Guardia Civil partiendo de los cuartelillos entre gritos de "a por ellos, oé, oé". Pero sería un estereotipo hacer categoría. Edi estaba en la escuela de Enric Gibert, de Sant Andreu del Palomar, en Barcelona. Joaquina, en Can Trias de Viladecavalls. José, en un colegio barcelonés. Eduardo, en la Palma de Cervelló. Y Fonsi, en la escuela Poblenou de Barcelona.
Se sienten andaluces de nacimiento y catalanes de adopción. Identidades múltiples, con una participación activa en la política catalana. Nada de la famosa abstención dual (electores recién llegados a Catalunya, que votaban en las elecciones generales pero se abstenían en las autonómicas), un proceso demoscópico en vías de desaparición en Catalunya. Unos ciudadanos a los que les une, al menos, la idea común de defender el referéndum. Joaquina Sancho lo explica así: "Yo creo que la comunidad andaluza no había sido demasiado activa en política catalana. Pero no me pareció justo que nos trataran como perritos, a las personas que queríamos votar, independientemente de si fuera a favor o en contra". Por ello, los días anteriores al domingo de las urnas, a medida que se tensionaba el ambiente, ella también se calentaba. Y fue desde primera hora del domingo a defender su escuela. "Prácticamente todas mis amistades andaluzas de Terrassa fueron a votar, eh!".
Las cargas activaron algunos votos andaluces
En la vecina Sabadell también se replicó, al menos en cierta medida, esta tendencia. Gente de barrios como Campoamor que fueron a votar a partir de las 17 horas, después de ver los telediarios del mediodía las cargas policiales. Mansilla hace un inciso: "Hombre, cuando yo era pequeño en las escuelas andaluzas celebrábamos mucho más el Día de Andalucía que el Día de la Hispanidad". Sin embargo, inmediatamente matiza: "También es cierto que los andaluces públicamente defensores del referéndum somos una gota en el agua".
No hay uniformidad española en la identidad de los andaluces
No deja de ser visible, como apuntaba el politólogo Miguel Guillén, natural de Mataró e hijo de padres andaluces, que las banderas españolas han despertado en barrios con fuerte presencia de familias llegadas de Andalucía. "Hace pocos meses, en mi barrio no había banderas en los balcones. Esteladas, obviamente ninguna. Y ahora sí que hay banderas, y ya puede imaginar cuál". En una tribuna publicada en Público , añade: «Muchos de los andaluces que llegaron a Catalunya en los años 70 lo han vivido como una agresión en lo más íntimo: su identidad, sus orígenes».
Hay que ver, pues, cuál es la proporción de unos y otros. Pero sean más o menos, numéricamente, los recorridos vitales demuestran que no hay uniformidad española en la identidad de los andaluces. Los estereotipos, como ocurre a menudo, son generalizaciones que esconden la pluralidad y borran los matices.
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