Angela MerkelLa izquierda contiene a la ultraderecha en los comicios regionales en el este de Alemania

La Izquierda alemana ganaría las elecciones regionales celebradas este domingo en Turingia (este del país), seguida de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que quedó por delante de los conservadores de la canciller, Angela Merkel, según los sondeos.

El partido izquierdista del primer ministro del "Land", Bodo Ramelow, obtendría un 30% y la AfD quedó en un 23%, un punto por delante de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, según las proyecciones de voto difundidas por la televisión pública ZDF.

Estos resultados suponen un nuevo golpe para el partido de Merkel, que cae de la primera posición que tuvo en 2014 en ese "Land" a la tercera. Por contra, la ultraderecha dobla con creces sus resultados de los anteriores comicios regionales liderada por Björn Höcke, representante del ala más radical de la AfD y cercana al neonazismo.

Para la Izquierda es un éxito, cinco años después de haber conseguido ponerse por primera vez al frente de un gobierno regional, en coalición con socialdemócratas y verdes. Ahora ha mejorado en dos puntos los resultados de entonces.

Todo indica, sin embargo, que tendrá ante sí una compleja formación de gobierno debido a la debilidad del Partido Socialdemócrata (SPD), que cayó al 8% –cuatro puntos menos que en 2014–, y a que los Verdes no lograron tampoco despegar por encima del 5,5%.

Final del año electoral

Las regionales de Turingia cerraron el año electoral alemán, en que los partidos de la coalición de Merkel, conservadores y socialdemócratas han sufrido fuertes pérdidas, mientras que la ultraderecha ha mostrado una fuerza arrolladora en todo el este del país.

En los comicios celebrados el pasado septiembre en Brandeburgo, el "Land" que envuelve Berlín, los socialdemócratas se mantuvieron por poco como primera fuerza, mientras que la AfD se alzó con un 23,5%.

En los comicios de Sajonia, asimismo en septiembre y en el esto, la CDU sufrió para conservar el primer puesto ante una extrema derecha que, comandada por su ala más radical, logró un 27,5%, su máximo histórico en unas regionales.