Ashtianí reaparece y pide que el mundo la olvide

Shakine Mohammadi Ashtianí, la mujer iraní acusada de adulterio y del asesinato de su marido, ha dicho que planea demandar a los dos periodistas alemanes que fueron detenidos cuando se disponían a entrevistar a su hijo, Sajjad Ghazerzadeh.

"Tengo una queja contra esos dos alemanes, que me han avergonzado. ¿Por qué vinieron?", dijo Ashtianí en declaraciones a la prensa en un edificio del Gobierno en Tabriz, en el oeste de Irán, tras haber podido cenar lejos de la celda con sus dos hijos. Los dos reporteros, que trabajan para la revista Bild am Sonntag, fueron detenidos el pasado 10 de octubre junto al hijo de Ashtianí y su abogado, Javid Houtan Kian, y desde entonces los cuatro permanecen en prisión.

En un principio fueron acusados de espionaje, pero después Teherán dio a entender que sólo se les imputaría el delito de entrada ilegal en el país, ya que llegaron como turistas y no solicitaron el permiso especial de prensa que exige Irán.

Hace un mes, el fotógrafo y el reportero alemán aparecieron en la televisión estatal en inglés PressTV, mientras una voz en farsi que al parecer traducía sus palabras confesaba que habían cometido un error y habían sido engañados por la directora del Comité Internacional en contra de la Lapidación, Mina Ahadi.

La mujer adujo que las "denuncias extranjeras" de que sus confesiones habían sido extraídas con torturas son sólo "rumores". "Mucha gente quiere beneficiarse del caso y dicen que he sido torturada, lo que es mentira. Dejadme en paz. ¿Por qué queréis perjudicarme?", dijo. Ashtianí pidió a los medios extranjeros que olviden su caso.

El escritor y filósofo francés Bernard-Henry Lévy denunció la "manipulación" de las autoridades iraníes sobre Ashtianí y las "presiones insoportables" a las que debe haber sido sometida para protagonizar esa "farsa".

Desde Alemania, un centenar de personalidades de la política, la economía, el deporte y la cultura pidieron a Irán la liberación de los dos reporteros alemanes.