Opinión
Un paso adelante o una oportunidad perdida: el Plan piloto de la renta básica universal
Por Sergi Raventós y El Equipo Del Pla Pilot Per Implementar La Renda Bàsica Universal
Oficina del Pla Pilot per Implementar la Renda Bàsica Universal
Todo está a punto para desplegar el Plan piloto de la renta básica universal (RBU). La Oficina del Plan Piloto lleva trabajando más de un año en el diseño del proyecto, que ya está definido. Ha sido un proceso que ha incluido a todas las voces posibles, tanto a nivel académico como de colectivos. El equipo ha compartido los objetivos y las hipótesis planteadas con más de 40 organizaciones y entidades representativas del ámbito social y sindical, así como con órganos públicos de carácter consultivo al Govern y otras instituciones, para escuchar su opinión y sugerencias.
El Plan piloto y la RBU cuentan, además, con un amplio apoyo social, expresado a través de diferentes manifiestos por parte de la sociedad civil organizada tanto antes de la creación de la Oficina del Plan Piloto –movimiento feminista, colectivo LGTBI, profesionales de la cultura y diferentes entidades sociales– como durante el proceso de diseño a través de declaraciones publicadas en informes de organizaciones internacionales, desde ONU-Hábitat hasta Greenpeace, que piden una RBU como una de las medidas para hacer frente a los retos del siglo XXI. A nivel ciudadano, el apoyo a la RBU y al Plan piloto es elevado: el 79% de los ciudadanos aprueban la implementación de la RBU, y el 76% cree que es necesario realizar un plan piloto antes de implementarla.
Son muchos los esfuerzos, los conocimientos científicos y la dedicación profesional que se han invertido en este proyecto como para dejar pasar una oportunidad como ésta para avanzar en la transformación social de Cataluña.
¿Por qué un plan piloto?
La renta básica es, recordémoslo, una política pública consistente en una asignación monetaria de cuantía suficiente, regulada en el tiempo y que se otorga al conjunto de la ciudadanía de forma individual, incondicional y universal. Buena parte de la ciudadanía de Cataluña debe preguntarse en estos momentos por qué es importante llevar a cabo un plan piloto de RBU en Cataluña. Otros deben preguntarse qué hace diferente a este plan piloto de los que se han realizado en todo el mundo desde los años 70.
El Plan piloto catalán puede aportarnos mucha información sobre el impacto de una RBU en ámbitos tan diferentes como los sistemas de protección social, la salud, la educación o las relaciones de género. Se prevé observar efectos en la reducción de la pobreza, la salud mental y la autonomía personal, y cambios en la redistribución del trabajo doméstico y de cuidados, así como cambios en el uso y funcionamiento de algunos servicios públicos. Se ha dicho de él que es “el plan piloto más grande de Europa”, ya que involucraría a unas 10.000 personas, de las cuales 5.000 recibirían la asignación monetaria.
Uno de los aspectos que aporta valor al Plan piloto catalán es que se centra en dos de las características de la RBU menos estudiadas: la universalidad y la suficiencia de la cuantía. A diferencia de otros planes centrados en observar los efectos de la renta básica en colectivos concretos (personas vulnerables, en el paro, etc.), el catalán no contempla ningún tipo de focalización: sólo se establece un criterio económico para excluir de la participación al 10% más rico de la población catalana. El carácter suficiente de la asignación también es un rasgo diferenciador del diseño catalán, ya que la cuantía de 800 euros por adulto y de 300 por menor de edad se ha realizado teniendo en cuenta el umbral de la pobreza en Cataluña con el fin de garantizar que esta cuantía sea realmente básica.
A diferencia de la mayoría de las prestaciones actuales, hay que destacar la individualidad de la asignación monetaria del Plan piloto, lo que fomenta relaciones de equilibrio de poder en el seno del hogar y reconoce a las personas menores como miembros relevantes y activos de la sociedad.
Los resultados y conclusiones del Plan piloto que se obtengan aportarán valor y conocimiento no sólo aplicable y relevante para Cataluña, sino también a nivel internacional y permitirán centrar el debate de la implementación de la RBU en Cataluña.
Uno de los principios que ha de guiar la actuación de las administraciones públicas es el de la planificación y evaluación de las políticas públicas. El Plan piloto se ha diseñado desde el inicio para garantizar la evaluabilidad, en el marco de las buenas prácticas de diseñas políticas públicas. La Oficina del Plan Piloto e Ivàlua –Institut Català d’Avaluació de Polítiques Públiques– ha trabajado en el diseño de un plan piloto que permitirá recopilar la máxima información posible para analizar los efectos a nivel individual, familiar y comunitario.
Todo lo anterior ha llevado a la Oficina del Plan Piloto a decantarse por un doble diseño, en el que se combina la aleatorización de domicilios para toda Cataluña (asegurando la igualdad, no discriminación y que toda la población de Cataluña tiene las mismas posibilidades de ser seleccionada para participar y recibir la asignación monetaria) y la saturación de dos municipios. Eso permite estudiar de manera pionera en Europa la característica de universalidad y acercarse todo lo posible a una RBU pura. Este doble diseño ha sido reconocido y elogiado tanto a nivel nacional como internacional.
Una mayoría social a favor
Una encuesta reciente ha revelado que la RBU, como propuesta, tiene un amplio apoyo social, independientemente del nivel de estudios, de la edad, del sexo e incluso del partido por el que se simpatiza. Los simpatizantes de los tres partidos principales del Parlament de Catalunya aprueban la implantación de la RBU, y lo hacen con un grado de acuerdo (7,1 sobre 10 los simpatizantes de ERC y 6,7 los de Junts y del PSC) que se sitúa por encima de la media de la población (6,6). De hecho, sólo simpatizantes de Vox y PP tienen un nivel de apoyo a la renta básica de media inferior a 5.
El apoyo al despliegue de una prueba piloto antes de implementar la renta básica universal en Cataluña aún es más transversal: no hay ningún partido en el que sus simpatizantes no den apoyo por mayoría. Los partidos en los que hay menos porcentaje de simpatizantes que dan apoyo son Vox y PP, con un 56% y 60% de simpatizantes, respectivamente. El resto de los partidos tiene una base muy amplia de personas que están a favor. Concretamente, el grueso de simpatizantes de ERC (82%), Junts (80%), el PSC (79%), En Comú Podem (78%), la CUP (76%) y Ciudadanos (64%).
A pesar de este apoyo transversal, este viernes el Parlament de Catalunya votará la Ley de medidas de acompañamiento a los presupuestos para 2023 donde la ejecución del Plan piloto de renta básica universal corre el riesgo de ser frenada.
En definitiva, el Plan piloto catalán, por las innovaciones metodológicas y de contenido, dará respuestas que no se han podido dar antes a muchos niveles. Además, los datos muestran que hay una clara mayoría social y refuerzan la necesidad de realizar el Plan piloto. Una oportunidad para avanzar en la transformación social de esta magnitud no podemos dejarla perder. Aún estamos a tiempo.
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