Un ataque con drones israelíes en el sur del Líbano este lunes ha acabado con la vida de al menos dos muertos. Además, ha dejado varios heridos, incluido un menor. Esta operación intensifica la tensión entre ambos territorios.

El incidente ha ocurrido cuando un dron israelí ha disparado a un vehículo en la carretera que conecta Mays al Jabal y Chaqra, hiriendo a dos ocupantes. Poco después, un segundo ataque ha impactado sobre una motocicleta que se acercaba al lugar, matando a sus dos pasajeros e hiriendo a un niño que se encontraba en una vivienda cercana.

Las hostilidades entre Israel y el Líbano se mantienen en un estado de baja intensidad, aunque se espera una respuesta mayor de Israel debido a un ataque previo en los Altos del Golán, donde murieron 12 civiles, la mayoría menores. Israel atribuye este ataque a Hizbulá, aunque el grupo ha negado en rotundo cualquier implicación.

Este ataque mortal por parte de Israel es el primero después del lanzamiento del proyectil desde el líbano sobre los territorios que el Estado sionista ocupa y que pertenecían a Siria. La operación llega en un contexto de tensiones fronterizas que se han intensificado durante casi diez meses. Mientras Hizbulá ha disminuido sus acciones contra Israel, reivindicando dos ataques el domingo, Israel continúa con amenazas de represalias mayores.

"Hizbulá pagará un alto precio que no ha pagado hasta ahora", advirtió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la noche del sábado.  "Atacaremos duramente al enemigo", enfatizó por su parte el ministro de Defensa, Yoav Gallant.

Las autoridades libanesas han iniciado conversaciones con actores internacionales en un intento de evitar una escalada a una guerra abierta, aunque la situación sigue siendo delicada. Los esfuerzos se centran en frenar un posible aumento de la violencia, ya que ambos bandos parecen reacios a un conflicto total.

En el ámbito interno, la defensa civil libanesa ha informado que, aunque no se ha precisado si las víctimas eran combatientes o civiles, el ataque ha tenido un impacto significativo en la zona, aumentando la preocupación entre la población local.

La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, ya que cualquier escalada adicional podría desestabilizar aún más la región y afectar a la población civil en ambos lados de la frontera.