Opinión
El resultado electoral alemán, Trump y China

Por Pedro Barragán
Economista y vicepresidente de Cátedra China
-Actualizado a
En las recientes elecciones federales de Alemania, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), liderada por Friedrich Merz, ha obtenido la victoria con un 28,5% de los votos, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha logrado un histórico segundo lugar con el 20,9% de los votos, duplicando su resultado de 2021, y el Partido Socialdemócrata (SPD), encabezado por el actual canciller Olaf Scholz, ha sufrido una significativa derrota, quedando en tercer lugar con un 16,4% de los votos, su peor resultado desde 1890.
Tras los comicios, Merz ha expresado su intención de formar un gobierno rápidamente, buscando una coalición con el SPD y descartando cualquier colaboración con la AfD debido a sus posturas extremistas. Esta nueva "gran coalición" entre la CDU y el SPD se diferencia de las anteriores debido a la notable disminución del apoyo al SPD.
Las declaraciones de Friedrich Merz sobre Estados Unidos
Tras su victoria en las elecciones federales alemanas, Friedrich Merz, líder de la CDU/CSU, ha manifestado la necesidad de que Europa logre una "independencia real" de Estados Unidos. En una entrevista televisiva, Merz ha declarado: "Mi prioridad absoluta será fortalecer Europa lo más rápido posible para que podamos lograr, paso a paso, una independencia real de los Estados Unidos". Estas declaraciones reflejan su preocupación por la aparente indiferencia de la administración Trump hacia el destino de Europa.
Merz ha sugerido que Europa debe considerar acuerdos de defensa más profundos con el Reino Unido y Francia, incluyendo la posibilidad de participar en sus arsenales nucleares, para reforzar la seguridad europea ante posibles agresiones rusas. Esta postura surge de la percepción de que la dependencia de la protección estadounidense ya no es confiable bajo Trump.
Además, Merz ha criticado las recientes iniciativas de Trump, como las conversaciones de paz sobre Ucrania que excluyen a líderes europeos y ucranianos, lo que ha generado tensiones en las relaciones transatlánticas. Estas acciones han llevado a Merz a abogar por una mayor unidad y autonomía europea en asuntos de defensa y política exterior.
En resumen, las declaraciones de Friedrich Merz subrayan una intención clara de reducir la dependencia europea de Estados Unidos y fortalecer la cooperación interna en materia de seguridad y defensa, especialmente en el contexto de las políticas impredecibles de la administración Trump.
Posibles consecuencias sobre las relaciones con China
Estas declaraciones de Friedrich Merz sobre buscar una mayor independencia de Estados Unidos representan un giro estratégico que puede fortalecer los vínculos de Alemania y, por extensión, de Europa con China. Desde Beijing se observa con interés cómo la principal potencia económica de la Unión Europea plantea distanciarse de la influencia estadounidense, lo que podría abrir nuevas puertas para una cooperación económica y tecnológica más estrecha. En un contexto global marcado por la competencia de Estados Unidos contra China, cualquier debilitamiento de las alianzas transatlánticas beneficia a los intereses chinos, al permitirle consolidar su presencia en mercados clave sin enfrentar la presión coordinada de Occidente.
Una Alemania menos alineada con Washington significaría poder ser más receptiva a las inversiones chinas en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos y las energías renovables. La transición energética alemana, que depende de componentes esenciales como paneles solares y baterías, podría beneficiarse del liderazgo industrial chino, lo que reforzaría la interdependencia económica entre ambos países. Además, la posibilidad de que Alemania dependa menos de las cadenas de suministro estadounidenses podría incentivar una mayor cooperación en áreas como la infraestructura digital y las telecomunicaciones.
No obstante y aunque las declaraciones de Merz sugieren un mayor margen de maniobra para Alemania, Berlín sigue comprometida con Estados Unidos y un distanciamiento total entre Alemania y Estados Unidos es poco probable, dado que la cooperación en materia de defensa y comercio sigue siendo prioritaria para la Unión Europea.
En términos geopolíticos, estas declaraciones debilitan la cohesión occidental y son una oportunidad para reconfigurar el equilibrio de poder en Europa. Si Alemania adopta una postura más autónoma, podría emerger una Europa más pragmática y abierta a colaborar con distintas potencias, facilitando una normalización en las relaciones con China. En cualquier caso, la mejora de relaciones con Beijing generará tensiones con Francia y los países bálticos, punta de lanza de la alineación pro norteamericana de Europa contra China. El debilitamiento de la influencia estadounidense en Europa abre una oportunidad para fortalecer los lazos económicos y tecnológicos entre Alemania y China.
La visión desde China
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, ha dicho al conocerse los resultados electorales que China está dispuesta a trabajar con el nuevo gobierno federal alemán para fortalecer y desarrollar aún más la asociación estratégica integral entre China y Alemania. Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hace cincuenta y tres años, China siempre ha considerado las relaciones chino-alemanas desde una perspectiva estratégica y de largo plazo. Alemania y la UE tienen influencia global, y China está contenta de ver que Alemania y la UE juegan un papel importante en los asuntos globales. China apoya la integración europea y la autonomía estratégica de la UE, y está dispuesta a trabajar junto con Alemania y la UE para seguir contribuyendo a la paz y la prosperidad mundiales, ha manifestado el portavoz Lin Jian y recoge el periódico chino Global Times.
Las recientes acciones de la administración Trump en relación con la guerra en Ucrania y su negociación con Rusia están redefiniendo las dinámicas geopolíticas globales. La posible fractura en las relaciones entre Estados Unidos y Alemania, junto con la percepción de una política exterior estadounidense más unilateral, podría acelerar la transición hacia un orden mundial más multipolar, donde las alianzas tradicionales se reconfiguran y nuevas coaliciones emergen en respuesta a los intereses nacionales y regionales cambiantes.
Beijing observa cómo la creciente divergencia entre Estados Unidos y Alemania podría acelerar la búsqueda de una mayor autonomía estratégica por parte de Europa. En un contexto donde Estados Unidos parece priorizar sus intereses nacionales incluso a costa de sus aliados, China podría posicionarse como un socio más predecible y cooperativo para Alemania.
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