El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha roto su silencio tras su derrota electoral, y aunque ha asegurado que "seguirá siendo fiel a la Constitución", ha evitado referirse al resultado en los comicios o a la victoria de Lula da Silva.

Después de 45 horas desde que se conociesen los resultados de las elecciones brasileñas, el actual presidente había evitado pronunciarse y no se le había visto en público desde que acudió a votar en la mañana del domingo en Río de Janeiro. 

En la rueda de prensa ofrecida en su residencia oficial, Bolsonaro ha evitado hablar sobre el resultado electoral, no ha reconocido su derrota (tampoco lo contrario), ni ha tenido el gesto habitual de felicitar al ganador de las elecciones y ya proclamado como presidente electo, Lula da Silva.

En cambio, el presidente brasileño ha tenido un gesto de agradecimiento con los 58 millones de electores que le votaron el pasado domingo y expresó el "honor" que significa "ser el líder" de esas personas que, como él, defienden los valores conservadores que están impresos en su lema: "Dios, Patria y Familia". "La derecha surgió de verdad en este país", declaró.

Los cortes de los camioneros  son fruto de la "indignación"

Bolsonaro sí ha hablado sobre los cortes en carreteras de todo el país provocados por camioneros de ultraderecha. "Los movimientos populares son fruto de indignación y sentimiento de injusticia de cómo se dio el proceso electoral", ha justificado.

El ministro de la Presidencia, Ciro Nogueira, ha comparecido después que Bolsonaro como responsable en el Gobierno del proceso de transición, donde se ha referido a Lula como "presidente electo".

"En base a la ley, iniciaremos el proceso de transición", indicó Nogueira para despejar las dudas que había dejado sembradas el líder de ultraderecha al evitar hablar de la victoria de Lula y con su silencio de los últimos días.

El triunfo de Lula ha sido reconocido por todas las instituciones del país, por todos los partidos, entidades empresariales y por más de un centenar de gobernantes extranjeros, que han felicitado al líder progresista o hasta ya han conversado con él por teléfono.