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Bolsonaro Bolsonaro fulmina al ministro de sanidad mientras el Supremo tilda su política de "genocida"

Luiz Henrique Mandetta abandona el cargo tras desavenencias con el líder del Ejecutivo, que, ya con 2.000 muertos en Brasil, sigue calificando de "exageradas" las medidas de distanciamiento social.

Luiz Henrique Mandetta y Jair Bolsonaro. REUTERS
Luiz Henrique Mandetta y Jair Bolsonaro. REUTERS

Lo de Jair Bolsonaro y Luiz Henrique Mandetta, hasta ayer ministro de sanidad, ha sido para los brasileños la nueva telenovela de las ocho. Mandetta había ido ganando popularidad con el paso de las semanas, plantándose ante los desmanes del escéptico e imprudente presidente, que se ha vengado con el menoscabo de retransmitir también durante los últimos días el casting por la sucesión. Sería una trama entretenida, si no fuera porque ya se cuentan dos mil muertos y más de treinta mil casos confirmados de covid-19 en Brasil.

En el Palacio del Planalto (Brasilia), a unos cuantos cientos de metros del auditorio del ministerio de sanidad, donde estaba despidiéndose Mandetta, Bolsonaro salió a presentar al nuevo ministro, Nelson Teich, antes de que terminara la última intervención del ministro saliente. Fue el último de los agravios. "Algunos nombres que están siendo consultados me llaman para preguntarme", llegó a reconocer el pasado miércoles Mandetta sobre sus posibles sustitutos, en su última rueda de prensa al frente del equipo que combate la pandemia.

El presidente brasileño ha optado, una vez más, por la vía del autoritarismo como última baza, casi kamikaze, ante la insignificancia de sus actuaciones  a lo largo de esta crisis, fruto de la incapacidad para manejarse en la estructura democrática de los tres poderes.

Las medidas del cese de actividad comercial y empresarial de los gobernadores han conseguido que la curva de la epidemia no se haya disparado todavía en Brasil

Lo cierto es que en la presentación del nuevo ministro, a pesar del golpe de mando, el presidente hablaba con tono decaído, cansado, a cámara lenta. A las cifras oficiales hay que sumar una extensa y admitida subnotificación, pero él quiere "que vuelva la normalidad" a toda costa. A los gobernadores que lideraron el cese de actividad comercial y empresarial, las cuarentenas y los confinamientos –sobre todo João Doria en São Paulo y Wilson Witzel en Río de Janeiro– los sigue llamando exagerados. "El precio", dice, "va a ser alto". Precisamente han sido estas medidas, ignorando a Bolsonaro, las que han conseguido que, dentro de lo que cabe, la curva de la epidemia no se haya disparado todavía en Brasil.

Bolsonaro se topa, de nuevo, con el Tribunal Supremo

Opine lo que opine Bolsonaro, o cambie al ministro cuantas veces desee, el Tribunal Supremo no va a permitirle firmar cualquier decreto que prohíba las medidas de distanciamiento social y aislamiento que han tomado o tomen en el futuro gobernadores y alcaldes de toda la geografía brasileña. El órgano máximo del Poder Judicial ha juzgado esta semana la Acción Directa de Inconstitucionalidad presentada por el Partido Democrático Trabalhista (PDT) contra la medida provisional con la que el Gobierno Federal quería centralizar las decisiones fundamentales en la gestión de la crisis.

Los jueces del Supremo frenaron el objetivo de Bolsonaro por unanimidad, llegando el voto más descarnado de la mano de Gilmar Mendes: "El presidente de la República dispone de poderes para destituir a su ministro de sanidad", expresó el magistrado, "pero no dispone de poder para, eventualmente, ejercer una política pública de carácter genocida". Y añadía, "por eso, si algún decreto fuera, por casualidad, a flexibilizar –medidas de gobernadores o alcaldes–, de modo que coloque en riesgo la salud pública, las personas, ciertamente eso debería ser contestado".

El Tribunal Supremo no va a permitir a Bolsonaro firmar cualquier decreto que prohíba las medidas de distanciamiento social y aislamiento que han tomado los gobernadores

La potestad, ha dejado claro esta decisión, es de gobernadores y alcaldes. El presidente no tiene escapatoria. Tampoco en su relación con el Poder Legislativo. El Congreso Nacional ha tomado el mando de las medidas sociales y no se lo va a poner fácil en cuestiones presupuestarias. Su enfrentamiento con Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, es notorio, y en manos de Maia –que pertenece al mismo partido que el exministro Mandetta: Demócratas– está el futuro de la aceptación a trámite de alguno de los pedidos de impeachment confeccionados contra Bolsonaro.

Hará falta, sin embargo, más dedicación y firmeza institucional para salvar el mayor número de vidas posible en Brasil. Agónicos son los esfuerzos de los comités de crisis organizados por la sociedad civil en las favelas de las grandes capitales para que los vecinos respeten al máximo el distanciamiento social y sigan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Esta tarea titánica se ha encontrado en repetidas ocasiones con los pronunciamientos públicos del presidente de la nación, que instaba a la población a seguir en las calles con la rutina de siempre. Muchos obedecen a Bolsonaro. El presidente ha dejado a barrios enteros solos ante el peligro.

El nuevo ministro aterriza en plena crisis

La fulminación del ministro Mandetta se convierte en el último obstáculo, por si no hubiera suficientes, que tendrá que saltar Brasil en el combate a la pandemia. El nuevo ministro deberá, en tiempo récord, empezar a tejer desde cero la relación con los gobernadores que están aguantando el tirón de esta crisis, mientras se pone al día del funcionamiento del Sistema Único de Salud, eje de la maltratada sanidad pública en Brasil.

Nelson Teich es oncólogo, con vasta carrera en el ámbito de la sanidad privada, y fue asesor de Bolsonaro en la campaña electoral de 2018. En sus primeras palabras como ministro, junto al presidente, esquivó las polémicas sobre el distanciamiento social, remitiéndose a comentar que "no se puede polarizar salud y economía", porque no son rivales, sino que van de la mano. Confirmó también que en su gestión todo será evaluado y decidido "de forma técnica y científica". Por evaluar y decidir todo de forma técnica y científica acaba de ser exonerado Mandetta.

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