¿Noche de paz? El mundo nunca estuvo tan levantado en armas
En el año que termina permanecen activos 56 conflictos bélicos que han involucrado a 92 países. En el último lustro se han registrado 200.000 actos de violencia armada, con un ritmo de crecimiento constante.
Madrid--Actualizado a
El mapamundi se ha vuelto hostil. Los conflictos globales se han duplicado en el último lustro, hasta afectar a uno de cada ocho personas en 2024, según asegura Armed Conflict Location & Event Data (ACLED), un centro de investigación que se declara independiente, imparcial, internacional y que recopila información sobre conflictos violentos en todos los países del mundo. Su equipo de analistas opera en remoto, lo que se confiere -explica su carta de presentación oficial- poder de autonomía para que sus más de 200 colaboradores desplegados por todo el planeta registren "cualquier novedad violenta" en su índice bélico, donde catalogan en tres niveles -extremo, alto y turbulento- la gravedad de las hostilidades violentas con periodicidad anual, y en cuya edición de 2024 se constata otro repunte del 25% en el censo de conflictividad armada. Un ritmo al que se ha acomodado el planeta desde 2020.
Palestina, Myanmar, Siria y México son, para Clionadh Raleigh, presidenta de ACLEC y profesora de Violencia Política y Geográfica de la School of Global Studies de la Universidad de Sussex, y Katayoun Kishi, analista de su think-tank y coautora, junto a ella, del ranking 2024, actualizado de manera constante en su web, los puntos más peligrosos del mundo que, además, se mueve en un permanente estado de convulsión. Porque "en los últimos cinco años, los conflictos se han duplicado". En 2020 "contabilizamos 104.371; este año [que ahora toca a su fin] nos acercamos a los 200.000". Con más de 233.000 muertes, "una estimación -asegura- conservadora", en 2023 que, esencialmente, surgieron por tres grandes conflictos -Gaza, Ucrania y Myanmar- que bien iniciaron, continuaron o reanudaron sus actividades. Pero a los que también contribuyeron otros focos de hostilidad como Sudán, México, Yemen o los países del Sahel, con episodios que están lejos de tocar a su fin.
La exposición de civiles a la violencia, los incidentes armados y el número de grupos violentos "están proliferando".
Desde el Institute for Economics & Peace (IEP) también se alertaba, en el ecuador del año, de un incremento significativo de contiendas bélicas. Hasta 56 guerras permanecían activas, casi todas de índole internacional -es decir, involucran a dos o más países que, en total, alcanzan los 92 en todo el mundo. En su también tradicional estudio anual sobre la Paz Global, este think tank con sede en Noruega, señalaba a otras naciones como Etiopía, Afganistán, Siria -antes de la salida al exilio ruso de Bashar al-Assad en las horas previas a la llegada de los rebeldes del movimiento Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que comanda el Organismo de Liberación del Levante, liderado por Abu Mohammad al Golani-, República Democrática del Congo o Colombia como los de mayor violencia.
El estudio del IEP también evalúa la inversión militar, el coste de las hostilidades o los muertos en combate de 163 Estados y territorios. "Obtener la información es un reto que resulta crucial si queremos comparar dinámicas" como las que "nos lleva a asegurar que, en la última década, se ha producido un deterioro palpable de la paz; muy en especial, en los últimos cinco años", destaca Michael Collins, director ejecutivo del centro noruego en plena connivencia con Raleigh, su homóloga en ACLEC. Collins, además, llama la atención sobre "el aumento de brechas tanto económicas, como geopolíticas y en términos de paz", lo que "nos induce a pensar en mayores riesgos de extensión de conflictos". De hecho, "vemos múltiples chispas a punto de prender no pocos fuegos". O, dicho de otro modo; “conflictos latentes, aún sin despertar, pero que podrían detonar en cualquier momento”. Como ocurrió en 2023 en Sudán o Gaza. O como "el enorme censo de fallecidos de los conflictos de Sudán o Etiopía", y que "no se suelen reportar".
Los años más violentos desde el final de la Guerra Fría
El IEP cifra en 162.000 el número de decesos de 2023. Collins avanzaba que, "este 2024, es muy probable que se bata el récord" anual de fallecimientos. En un contexto en el que se has anotado más de 95 millones entre refugiados -con 16 países acogiendo a más de un millón de huidos- y desplazados internos que ha provocado unos daños económicos colaterales de 17,5 billones de euros, casi el valor del PIB chino o el 13,5% del mundial.
La complementación de estos dos informes es ilustrativa. El EIP asegura que 2023 fue el año con mayor número de conflictos abiertos desde 1946 y que el trienio previo (2021-23 que sucedió a la Gran Pandemia) fue el más violento de las últimos tres décadas. Y el peor desde el final de la Guerra Fría. Incluso con 3 más (59) que los registrados en 2024. Siri Aas Rustad, profesor del PRI y director del informe -que arranca sus diagnósticos en 1946- explica, además, que "el panorama será todavía más complejo, y con un mayor número de actores operando dentro de un mismo país", lo que "dificulta" la capacidad de análisis y "facilita la reacción armada" de los distintos grupos y movimientos propensos a la violencia.
Más en concreto, Rustad llama la atención sobre "la expansión por Asia, África y Oriente Próximo de otra nueva reedición de insurgentes islamistas". Sin olvidarse de las tres contiendas bélicas más sangrientas en 2023: la guerra civil en la región etíope de Tigray, la invasión rusa en Ucrania y los bombardeos en Gaza. África con 28 conflictos armados, Asia, con 17, Oriente Próximo, con diez, Europa, con tres y América con uno, se reparten las guerras abiertas. El continente negro supera las 330.000 muertes en el periodo 2021-23.
El ACLED Conflict Index apuntala la visión del IEP. Asegura que los países, "a menudo, ostentan varios conflictos discretos, más allá de los conflictos armados, pero que resultan ser acciones de violencia intensa". En su mayoría, enfrentan a distintas comunidades o etnias con los gobiernos. Haití o Filipinas tuvieron casi 700 actos de hostilidad política y en México, un civil tiene más del doble de posibilidades de morir violentamente que otro de Siria. Pese a que en este país había un enfrentamiento abierto de grupos insurgentes contra el régimen de Damasco y en la nación latinoamericana las hostilidades se producen de forma masiva entre cárteles de narcotraficantes y fuerzas militares y policiales.
Palestina ha sido el lugar más peligroso del mundo en 2024, con el 87% de la población expuesta al conflicto desencadenado por Israel. Aunque Myanmar es el territorio más conflictivo con sus variados y numerosos grupos armados en fragmentación constante, que actúan contra los civiles con extrema violencia. En su top-ten también aparecen Siria, México, Nigeria, Colombia, Brasil, Sudán, Camerún y Pakistán. Después de salir del mismo Haití y Yemen, que estaban en la versión de 2023. En el último lustro, sin embargo, la ratio de exposición de sus sociedades fue similar, al pasar del 13% al 14%. Mientras que en el tránsito entre 2023 y 2024, ha sido Ucrania, con más de 791 incidentes violentos a la semana, el 26% del total, aunque por muertes registradas lo fue Palestina con 39.787 entre julio de 2023 y julio de 2024, frente a las 37.303 de Ucrania.
Myanmar, por su parte, es el territorio que alberga más grupos no estatales armados. Existen más de 1.500 milicias, el 45% de todas las que se han detectado mundialmente.
El informe de ACLED destaca cuatro países -Afganistán, Venezuela, Yemen y Haití- que mejoran su posición respecto a 2023 frente a siete -Pakistán, Perú, Ghana, Rusia, Libia, Líbano y Camerún- que la han empeorado. En 39 de los 50 países de su lista negra de conflictos armados se están produciendo una escalada en los niveles de hostilidad.
Un final de 2024 todavía más sangriento
La última revisión de su CrisisWatch, su contabilizador mundial de violencia, monitoriza riesgos más recientes. Son sus últimos pulsos a la rampante geopolítica global. Entre ellos, destaca tres.
El primero, el cese el fuego entre Hizbolá e Israel, que ofrece una esperanza de poner fin a 14 meses de guerra que han matado a casi 4.000 personas y han producido el desplazamiento de un millón de personas en Líbano que, sin embargo, ha sido un espejismo.
El segundo, el polvorín de Oriente Próximo con la sucesión de amenazas cruzadas entre Tel Aviv y Teherán, o la reciente toma de Siria por parte del HTS, de inciertas consecuencias no solo para la estabilidad del país, sino del conjunto de la región. Con repercusiones sobre Rusia e Irán y con incertidumbres paralelas sobre el flujo de población que ya ha comenzado a retornar a Siria, mientras Israel ocupa la parte de su vecino musulmán de los Altos del Golán.
El tercero, son las tensiones entre el gobierno federal de Somalia y el estado de Jubaland, que se deterioran a marchas forzadas en el último mes de 2024.
Al tiempo que sus expertos identificaban hasta 13 situaciones en estado de deterioro el pasado noviembre. Entre ellas, esencialmente, otras cinco. Pakistán, al que califican de Conflicto del Mes, y que hace referencia a las protestas en Islamabad y a los ataques en provincias fronterizas por parte de simpatizantes del encarcelado ex primer ministro Imran Khan, y que se ha saldado con enfrentamientos con fuerzas del Ejército y policiales que dejaron solo en noviembre más de un centenar de víctimas. Mozambique y las cada vez más multitudinarias protestas contra el partido gubernamental en un clima de violencia post-electoral que ya acumula decenas de fallecidos. Y la violencia armada en la mayor prisión de Ecuador que demuestra que los grupos criminales de insurrectos dentro del sistema penitenciario del país no está enteramente erradicado, pese a su militarización, a comienzos de 2024.
También incluyen en esta terna las violentas respuestas policiales en Georgia hacia ciudadanos que se manifestaron contra la decisión del Gobierno de suspender la decisión de unirse a la UE hasta 2018 y la acusación de Kosovo a Serbia de orquestar una explosión sobre un canal de agua vital para el abastecimiento de este servicio público y que ha vuelto a inflamar las tensiones de tiempos no tan lejanos, aunque nunca superadas.
¿Los maravillosos años 20? Cada vez son más los observadores internacionales (analistas de los acontecimientos geopolíticos y diplomáticos) y los expertos del mercado (perceptores del clima económico) que observan atónitos las similitudes entre la década actual y la de los años veinte del siglo pasado, en la que arraigaron posiciones ideológicas y crisis como la del Crash de 1929 que condujeron a la Segunda Guerra Mundial. Robert Wall, del IISS, el International Institute for Strategic Studies destaca la paulatina militarización, "casi exponencial en algunos países", y sus espectaculares incrementos de los gastos en Defensa desde el colapso crediticio de 2008. Una tendencia que ha llevado a los socios de la OTAN, con EEUU a la cabeza, a aumentar en un 50% sus cheques armamentísticos y a tres de los BRICS (China, Rusia e India) a destinar de manera conjunta más del 70% de la factura presupuestaria mundial que se destina a rearme.
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