Este artículo se publicó hace 8 años.
Un Partido Republicano escorado aún más a la derecha marca el inicio de las primarias en Estados Unidos
Las proclamas ultras han servido a Donald Trump y Ted Cruz para liderar los sondeos
entre los conservadores a costa de otros aspirantes. Hillary Clinton y Bernie Sanders
llegan a los 'caucus' de Iowa casi empatados en el lado demócrata.
WASHINGTON.- El estado de Iowa abre este lunes la etapa de elecciones primarias en Estados Unidos con sus caucus, una primera cita con las urnas a la que Hillary Clinton y Bernie Sanders llegan casi empatados en el lado demócrata, igual que Donald Trump y Ted Cruz en el republicano.
En institutos y restaurantes de todo el estado, los quince aspirantes demócratas y republicanos se afanaban por convencer a los indecisos para los caucus, las asambleas populares con las que Iowa inaugura el proceso de selección de los dos candidatos que en noviembre concurrirán a las elecciones generales.
"Vamos a ganar", dijo Trump ante cientos de personas en una escuela de Council Bluffs, en la frontera entre Iowa y Nebraska. El magnate, protagonista de un increíble auge pese a la oposición del aparato del partido republicano, llega a la cita de Iowa con el 28% del respaldo entre los votantes conservadores, seguido por el senador Ted Cruz, favorito del movimiento ultra Tea Party y que cuenta con un 23% de apoyos, según la última encuesta, publicada este sábado por el diario Des Moines Register.
Tanto Cruz como Trump han escorado aún más a la derecha el debate entre los republicanos para ganarse el favor de los conservadores
Tanto Cruz como Trump han escorado aún más a la derecha el debate entre los republicanos para ganarse el favor de los conservadores de Iowa. Las proclamas ultras han dado alas a ambos candidatos a costa de otros aspirantes que se han presentado más moderados. Prueba de ello es el senador Marco Rubio, que tras apostar por una posición menos radicalizada, volvió a virar hacia la derecha, lo que ha valido situarse tercero en los sondeos. En el bando republicano, están claros cuáles son los asuntos que más importan: combatir al terrorismo en casa, al Estado Islámico en Irak y Siria, llevar a cabo una reforma del sistema fiscal, desmantelar la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama, lidiar con la inmigración y poner fin a la "inoperancia" gubernamental.
Durante su intervención en Council Bluffs, Trump se atrevió incluso a pronosticar que, además de en Iowa, ganará en "estados sobre los que normalmente no piensan" los republicanos, incluido el suyo, Nueva York, un fuerte feudo demócrata. Antes del acto, cientos de personas esperaron durante horas a que abrieran las puertas, muchos de ellos seguros de que el magnate no es meramente una moda pasajera y seducidos por su mensaje, incluida su promesa de deportar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en el país.
Sin embargo, el aspirante republicano más activo en Iowa ha sido Cruz, el ultraconservador senador por Texas, favorito también entre los evangélicos, un grupo de votantes clave para los aspirantes republicanos en este estado del medio oeste estadounidense. "Este es el momento de que los hombres y mujeres (conservadores) de Iowa tomen la decisión de decir: no nos van a engañar más", aseguró Cruz, que ha recorrido los 99 condados de Iowa en los últimos meses tratando de presentarse como una alternativa a la derecha de Trump.
Por su parte, entre los demócratas, más de dos tercios de los votantes registrados comparten esa misma impresión, lo que puede explicar en parte el auge de Bernie Sanders, un senador de 74 años que se define como socialista y aboga por una revolución política que cambie el "corrupto" sistema financiero y electoral estadounidense.
Sanders ha logrado estrechar al máximo el margen de victoria de Clinton en Iowa, que ahora llega a las urnas con el 45% de los apoyos frente al 42% de los del senador, de acuerdo con la encuesta del Des Moines Register. "Si la participación está en un rango normal, es probable que Hillary gane. Si es superior, será una buena noche para Bernie", afirmó David Axelrod, que fue el arquitecto de la exitosa campaña de Obama en 2008, al rotativo de Iowa.
Desde Council Bluffs, la misma ciudad del oeste de Iowa en la que Trump hizo campaña, Clinton no parecía preocupada por esas predicciones. "Quédense conmigo. Quédense con la experiencia", pidió una pletórica Clinton a unos 300 simpatizantes que vitoreaban casi cada una de sus frases. Una derrota en Iowa supondría un duro revés para la exsecretaria de Estado, que ya perdió en el estado en 2008 contra Barack Obama y que probablemente resulte derrotada la próxima semana en las primarias de Nuevo Hampshire, el segundo estado en votar, donde Sanders tiene una amplia ventaja.
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