La fuerza colectiva de las mujeres venció a los trols y al algoritmo de Meta: así recuperó Fallarás su cuenta de Instagram
La periodista destaca que su perfil es ahora "un espacio más seguro que nunca" y agradece la rápida respuesta de la compañía. Meta activó las alarmas tras recibir un "aluvión de denuncias" y multiplicar las menciones en redes.
Madrid--Actualizado a
"Hola, @cfallaras. Se ha suspendido tu cuenta de Instagram porque esta o la actividad en ella no cumplen nuestras normas comunitarias. Si crees que hemos cometido un error, tienes hasta el 24 de abril de 2024 para apelar la decisión. Si no tomas medidas, tu cuenta se inhabilitará permanentemente". Cristina Fallarás recibió este sábado un mensaje "no casual" de Meta, una notificación que califica de "ataque contra la voz de las mujeres".
La columnista de Público no podía entrar en su perfil, donde "recoge mensajes de mujeres que narran las violencias machistas que sufren", en parte, por el "miedo" a hacerlo ante la Justicia o en los medios de comunicación. El bloqueo de la cuenta se producía seis días después de la publicación de un "relato" que provocó la dimisión de Íñigo Errejón, y tan sólo dos días después de que el exportavoz de Sumar renunciase al cargo, según él, por haber "llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona".
Instagram reactivó la cuenta de Fallarás a las pocas horas, tras la avalancha de críticas y mensajes de compañeras, muchas, del movimiento feminista. La escritora reconoce al teléfono que la "fuerza colectiva del feminismo" marcará un antes y un después en el funcionamiento de la plataforma y destaca que su perfil es ahora "un espacio más seguro que nunca", una "herramienta de reconocimiento y sanación" para todas las víctimas. ¿Qué ocurrió y por qué Meta, propiedad de Mark Zuckerberg, amenazó con cerrar de manera indefinida la cuenta de la periodista?
El 21 de octubre, Fallarás publicó el primer testimonio que acusaba a Errejón de episodios de maltrato y violencia machista. Los primeros mensajes señalando al exportavoz de Sumar en el Congreso –algunos, con códigos para no proclamar su identidad– comenzaron a circular por Twitter el 22 de octubre, es decir, un día después. El miércoles llegaron las primeras reacciones con nombre y apellidos, pero no se hicieron virales. Errejón dimitió el jueves, poco después de que Público avanzase que estaba "en la cuerda floja" tras las acusaciones de acoso vertidas. Ni Sumar ni Más Madrid tomaron cartas en el asunto hasta el 24 de octubre, cuatro días después de la publicación del primer testimonio.
"Lo que pasó fue absolutamente extraordinario. Esta es la primera vez, según me consta, que una acción colectiva –la protesta de las mujeres– consigue modificar la decisión de una plataforma y su normal funcionamiento. La respuesta de Meta evidencia la fuerza que tienen tanto las mujeres como las redes en estos momentos. Instagram pertenece a una empresa privada, pero si la utilizamos correctamente, podemos conseguir avances. En este caso, han tenido que modificar su política y anular el cierre", señala Fallarás. La periodista cuenta que la directora de Meta la llamó personalmente para disculparse y agradece la "humanización" de los procesos en las compañías tecnológicas.
Las menciones habituales que recibe Instagram en la conversación digital –TikTok, Facebook y, fundamentalmente, X– se multiplicaron este sábado por 20, pasando de picos con un 80% de comentarios positivos a picos con un 80% de mensajes negativos. Este cambio de tendencia hizo saltar las alarmas. "Meta mide los impactos que consigue en las diferentes redes sociales. La gráfica muestra un pico de comentarios negativos que coincide con la suspensión de la cuenta [de Fallarás]. La búsqueda aporta datos a nivel global: si hablásemos sólo de España, los porcentajes se multiplicarían por mil", explica a Público Julián Macías Tovar, director de Pandemia Digital.
Un aluvión de denuncias en Instagram
"Desde que publiqué el testimonio contra Errejón, me han llegado más de un millar de mensajes (...). Muchos de ellos eran relatos de otras agresiones sexuales llevadas a cabo por más políticos, gente de la cultura, periodistas... Si me quitan la cuenta, todos esos testimonios quedan perdidos. Hubiera sido ataque contra todas, una destrucción de las herramientas, pocas, que tenemos para romper el silencio que rodea la violencia sexual contra las mujeres", lamentaba Fallarás poco después de quedarse sin Instagram. La escritora confiesa a Público que la cuenta se bloqueó, según le explicaron desde Meta, debido a un "aluvión de denuncias".
Julián Macías Tovar detalla el modus operandi que ha seguido Instagram y que suelen adoptar las empresas tecnológicas ante este tipo de situaciones. "La cascada de menciones no habituales seguramente activó las alertas del equipo de análisis de Meta. El algoritmo bloqueó la cuenta tras las denuncias recibidas y, cuando revisaron manualmente lo sucedido, tuvieron que llamarla y devolverle la actividad", subraya el experto en análisis de redes. Meta ha reconocido a Público que no disponen de "más información al respecto".
Fallarás lleva un año y tres meses publicando en su cuenta de Instagram los relatos de mujeres que narran los episodios de violencia sexual, psicológica, física o económica que sufren cada día. Esta no es la primera vez que Meta bloquea su cuenta. El pasado 1 de marzo también le apareció un mensaje nada más abrir la aplicación por la "publicación de contenidos indebidos". La periodista ya denunció por aquel entonces la "censura" de las redes contra "la lucha de las mujeres por evidenciar las agresiones sexuales que sufrimos" y recordó que los contenidos violentos "de todo tipo" circulan sin ningún tipo de control por Internet.
El trabajo de recopilación, activismo y escucha que lleva a cabo Fallarás viene de lejos. En 2016, la escritora puso en marcha la campaña #Cuéntalo en X –por aquel entonces, Twitter–, pero la "hostilidad" de la plataforma aceleró su traslado a Instagram. La publicación del testimonio contra Íñigo Errejón, que provocó el cierre de su cuenta y la posterior reactivación, supone un avance "inédito", un punto de inflexión en la lucha feminista. "La acción colectiva de las mujeres ha vencido a los trols. No nos vamos a callar, vamos a seguir recogiendo y publicando testimonios; nuestra fuerza puede más que el silencio", concluye la periodista.
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