El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger, ha pedido este martes un rápido despliegue de la misión de observadores de la ONU en Siria, porque facilitaría la acción humanitaria en las víctimas del conflicto armado.

Para ilustrar el aumento de las necesidades más básicas ha explicado que'hace nueve meses, planeábamos aportar 2.000 raciones de alimentos por mes en Siria. Para este año nuestra previsión es de 100.000 raciones mensuales.

También ha señalado que el deterioro de la situación humanitaria en Siria no pude atribuirse únicamente a la violencia armada y deslizó en su intervención que también las sanciones -internacionales- han tenido una parte de responsabilidad.

La amplitud que está tomando la operación de la Cruz Roja Internacional en Siria también responde, explicó su presidente, a que ahora tiene más acceso que hace algunos meses a distintas partes del país, lo que incluye ciertas visitas a prisiones.

Para afrontar el aumento de su operación en Siria, el CICR espera también duplicar el número de sus empleados internacionales, que son actualmente veinte, pero espera que lleguen a 40 cuando el Gobierno sirio autorice sus visados. Además del personal extranjero, el CICR trabajo con personal nacional y en estrecha colaboración con la Media Luna Roja siria, la organización de socorro local.

Kellenberger comentó que 'es alentador que nuestro diálogo con ambas partes, las autoridades y la oposición esté dando resultados'.

La situación crítica que denuncia Cruz Roja la respalda la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Este organismo ha anunciado que en el próximo mes llegarán 7.000 refugiados sirios al campamento de Domiz, en el norte de Irak.

El portavoz de la OIM, Chris Lom, explicó que en Domiz ya se refugian 2.835 sirios de los cerca de 4.200 que han abandonado su país y han huido a la provincia de Dahuk, en el norte de Irak.