Al menos 5.000 personas han muerto, incluidos 210 niños, desde que comenzó la invasión rusa en Mariúpol, Ucrania, según las autoridades locales. En la ciudad, asediada por los bombardeos, alrededor de 160.000 personas siguen atrapadas sin disponer de servicios básicos, como agua corriente, luz o calefacción.

El alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, ha informado, además, de daños estructurales en cerca de 5.000 casas, lo que representa el 90% del total de viviendas de la ciudad. Además, más de 60.000 viviendas del sector privado han resultado dañadas, según ha recogido el portal de noticias ucraniano Babel.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OHCHR), por otro lado, ha contabilizado 1.151 muertos y 1.824 heridos en todo el país.

La OHCHR, sin embargo, considera que "las cifras reales son considerablemente más altas", ya que la recepción de información de algunos lugares donde se han estado desarrollando intensas hostilidades, como Mariúpol, Volnovaja o Izium, se ha retrasado. En estas regiones hay denuncias de numerosas bajas civiles que todavía están pendientes de confirmación.

Por regiones, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha registrado en Donetsk y Lugansk 377 muertos y 928 heridos. En el territorio controlado por las autoproclamadas repúblicas se contabilizan 60 muertos y 228 heridos, mientras que, en el controlado por el Gobierno ucraniano, son 317 los muertos y 700 los heridos.

En otras zonas de Ucrania, como en la capital del país, Kiev, así como en las ciudades de Cherkasy, Chernígov, Járkov, Jersón, Mikolaiv, Odesa, Sumy, Zaporiyia, Dnipropetrovsk y en Yitomir, hay al menos 774 muertos y 896 heridos.