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@Alopezdemiguel
MADRID.- Bruselas insiste en que no habrá cesiones en materia de protección medioambiental con el TTIP, pero la filtración de nuevos documentos apunta exactamente a lo contrario. La propuesta sobre Energía y Materias Primas de la Comisión Europea analizada por Público serviría como una suerte de pase VIP a las redes de distribución de gas y electricidad para las multinacionales de ambos lados del Atlántico, e incluso contempla la inclusión de un "compromiso judicialmente vinculante" para eliminar "toda restricción existente en la exportación de gas natural comercializado", lo que podría incrementar su consumo y acelerar aún más el cambio climático.
El texto filtrado incluye un "compromiso judicialmente vinculante" para eliminar "toda restricción existente en la exportación de gas natural comercializado"
De hecho, el texto también plantea prohibir específicamente a EEUU y a la UE la restricción del comercio de combustibles fósiles con el alza de los precios a través de "licencias", "requerimientos de precio mínimo" o impuestos a las exportaciones. Esto ataría las manos de los estados para reaccionar ante un aumento de exportaciones de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas, con el consiguiente impacto medioambiental -que ni siquiera aparece contemplado ni mencionado en este Anexo-.
Así se establece en uno de los dos documentos filtrados este lunes por la Campaña estatal no al TTIP en exclusiva a Público, Cadena Ser y La Sexta, y que salen a la luz apenas unas horas antes de que comience la ronda de negociaciones número 14 entre la UE y EEUU.
Fechada el 21 de junio de 2016, la Propuesta de la UE para un Capítulo de Energía y Materias Primas en el TTIP "podría quebrantar políticas de EEUU y de la Unión que alienten la producción de energía limpia", según el análisis del documento elaborado por Ecologistas en Acción, al que también ha tenido acceso este diario. "La propuesta de la UE incluye una nueva disposición según la cuál las compañías eléctricas no deberían discriminar entre distintos tipos de energía en la concesión de acceso a la red eléctrica", por lo que los gobiernos tendrían mucho más difícil favorecer el consumo de energías renovables. Y el texto sólo permite "excepciones limitadas a esta regla", por lo que los estados podrían ser forzados a probar que una medida política adoptada era "necesaria", "objetiva" y legítima".
"Con el TTIP los gobiernos tendrían mucho más difícil favorecer el consumo de energías renovables. Y el documento sólo permite "excepciones limitadas a esta regla", afirma el análisis
"Es un paso en la dirección contraria al Acuerdo de París", explica Tom Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acción, una de las casi 500 organizaciones que entran bajo el paraguas de la Campaña. Así, el activista reconoce que el documento con la posición inicial de la Comisión, elaborado en 2013 y filtrado un año después, "era aún peor" que el texto que hoy está sobre la mesa, pero advierte de que la simple eliminación de las restricciones a la exportación sería nociva para el medio ambiente, teniendo en cuenta que el fracking es la técnica de extracción de gas predominante en EEUU.
Otra de las aristas más afiladas del documento hace referencia a la cooperación reguladora: establecería la creación de un "grupo de trabajo para energía y materia prima" que tendría como objetivo "monitorizar la implementación" de las "obligaciones" incluidas en el texto, lo que según el activista permitirá a las multinacionales "dar otro paso dentro de las instituciones".
Kucharz afirma que la simple eliminación de las restricciones a la exportación sería nociva para el medio ambiente, teniendo en cuenta que el fracking es la técnica de extracción de gas predominante en EEUU
En la misma línea, el texto plantea que las partes "deben fomentar la autorregulación de la industria en los requerimientos en eficiencia energética", más que usar "requerimientos obligatorios", y establece que "promoverán primero las medidas de autorregulación impulsadas por la industria, siempre que se considere que estas pueden alcanzar los objetivos más rápido" que con las regulaciones ya existentes, según el análisis de Ecologistas en Acción. "O sea: las normas y criterios serán previsiblemente más laxas, y será sustituidas por una autorregulación voluntaria cuanto las partes lo consideren mejor", afirman.
Distintos medios de EEUU, Alemania, Austria, Reino Unido, Francia y Hungría también se harán eco de la filtración de este lunes, que llega horas antes de que la Comisión, que había advertido de su publicación -sin dar fechas- haya podido presentar formalmente su propuesta a EEUU. La revelación tiene lugar algo más de dos meses después de la filtración de Greenpeace Holanda, en el mes de mayo, que sacudió con fuerza al Ejecutivo comunitario.
En esa ocasión los textos desvelados también incluían la posición de EEUU, pero Kucharz recuerda que los documentos que ven la luz hoy son absolutamente inéditos, y por ello ofrecen nuevas perspectivas sobre el polémico Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP, en inglés): "Este capítulo no estaba entre los documentos filtrados. Muestra que la UE sólo está interesada en defender los intereses de las energéticas, a pesar de lo que dice en sus ruedas de prensa. Y desde luego va en contra de cualquier esfuerzo de la sociedad civil o de los partidos por luchar contra el cambio climático", apostilla.
“Palabras bonitas” y “no vinculantes”
En los textos no aparece una sola mención a la pobreza energética, ni tampoco se pone sobre la mesa la posibilidad de consultar con los parlamentos nacionales estas disposiciones
El segundo documento filtrado por la Campaña es la oferta de la UE en materia de disposiciones sobre los aspectos climáticos del capítulo Comercio y Desarrollo Sostenible (Proyecto de propuesta de disposiciones sobre los aspectos climáticos del capítulo 'Comercio y Desarrollo Sostenible), fechado el 22 de junio de 2016. El texto recurre a un lenguaje inconcreto para únicamente citar la “importancia” del Acuerdo de París, sin plantear siquiera la necesidad de cumplir sus disposiciones. Lo que sí impone es la obligatoriedad de cooperar para “reducir o eliminar, cuando corresponda, las barreras no arancelarias relacionadas con bienes y servicios relacionados con el medio ambiente”; un concepto sumamente amplio y ambiguo.
“Recuerda mucho al apartado sobre el desarrollo sostenible del CETA [acuerdo comercial UE-Canadá]”, explica Kucharz, que destaca que el documento en cuestión no es vinculante. “Está formulado con palabras muy bonitas, pero no es legalmente vinculante”, advierte, criticando que en ninguno de los textos filtrados se plantee la necesidad de una evaluación ambiental para estudiar los efectos del acuerdo, no aparezca una sola mención a la pobreza energética ni tampoco se ponga sobre la mesa la posibilidad de consultar con los parlamentos nacionales estas disposiciones.
Las trampas lingüísticas de la Comisión están diseminadas también en el primer documento, especialmente en el Anexo II, Mecanismo de Consultas sobre Energía. En apenas un folio Bruselas plantea que este organismo estaría coordinado por la Secretaría de Energía de EEUU y por su homólogo en el Ejecutivo comunitario, y propone que en situaciones de emergencia energética sea posible crear un panel ad hoc para estudiar el escenario en cuestión y resolver esta emergencia, aunque no acota qué podría entrar dentro de este término.
"Es muy curioso porque hablan de emergencia pero no definen qué es”, critica el portavoz de la Campaña, que ve en esta redacción un intento por “garantizar la seguridad energética” y no un blindaje ante situaciones como la que tuvo lugar con el hundimiento del petrolero Prestige. “Su objetivo no es resolver o evitar problemas ambientales o sociales derivados de las emergencias”, zanja.
Expertos independientes y ONGs, fuera de escena
En esta línea, Bruselas propone que en estos gabinetes de crisis creados ad hoc para gestionar estas emergencias haya sillas para ambos bloques negociadores, para “expertos propuestos y mutuamente aprobados por las partes” y para representantes de las multinacionales. La Comisión no reserva un solo puesto para expertos independientes, asociaciones profesionales del sector u organizaciones ambientalistas.
Lo que sí establece es que cada parte corra con todos sus gastos en una situación de emergencia, e introduce nuevas restricciones normativas para los estados. “Las partes se inhibirán de desarrollar iniciativas no relacionadas con la situación de emergencia que tenga lugar y que puedan generar o multiplicar las condiciones negativas para el suministro de gas natural o petróleo”, reza el texto.
Por si el contenido no fuera suficiente, la revelación de estos documentos llega en un momento sumamente complicado para Bruselas, que encuentra serios obstáculos en su carrera para ratificar el CETA, y que en privado llega a reconocer su temor porque el TTIP, que cada vez cuenta con un mayor número de detractores, acabe en vía muerta.
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