Una investigación argentina vincula a Plácido Domingo como presunto cliente de una red de explotación sexual

Los audios de unas llamadas telefónicas vinculan supuestamente al cantante de ópera Plácido Domingo con la red de prostitución que controlaba la Escuela de Yoga de Buenos Aires, una secta con sede en el barrio de Villa Crespo y también conocida como la "secta del horror". Las autoridades argentinas registraron el pasado 12 de agosto 50 domicilios y detuvieron a 19 personas presuntamente relacionadas con la organización.

La investigación incluye tres conversaciones de teléfono que habría tenido una de las mujeres prostituidas, llamada Mendy, la primera con un hombre sin identificar; otra supuestamente con el tenor Plácido Domingo; y la última con el líder de la secta, Juan Percowicz, autoproclamado en la secta como "el Maestro" o "el Ángel".

En los audios, difundidos por diferentes medios argentinos, Mendy le dice al hombre anónimo que "Plácido dijo que podía venir a visitarnos, es decir, que va a venir a visitarme. Porque él va a casa en New York y lo recordó ayer". La mujer termina la llamada afirmando que "tendré que sacrificarme una vez más, tengo mucha vocación de servicio".

Plácido Domingo daría presuntamente las instrucciones del encuentro

En la segunda conversación, la voz identificada como Domingo da a la mujer las instrucciones del encuentro: "Cuando salgamos de la cena venimos separados, lo hacemos así porque mis agentes se van a subir a la habitación cuando yo suba y se van a quedar en el mismo piso".

En la llamada con el líder de la organización, Mendy explica que "ya me llamó y armó la matufia [el engaño] para que me quede en el hotel sin que los agentes se den cuenta". Percowicz, de 84 años, contesta a la mujer: "Qué degenerada que sos".

"Geishado VIP"

La Escuela de Yoga de Buenos Aires despojaba a sus "alumnos" de sus bienes y los reducía a la servidumbre. Una de sus principales fuentes de financiación era el "sobre ceremonial", un tributo de entre 200 y 10.000 dólares que los adeptos aportaban en función de sus ingresos. También recaudaba dinero a través de la Clínica CMI Abasto, que suministraba psicofármacos y prometía curar las drogadicciones.

El denominado "geishado VIP" era la tercera fuente de financiación de la secta y una de sus actividades primordiales. Se trata de una red de explotación sexual en la que las "alumnas" debían mantener encuentros "con personas de elevado poder económico para obtener dinero, protección y/o influencias", recogen fuentes de la investigación.