Columnas
Hombres que ofrecen a madres e hijas para drogar y violar
Periodista
Hombres dispuestos a drogar, violar y vender, ya no solo a sus parejas, también hasta a sus madres e hijas. Esto ha ocurrido en Alemania. Periodistas de la radio pública han investigado durante un año a diversos grupos de Telegram con miles de hombres. No es nuevo que nos droguen para anular nuestra voluntad. Lo hicieron siempre.
El fondo es la manada de tíos, el grupo, la complicidad de los machos. Donde ni uno solo de los que ha pasado por esos foros denunció que se hablara de cómo drogar, grabar o intercambiar las imágenes sexuales de mujeres violadas inconscientes. Insisto, había miles de hombres y ni uno dio la voz de alarma. No les vale con fotografiar mujeres en probadores o en duchas de gimnasios. No les vale con pasar vídeos privados de sus parejas. Ofrecen hasta drogar y violar a sus propias madres o hijas. Y por si alguien no sabía cómo hacerlo, daban tutoriales para adquirir sedantes y narcóticos.
Pero es que hace apenas dos meses antes, en Portugal, sucedió lo mismo. En otro chat de Telegram, con 70.000 hombres, se pasaban sin permiso imágenes sexuales de mujeres. Es decir, uno de cada 70 hombres del país. En el chat, las mujeres estaban clasificadas en categorías: gordas, madres e hijas, feas pero 'me las comí', mujeres embarazadas, trans… Y también comentaban con júbilo cómo hacer grabaciones a mujeres sin ser pillados en baños, probadores o gimnasios. Es decir, imaginen que esto equivale a un estadio de fútbol completo lleno de tíos que están compartiendo fotos y vídeos íntimos de mujeres. No son ni enfermos ni psicópatas porque los vídeos y fotos no es casual que solo sean de mujeres; en ellos no aparecen sus padres, ni hermanos, ni amigos ni colegas drogados o violados, porque ellos son sagrados. Y da la casualidad de que aunque toda la sociedad se críe en el machismo nosotras no organizamos foros para drogar y violar a hombres.
No es solo Alemania, Pelicot, o los de Portugal. Antes de esto, hubo otro chat masivo en Corea, y aquí solo hay que dar un repaso a esos foros de hombres no de ahora, de hace años, donde opinan, puntúan y humillan a mujeres prostitutas de este país. Eso demuestra que es estructural: que no nos ven como personas, sino como objetos para su disfrute. Por cierto, mientras aquí la prostitución es alegal, en Portugal la compra y venta (menos en prostíbulos) sí está permitidal. Y en Alemania la prostutición está regulada. Lo digo para que pensemos que cuando se normaliza comprar mujeres, se normaliza que nos compren a todas. Cuando se normaliza que estemos en venta, estamos en venta todas, hasta tu madre o tu hija.
Un refrán dice que piensa mal y acertarás. Temo no equivocarme si digo que seguro que estos que venden a las mujeres de su familia son los que luego dirán que cómo no van a ser ellos feministas, que tienen madres e hijas. Son los mismos que dicen que los hombres están cagaos, pero somos nosotras las que estamos en la diana para ser drogadas, violadas o asesinadas. Son los mismos que nos llaman exageradas cuando a ellos nadie les educa fuera de su machismo pero nos educan a nosotras en tomar cuidado y precauciones. Son los mismos del “Not All Men” pero en estos titulares hay miles de hombres. Son los mismos de los de Pelicot es un caso aparte, pero estos también son padres, hermanos, primos, amigos, vecinos o jefes. Son los mismos del “feminismo ha llegado demasiado lejos” o una “denuncia te arruina la vida”, pero ellos llegan lo más lejos que puedan porque se saben impunes y cómplices. Son los que no tienen vergüenza pero nos quieren avergonzar a nosotras. Son los que nos dejan claro que siempre seremos objetos y nunca seremos libres hasta que no lo seamos todas.
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