Hace unos días, desde Tel Aviv, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, se quejaba de los constantes problemas que ponen israelíes y palestinos para dejar de lado actos que acaban con el diálogo de paz. Tras los anuncios de nuevas construcciones en Jerusalén Este durante su visita la semana pasada, hoy han sido los palestinos los que han tensado el ambiente.

Un grupo armado ha matado a un emigrante tailandés que trabajaba en un kibbutz en el desierto de Neguev tras el lanzamiento de un cohete. Y lo ha hecho en el momento en que la máxima responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se en cuentra en Oriente Medio para entrevistarse con los actores del conflicto.

El ataque fue reivindicado por las Brigadas Ansar al Suna, uno de los grupos salafistas a los que combate el movimiento islamista Hamás.

La muerte del tailandés es la primera desde la invasión de diciembre de 2008 de la franja de Gaza durante la operación Plomo Fundido. A la espera de la reacción del Ejército israelí, Ashton tratará de calmar los ánimos.

La representante de la UE cruzó esta mañana a la franja palestina desde Israel, a través del paso fronterizo de Erez. Escoltada por coches de grupos de asistencia humanitaria, fue recibida por funcionarios de la ONU. Ashton sin embargo no piensa reunirse con ningún representante de Hamás porque la UE no reconoce su legitimidad.

Su agenda de trabajo incluye encuentros con funcionarios y cooperantes para conocer la situación humanitaria en Gaza.

Antes de comenzar su gira por Oriente Medio Ashton había expresado su deseo de ir a Gaza para asegurarse de que las ayudas de la UE llegan al lugar y gente adecuada. Asimismo exhortó a Israel a acabar con el bloqueo que impuso hace tres años a la franja.

A primera hora de la mañana, Ashton se entrevistó en Jerusalén con el presidente israelí, Simón Peres.

Israelíes y palestinos habían dado su venia a la celebración de negociaciones indirectas a través de EEUU cuando el anuncio de un proyecto para construir 1.600 viviendas judías en un barrio de Jerusalén palestino acabó con la iniciativa.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en Cisjordania, condicionó el inicio al diálogo indirecto a que Israel anule la decisión.