Este artículo se publicó hace 14 años.
Cara a cara televisado entre Obama y los republicanos
El presidente se enfrenta con los congresistas opuestos a su reforma sanitaria
Isabel Piquer
Fue como el duelo al sol de un western, pero a media mañana, en la sala de conferencias de Blair House, frente a la Casa Blanca, y en vez de vaqueros pegando tiros, políticos de traje y corbata, increpándose con cifras y declaraciones. Fascinante y a la vez increíblemente árido. Durante seis horas, en directo ante las cámaras y por invitación expresa de Barack Obama, demócratas y republicanos comprobaron que después de casi un año siguen sin entenderse en el tema de la reforma sanitaria.
El presidente estadounidense empezó el debate pidiendo a los asistentes -los principales líderes de ambos partidos- que no se centraran "en las diferencias, sino en los puntos en los que podemos estar de acuerdo". Pero pedir a congresistas, enzarzados desde hace meses en una lucha ideológica y electoral, que se centraran en temas de sustancia ante cámaras de televisión resultó previsiblemente complicado.
Libran un duelo de seis horas ante las cámaras en la Casa Blanca
La idea de la Casa Blanca con esta iniciativa era reavivar una discusión en coma desde que los demócratas perdieran su supermayoría en el Senado el pasado enero, y retar a los conservadores a presentar un plan alternativo. La esperanza de los republicanos, al aceptar el guante, era demostrar que el Gobierno estaba ignorando, como subrayó el ex aspirante a la presidencia, John McCain, "el deseo de los estadounidenses de abandonar una propuesta con la que no están de acuerdo". Obama también esperaba cumplir, con retraso, una de sus promesas de campaña: retransmitir el debate en C-SPAN (el canal de televisión parlamentario), promesa que incumplió las pasadas Navidades cuando forzó un votación sobre el proyecto de reforma en el Senado, tras una serie de tratos con congresistas reticentes (especialmente el de Nebraska que logró que Washington cubriera todos los gastos médicos de su Estado) y que le valió las críticas de los republicanos.
Obama y McCain se baten en otro combate dialéctico sobre la cobertura sanitaria universal
Pero transparencia no siempre implica interés. Los canales de noticias interrumpieron su cobertura en varias ocasiones para dar paso a unos comentaristas políticos que insistían en los escasos progresos y la excesiva palabrería del debate. "Es la audacia de la esperanza (uno de los lemas de Obama) contra el partido del no", resumió el analista conservador Pat Buchanan. El enfrentamiento dialéctico quedó en palabras y sirvió para ilustrar las profundas diferencias entre los dos partidos.
Que el Gobierno no decidaEric Cantor, líder republicano en la Cámara de Representantes, con las 2.400 páginas de la reforma sanitaria en la mesa, resumió la postura conservadora: "Estamos aquí porque también nos preocupa la reforma sanitaria y sabemos que el sistema no funciona, pero no creemos que el Gobierno deba decidir quién recibe cobertura médica". Hubo un momento algo tenso cuando Obama respondió a las declaraciones de McCain, con un "John, ya no estamos en campaña, las elecciones han terminado".
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