Opinión

Julio Anguita no era un líder

Julio Anguita, en una imagen de archivo
Julio Anguita, en una imagen de archivo

Por Joaquín Recio

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Julio Anguita en la década de secretario general del PCE: 1988-1998

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Una gran capacidad de análisis y un estilo propio

La importancia de la Fiesta del PCE y del mitin del secretario general en este marco. Demostración de fuerza militante es el espacio donde se inicia la actividad y se marca el comienzo del año político. Destacan, a mi parecer, entre todos los mítines de la fiesta protagonizados por Julio Anguita, por su contenido y belleza formal, el primero y el último. Son de una estructura y de una profundidad que eleva a la militancia a una comunión intelectual durante un tiempo muy especial. Cuántas veces Julio Anguita paraba la ovación para pedir que el auditorio escuchara lo que explicaba. Muy especial es el mitin del 98, con casi 30 páginas en el documento original, inolvidable, y aquí incluido como no podía ser menos. Del manejo de la oratoria, la declamación perfecta, de los tonos emocionales... que producía Julio solamente pueden hablar quienes lo vivimos.

Otro elemento clave para comunicar y transmitir ideas a la militancia, con una clara perspectiva pedagógica, es la entrevista. Julio Anguita, como dice el profesor José Sarrión, las clavaba. La entrevista era aquellos años el momento decisivo de los políticos, donde en muy poco espacio debía decir mucho, donde la fotografía de la actualidad debía ser la adecuada para conseguir la atención del lector y la lectora... muy parecido al estilo actual de las redes sociales con sus Twitter y Facebook.

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