Columnas
Europa y el lobo, la Europa idiota
Por Luis Miguel Domínguez
Presidente de Lobo Marley/ EAWC
En una sociedad tan entregada a lo cívico como la de la antigua Grecia (madre histórica y filosófica de la sociedad europea actual), estaba muy mal visto el analfabetismo político, hasta el punto de que aquellos primeros ciudadanos europeos tenían el término preciso para denominar a aquellas personas dedicadas exclusivamente a sus asuntos privados y no a lo común o público: esas personas eran unos IDIOTAS redomados.
La palabra 'idiota' viene del griego ἰδιώτης idiṓtēs y originalmente no era un adjetivo irrespetuoso, despectivo ni insultante, era tan solo nítidamente descriptivo, sin más, pues este término deriva de la raíz griega idios, que hace referencia a lo privado y a lo propio, señalando así a aquellos egoístas miopes, dedicados de lleno solo a lo suyo, que les importa un comino la sociedad y sus cimientos. Por eso este escrito no tiene vocación de ofender, si no más bien de describir y alertar sobre la máquina trituradora en que se está convirtiendo Europa para nuestro patrimonio natural por la visión 'idiota' de algunos.
Por ejemplo al servicio de los axiomas más populistas de las derechas escocidas, la propia Ursula Von der Leyen hizo campaña desde el Parlamento europeo contra uno de los símbolos mas significativos de lo común del patrimonio natural europeo: el estigmatizado lobo (Canis lupus). A esa pirueta, extremadamente politizada, obsesiva e indocumentada le faltaba tan solo la bendición del órgano creado para la defensa del medio natural europeo, el Convenio de Berna. Este se la dio el pasado día 3 de diciembre, sin salirse del guion escrito, como nos temíamos, bajando el status de protección legal del lobo en toda Europa. Nos dejó a todos los ciudadanos, que conocemos el valor de la naturaleza con la biodiversidad a la cabeza, estupefactos, por varios motivos.
El primero de todos, es que esta decisión extrema, no obedece a ningún planteamiento o informe científico, pues todos ellos, con los aportados por la EAWC a la cabeza, representando a quince países de la Unión Europea, en los que aún hay lobos, indican indiscutiblemente que la especie está pasando horas bajas en todo el territorio europeo. Así pues, tal decisión no será vinculante para los Estados miembros y, por ejemplo, la caza del lobo en España seguirá siendo ilegal. Por lo tanto, solo servirá como efecto placebo para aquellos idiotas que tan solo se preocupan de lo suyo, en detrimento de lo que es de todos y que solo buscan satisfacer sus ansias de matar.
Lo siguiente que ha ocurrido es que se ha sentado un precedente inaceptable, pues ahora será lógico hacerse la pregunta de rigor ¿qué especie será la siguiente desprotegida? ¿El Oso Pardo porque pone en peligro de vez en cuando la tarde dominguera de quién es irrespetuoso en el monte, o las focas grises escocesas que se comen los salmones de las piscifactorías, o quizás el pizpireto abejaruco que según los observadores más simplistas y maniqueos es el único azote para la moribunda apicultura europea?
Desde luego, si el Convenio de Berna desde su sede de Estrasburgo no va a ser capaz de resistir las presiones de esa parte de la ciudadanía idiotizada, que solo vela por sus intereses, mejor que echen el cierre y se vayan. Mantener en pie a un organismo así, solo para firmar las penas de muerte de nuestra fauna más amenazada, se me antoja demasiado caro. Por favor, no nos hagan perder nuestro tiempo.
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