Así será el protocolo contra la violencia sexual de la fiesta de los Goya
Los primeros pasos ante un caso de abuso son aislar a la víctima y atender sus necesidades.
Alicia G. Arribas (EFE)
Madrid--Actualizado a
Aislar a la víctima, por un lado, y al presunto agresor, por otro, y atender inmediatamente las necesidades de la persona agredida son los pasos básicos que cualquier protocolo de seguridad debe tener en eventos de cierta envergadura. Así serán los Goya, y fueron los premios Feroz o, este fin de semana, los Carmen, los premios de la Academia de Cine de Andalucía. Después, una vez avisada la Policía, se plantea a la víctima si quiere poner denuncia o no, según los métodos en festivales y eventos de cine de los últimos años.
Son procedimientos muy sencillos que se adoptan no solo como indicaciones sino como medidas de protección tanto para invitados, como para los trabajadores. Para cumplir su misión, un protocolo debe incluir principios y compromisos y tener métodos de actuación claros, lo que facilitará la condena ante la opinión pública.
Carlos Loureda, codirector del festival Zinegoak: "Los protocolos funcionan como trampas para los depredadores"
La Academia de Cine asegura tener "desde siempre herramientas internas, desde el protocolo de emergencias, al de riesgos de salud laboral", que previenen cualquier situación. "Cuando preparas un evento de esta categoría, hay que tenerlo todo en cuenta", señaló un portavoz sobre la gala de los Goya, que se celebra en Sevilla el próximo sábado.
Muchos eventos optan por aplicar sus propios métodos. A veces se designa a dos personas –hombre y mujer– como referentes del espacio seguro, facilitándose su teléfono de contacto durante la gala y fiesta a todos los miembros de la organización. En los Feroz y en los Carmen, por ejemplo, fue así.
El primer festival en aplicar un protocolo de seguridad en España fue el Zinegoak (festival internacional de cine LGBTIQ+ que se celebra desde 2004 en Bilbao), y lo hizo en 2020 empujado por un problema que surgió "y no supimos cómo actuar", reconoce uno de los miembros del equipo de dirección del Zinegoak, que lamenta "el no haber actuado de inmediato".
"Los protocolos funcionan como trampas para los depredadores; si llenas de trampas su territorio, lo abandonan. Y funcionan justamente así, como una medida preventiva para convertir todos los lugares, tanto de trabajo, como de diversión, en espacios seguros", afirma Carlos Loureda, codirector y programador del Zinegoak y redactor del primer protocolo.
Protocolo general y ley del 'solo sí es sí'
En algunos ayuntamientos de España (no en todos), hay un protocolo general contra las agresiones; así nacieron los puntos lilas, o los pregunta por Ángela (asistencia en discotecas y bares). Son herramientas popularizadas después del #MeToo, como los compromisos contra el abuso sexual en el entorno de la industria cinematográfica que, ya en 2018, adoptaron varios festivales, como Sundance, Cannes o Berlín.
Ahora, la ley del solo sí es sí establece que cualquier acción de naturaleza sexual no consentida es una agresión y por lo tanto un delito. Ese cambio ha sido fundamental en la denuncia en la fiesta posterior a la gala de los Feroz en Zaragoza.
Los protocolos más recientes incluyen actuaciones no solo contra agresiones sexuales, sino contra acoso de cualquier tipo por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género, y más allá: por clase, origen, raza, nivel de estudios en múltiples y variados escenarios.
No exponer a la víctima
Lo más importante es garantizar el respeto y protección de todas las personas afectadas y la confidencialidad –de manera que se preserve la integridad de las mismas–, así como hacerlo con diligencia y celeridad, porque los efectos son menores si se responde a tiempo.
También hay que garantizar la imparcialidad, de manera que toda persona debe ser tratada en términos de no discriminación –los investigados y los que no–, restituir la situación de la persona agredida y prohibir expresamente las represalias. Y, sobre todo, evitar la reiterada e innecesaria exposición pública de la víctima, incluida su identidad.
En este punto fue donde fallaron los Feroz, reconoce María Guerra, presidenta de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE) y organizadora de los premios, que lamenta sobremanera la "torpeza" de haber hecho público el nombre de la actriz que denunció por acoso al productor Javier Pérez Santana. La propia actriz ha deseado que su experiencia "sirva para que muchas personas se animen a denunciar".
Guerra pide que estos protocolos se establezcan en "Eurovisión, en las empresas, en las familias; en fin, que no se demonice al mundo del cine, porque no solo pasa en nuestro ámbito".
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