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La encrucijada de Macron: abrir camino a la extrema derecha o formar un cordón democrático con el Nuevo Frente Popular

Los macronistas –al menos, los pesos pesados del partido– rechazan cualquier tipo de acuerdo con determinados sectores de la izquierda. "La historia está en sus manos", advierten los expertos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, vota en la primera vuelta de las elecciones legislativas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, vota en la primera vuelta de las elecciones legislativas. Yara Nardi / EFE

Los sondeos no han fallado. La extrema derecha francesa ha firmado una victoria "histórica" en las elecciones legislativas de este domingo. Los partidos tienen poco más de 24 horas para presentar sus candidaturas de cara a la segunda vuelta y todo parece indicar que los macronistas tomarán la decisión en el tiempo de descuento. El próximo domingo los franceses volverán a las urnas para decidir cómo se reparten los escaños de la Asamblea Nacional. El recelo que despiertan [en las filas del partido de Macron] La Francia Insumisa (LFI) y particularmente su líder, Jean-Luc Mélenchon, pone en apuros una gran alianza "republicana" para frenar a los ultras de la Agrupación Nacional (RN). ¿Qué papel juega cada una de las formaciones?

"Los resultados de este domingo han sido claros. En primer lugar, me gustaría destacar el repunte democrático, con la mayor participación en unas elecciones legislativas desde los años 90. En segundo lugar, insistir en la removilización de una parte de la opinión pública. Los datos confirman una tripartición del escenario político francés. En términos institucionales saltamos a lo desconocido y esto tiene mucho de vertiginoso", señala Dorian Dreuil, miembro del observatorio de la vida política de la Fondation Jean-Jaurès. La extrema derecha ha conseguido el 33% de los votos en la primera vuelta de los comicios, frente al 28% del Nuevo Frente Popular y el 20% del partido de Emmanuel Macron.

A una semana de la segunda vuelta, todas las miradas están puestas en las triangulares. El sistema electoral francés utiliza este término para referirse a las circunscripciones en las que más de dos candidatos han pasado la primera criba. La cifra de triangulares ha batido todos los récords y son más de 300 los territorios en esta situación. La clave, según los expertos, está en retirar al tercer clasificado para concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar al representante de la Agrupación Nacional. El problema es que los macronistas –al menos, los pesos pesados del partido– rechazan abiertamente cualquier tipo de acuerdo con determinados sectores de la izquierda.

El primer ministro francés, Gabriel Attal, intervino nada más conocer los resultados y la debacle de su partido. Attal pidió detener a la extrema derecha y retirar las candidaturas de su formación en las circunscripciones donde puedan entenderse con otras fuerzas republicanas. "Este discurso pretende dejar a ciertos grupos fuera del arco de la república. Los macronistas creen que cuando los representantes de La Francia Insumisa lleguen a las triangulares en segunda posición, deben mantener sus candidaturas", advierte Aldo Rubert, investigador y profesor de Sociología Política en la Universidad de Lausanne. La Francia Insumisa es el partido que más candidaturas tiene dentro de la gran coalición de izquierdas que se presentó bajo el paraguas del Nuevo Frente Popular.

El titular de Economía, Bruno Le Maire, también ha llamado a votar "por los candidatos del campo socialdemócrata" en caso de que no existan opciones dentro de su partido. El macronista ha definido La Francia Insumisa como un partido de "violentos y antisemitas". El ex primer ministro Édouard Philippe ha sido todavía más contundente: "Ni la extrema derecha, ni La Francia Insumisa". Las fuentes consultadas por este diario aseguran que existen otros perfiles que abogan por la unidad, pero se trata de "voces minoritarias y cabezas menos visibles". La estrategia del frente republicano permanece, de momento, en el aire.

"Los partidos que no pidan la retirada, tendrán que dar explicaciones"

"Macron ha perdido y ha dejado de ser la primera fuerza republicana, porque lo han adelantado por la izquierda, nunca mejor dicho. La cuestión está ahora en ver si [los macronistas] son capaces de unirse al Nuevo Frente Popular para luchar contra un mismo enemigo", precisa Uxía Carral, periodista e investigadora en la Universidad Carlos III de Madrid. Los líderes progresistas han llamado "sin titubeos" a votar este domingo contra la extrema derecha y han prometido retirar sus candidaturas en los territorios donde parten en tercera posición.

El politólogo Aldo Rubert reconoce en una conversación con este diario que "el macronismo suele llegar a las triangulares de manera más habitual en segunda posición", por lo que el movimiento de las izquierdas "implica una cesión mucho mayor". El cruce de acusaciones y reproches en las filas del partido de Emmanuel Macron amenaza con frustrar cualquier posible negociación, con la extrema derecha acariciando por primera vez el Elíseo. "Está claro que los candidatos van a respetar las directrices de sus líderes. Los partidos políticos que no pidan la retirada, tendrán que dar explicaciones. La historia está en sus manos", continúa Dorian Dreuil.

El Nuevo Frente Popular, ¿dique de contención?

La extrema derecha, mientras tanto, sigue haciendo cálculos para pelear por la mayoría absoluta el próximo domingo. El candidato de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ha pedido el voto de los franceses para garantizar una "ruptura responsable" con el macronismo y combatir la "amenaza" que, según dice, supone la coalición de izquierdas. "El Nuevo Frente Popular puede en estos momentos actuar como dique de contención y frenar a los ultras. Es una campaña completamente diferente a la de la primera vuelta y todos los escenarios están abiertos", sugiere el analista Dorian Dreuil en una conversación con Público.

Los expertos tampoco pasan por alto el papel de Los Republicanos, que prefieren no dar ninguna consigna de voto tras la espantada de su presidente, Éric Ciotti, nuevo aliado de la extrema derecha. "Los electores son libres de elegir, [...] dejaremos que los franceses voten según su conciencia", explican en un comunicado difundido por Le Monde.

"Macron –con sus políticas y discursos– le ha allanado el terreno a la extrema derecha"

Emmanuel Macron ha jugado, de momento, la carta de la ambigüedad. El presidente francés no ha valorado los resultados y tampoco ha desvelado qué estrategia seguirá su partido. Este lunes a las 13.00, los macronistas todavía no habían retirado 48 de sus candidaturas en las circunscripciones donde lidera la balanza la Agrupación Nacional. La Francia Insumisa solo concurre en 25 de los territorios involucrados. Esto quiere decir que Macron también se resiste a ceder ante candidaturas ecologistas y socialistas.

La fecha límite para inscribir las listas que concurrirán en la segunda vuelta termina este martes a las 18.00 horas. "En los territorios donde los tres partidos mantengan sus candidaturas, Le Pen y Bardella lo tienen todo para ganar. Macron –con sus políticas y discursos– le ha allanado el terreno a la extrema derecha", matiza Aldo Rubert. La presión en las calles para que el mandatario francés levante el veto a La Francia Insumisa ha ido in crescendo durante los últimos días. Uxía Carral, periodista y experta en política internacional, pone sobre la mesa todos los escenarios posibles: "El Nuevo Frente Popular aspira a que la extrema derecha no consiga mayoría absoluta, pero todo depende de lo que hagan los macronistas. La sombra del bloqueo también tenemos que considerarla".

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