La guerra de Ucrania extiende sus tentáculos a Asia: Moscú y Kiev recaban ayuda militar en las dos Coreas
Moscú y Kiev llevan su duelo a Asia y envían a sus ministros de Defensa a las dos Coreas. La guerra de Ucrania se globaliza y opaca la eventual negociación en Europa.
Madrid-
Rusos y norcoreanos refuerzan su alianza militar, al tiempo que ucranianos y surcoreanos intentan contrarrestarla. El viaje del ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, a Pyongyang lanza un aviso a Occidente y sus amigos asiáticos: la guerra de Ucrania es global y Moscú tiene aliados para librarla en otros escenarios.
La sorpresiva visita de Beloúsov siguió en un día a la que hizo el jueves a Seúl el titular de Defensa ucraniano, Rustem Umérov, para tratar la posible adquisición de armas y asistencia militar surcoreana. Moscú y Kiev mueven ficha en Extremo Oriente y hacen más inciertos los pasos que en Estados Unidos se están dando para sentar a los dos contendientes a una mesa de negociaciones.
Zelenski no quiere dar su brazo a torcer y alterna los mensajes a favor de negociar la paz con demandas de más armas
A pesar de que Rusia lleva la iniciativa en el campo de batalla y sus conquistas parecen incrementarse en el este ucraniano, el presidente Volodímir Zelenski no quiere dar su brazo a torcer y alterna los mensajes a favor de negociar la paz con demandas de más armas y la búsqueda de nuevos aliados.
En el curso de sus variopintas propuestas, Zelenski dejó caer este viernes que podría aceptar un alto el fuego con Rusia si Ucrania es admitida en la OTAN, con la condición también de que después se negociará el retorno de la quinta parte del país que está bajo la bota rusa. Moscú ya ha indicado en numerosas ocasiones que no aceptará ninguna de esas alternativas.
Según Zelenski, la mínima condición en este sentido es que el territorio de Ucrania que actualmente controla Kiev, las cuatro quintas partes del país, quedaran bajo protección de la OTAN.
Rusia lleva la iniciativa en el campo de batalla y sus conquistas parecen incrementarse en el este ucraniano
"Si queremos acabar la fase caliente de la guerra, necesitamos poner bajo el paraguas de la OTAN el territorio de Ucrania que tenemos bajo control. Necesitamos hacerlo rápido y después el resto del territorio (ocupado) se puede recuperar por la vía diplomática", dijo Zelenski en una entrevista con Sky News. El líder ucraniano subrayó que, de ninguna manera, ello supondría reconocer la legitimidad de las anexiones rusas.
En todo caso, ahí está la solicitud que ha hecho ya el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sibiha, quien ha pedido formalmente a la OTAN que invite a Ucrania a sumarse a este bloque militar occidental durante la reunión de ministros de Exteriores de la Alianza que acogerá Bruselas el 3 y 4 de diciembre.
Congelar la guerra de Ucrania
Esa última propuesta de Zelenski encaja con un informe del Servicio Exterior de Inteligencia ruso (SVR, antaño parte de la KGB) que subraya la intención de la OTAN de "congelar" la guerra de Ucrania por "la falta de perspectivas para asestar una derrota estratégica a Rusia" en estos momentos.
Este plan, sin embargo, solo pretendería ganar tiempo para armar mejor a Ucrania y buscar más tarde la revancha con el fin de recuperar los territorios ocupados por Rusia. "La OTAN ha estado organizando centros de formación en Ucrania en un esfuerzo por preparar al menos a un millón de ucranianos movilizados" en un futuro, aseveró el SVR.
Dentro de esta estrategia se incluiría la reconstrucción de la industria de defensa ucraniana en cooperación con empresas occidentales, indicó la inteligencia exterior rusa, con el objetivo de crear grandes arsenales con los que acometer esa revancha, que, una vez comenzada, duraría todo el tiempo que fuera preciso.
Si Ucrania entra en la OTAN, Bruselas entraría directamente en guerra con Moscú
Aunque no lo indica el informe del SVR, tales planes tendrían que descartar la entrada de Ucrania en la OTAN. De lo contrario, Bruselas entraría directamente en guerra con Moscú en el momento mismo de reanudar las hostilidades.
Tampoco considera el informe la posibilidad de que el nuevo mandato de Donald Trump en Washington lleve a cierto acercamiento o al menos unas relaciones más o menos respetuosas entre Rusia y Estados Unidos.
Sobre la guerra de Ucrania pende la espada de Damocles de la posible retirada de la ayuda estadounidense en armas y dinero, que supera al apoyo del resto de aliados de Kiev, una vez que asuma su cargo Trump el 20 de enero, de ahí también el nerviosismo de Zelenski y los países europeos que lo apoyan ante la intervención de Corea del Norte en el conflicto con miles de efectivos, toneladas de munición y decenas de misiles tácticos.
Apoyo "inamovible" norcoreano a Rusia en Ucrania
Rusia tiene "el apoyo invariable" de Corea del Norte en la guerra de Ucrania "para defender su soberanía e integridad territorial de los intentos de hegemonía de los imperialistas". Así se lo ratificó este sábado, el líder norcoreano, Kim Jong-un, al ministro Beloúsov.
Rusia tiene "el apoyo invariable" de Corea del Norte en la guerra de Ucrania, según ha ratificado Kim Jong-un
El permiso que dieron EEUU y otros países occidentales para que Ucrania utilice sus misiles de largo alcance contra territorio ruso "deviene en una directa intervención militar en el conflicto" ucraniano, explicó Kim, que legitimó el "derecho a la autodefensa" de Moscú y justificó así la propia participación norcoreana en la guerra.
Los más de 10.000 soldados norcoreanos empotrados en unidades rusas aerotransportadas y marines son la prueba vehemente de ese "apoyo invariable" de Pyongyang. Respaldo que tiene como contrapartida la voluntad de Moscú de involucrarse directamente en la geopolítica de la península de Corea con ayuda militar a Pyongyang y el compromiso de defenderlo si es atacado.
Según el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) surcoreano, Pyongyang también ha entregado a Rusia lanzaderas para cohetes y artillería móvil, armamento que ofrece una notable ventaja al Ejército ruso justo cuando no están llegando a tiempo las municiones occidentales, como denuncia Kiev.
Misiles tácticos a cambio de tecnología militar y nuclear
Además, según una investigación del Centro James Martin de Estudios para la No Proliferación, perteneciente al Instituto estadounidense Middlebury de Estudios Internacionales, Corea del Norte está impulsando la fabricación masiva de misiles tipo Hwasong-11A y Hwasong-11B en la localidad de Hamhung, para ser entregados a Rusia.
El informe, divulgado esta semana por la cadena de televisión estadounidense CNN, añade que Rusia disparó en 2024 unos sesenta Hwasong-11A norcoreanos, también denominados KN-23. Son misiles balísticos de uso táctico con un alcance medio de 300 kilómetros.
A cambio, además de comprometerse a defender a Corea del Norte de la agresión de EEUU, Corea del Sur o Japón, según el tratado de defensa firmado por Kin Jong-un y el presidente ruso, Vladímir Putin, en junio, Rusia habría proporcionado ya al Ejército norcoreano sistemas antiaéreos y otras tecnologías militares.
La semana pasada, el asesor de seguridad nacional de Corea del Sur, Shin Wonsik, indicó que Rusia ha proporcionado ya a Corea del Norte baterías de misiles de defensa y la tecnología militar precisa para establecer un sistema de vigilancia espacial confiable.
No obstante, el mayor temor de Seúl estriba en la posibilidad de que Moscú ayude al desarrollo nuclear militar de Pyongyang, que ya ha realizado media docena de pruebas atómicas desde 2006 y está avanzando muy rápido en el acoplamiento de ojivas nucleares a sus misiles balísticos e intercontinentales.
Éste es uno de los procesos tecnológicos más complicados con ese tipo de armamento y la asistencia rusa sería clave. Ya solo con ese apoyo y con la asistencia en materia de satélites militares, además del compromiso de ayuda mutua en caso de ataque de terceros, Rusia desbarataría el actual sistema de seguridad de Extremo Oriente.
Inquietud surcoreana y armas para Ucrania
Eso no gusta nada en Corea del Sur, que se ha declarado ya dispuesta a prestar su apoyo con armas e inteligencia a Ucrania.
Pero mientras el Kremlin y el régimen de Kim Jong-un ya han plasmado su alianza militar con el despacho de tropas norcoreanas al escenario bélico ucraniano, el Gobierno surcoreano no puede mover ficha sin retirar las prohibiciones de sus leyes de comercio exterior a la exportación de armas letales a países en guerra. Y, más importante aún, ha de contar con el beneplácito de Washington.
El 7 de noviembre, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, adelantó que, ante la involucración norcoreana en Ucrania, "no se descarta" la posibilidad de que Corea del Sur proporcione armas a Kiev, priorizando las de carácter defensivo pero sin dejar de lado a las letales.
En todo caso, cualquier movimiento militar en torno a la península coreana deberá ser evaluado por EEUU por los acuerdos existentes entre Seúl y Washington. Ante un paso de tal trascendencia, deberá ser Trump quien tome las decisiones oportunas.
Y puede que no agraden a Zelenski. El presidente electo estadounidense tiene un currículum extenso de contactos con el propio Kim Jong-un, con quien celebró tres cumbres en su anterior mandato (2017-2021) en Singapur, Hanói y en la Zona Desmilitarizada que separa ambas Coreas. Y según han adelantado ya fuentes de su entorno político, Trump quiere recuperar esas conversaciones directas con Corea del Norte
El factor chino
Tampoco está en el ánimo de la futura Administración republicana de EEUU ampliar la dura pugna económica que se avecina con China al ámbito de la seguridad.
Pekín es el valedor internacional del régimen norcoreano y, aunque puede estar preocupado por la implicación rusa en Corea, no verá de buena gana que la posible ayuda de Seúl a Kiev derive en una mayor presencia militar estadounidense en la península coreana.
De hecho, Pekín ha reforzado su acercamiento militar a Moscú, empujado por la presión estadounidense en Asia Oriental, y la situación es ya de por sí muy tensa. Por ejemplo, esta semana, las enésimas maniobras tácticas conjuntas entre rusos y chinos provocaron un incidente cuando 11 aviones de combate de Rusia penetraron en la zona de defensa aérea surcoreana.
Aunque los aviones rusos no invadieron el espacio aéreo surcoreano, sí provocaron la alerta en Seúl, que desplegó sus propias aeronaves para alejar a los intrusos. En Extremo Oriente, las espadas están en alto y no hace falta que un conflicto como el de Ucrania caliente más los ánimos.
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