Este artículo se publicó hace 2 años.
La lucha climática irrumpe en el museo: tres ataques a obras de arte por parte de ecologistas en 14 días
En apenas dos semanas, se han vandalizado destacadas obras de arte en un intento por visibilizar la lucha contra la crisis climática. Subyace, en todas estas protestas, una misma pregunta, a saber; ¿qué vale más, el arte o la vida?.
Madrid--Actualizado a
Se suceden los ataques a obras de arte en protesta por la crisis climática. Grupos de activistas parecen haber encontrado el altavoz mediático que buscaban vandalizando obras de arte en algunas de las principales pinacotecas internacionales.
En apenas dos semanas, una serie de protestas han tratado de visibilizar la lucha contra la crisis climática sirviéndose de destacadas obras de arte. Subyace, en todas estas acciones, una misma pregunta, a saber; ¿qué vale más, el arte o la vida?.
El último caso se ha producido este domingo en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín. Dos simpatizantes del grupo activista por el clima Letzte Generation (Última generación) lanzaron puré de patatas contra un cuadro de Claude Monet, de la serie Les meules (Los almiares).
Pero es que el pasado 14 de octubre, en la Galería Nacional de Londres, tuvo lugar otra agresión, en este caso contra Los girasoles de Van Gogh, datada en 1888, obra emblemática del postimpresionismo valorada en más de 80 millones de euros.
Dos manifestantes arrojaban dos latas de sopa de tomate Heinz sobre la citada pintura y luego pegaban sus manos sobre una de las paredes del museo. La National Gallery ha señalado en un comunicado que la pintura no ha sufrido deterioro y tan solo se han producido algunos "daños menores" en el marco.
"¿Qué tiene más valor? ¿El arte o la vida? ¿Vale más que los alimentos o la justicia", se preguntaba una de las jóvenes tras arrojar el contenido de la lata. "¿Qué te preocupa más, la protección de un cuadro o la de nuestro planeta y las personas? La crisis por el encarecimiento de la vida es parte de la crisis energética. La gasolina es inasequible para millones de familias que pasan hambre y frío y que no pueden permitirse ni calentar una lata de sopa", denunciaba la activista.
Apenas cinco días antes, el 9 de octubre, dos personas pegaban su mano en el cuadro Masacre en Corea de Pablo Picasso expuesto en un museo de Melbourne, en el sureste de Australia, para hacer una llamada de atención sobre la crisis climática.
La Policía, tras lograr quitar el pegamento que unía las manos de los manifestantes con una cubierta que protege el cuadro, arrestó a los dos activistas y a otra persona que les ayudó. Durante el acto de protesta, los activistas, de 59 y 49 años, desplegaron a sus pies una pancarta que decía: "Caos climático = guerra + hambruna".
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