Este artículo se publicó hace 12 años.
Rajoy dice que la reforma laboral quita "mucho poder" a la patronal
Rubalcaba le traslada su discrepancia "profunda y frontal" en esta materia y anuncia "una enmienda a la totalidad" en el Congreso
Cèlia Muns
La reforma laboral fue hoy la protagonista absoluta del enfrentamiento entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El jefe del Ejecutivo aseguró que con esta norma van a perder "mucho poder tanto las organizaciones empresariales como las sindicales" y sostuvo que él no se guía por ellos, sino que actúa pensando "en la gente y en los trabajadores".
Precisamente a estos últimos es a los que más perjudican sus recetas. Sus palabras contrastan con los hechos. La reforma, aprobada en el último Consejo de Ministros, dinamita las relaciones laborales y refuerza al empresario frente a los derechos de los empleados. La posibilidad de rebajar los salarios a discreción y el abaratamiento del despido son sólo algunos de los puntos fundamentales que cambian por completo las reglas de juego.
Reconoce que sus medidas no tendrán efecto "a corto plazo por el entorno"
Para el secretario general de los socialistas, es peligroso dar pasos en esta dirección, sobre todo en un momento de recesión económica. "Es la mejor forma de incrementar el paro", resaltó. No fue lo único que le reprochó a Rajoy. También le recordó otros asuntos, como que ha creado "un contrato de prueba, de despido libre y gratuito, que es un monumento a la precariedad". "Han roto todos los equilibrios dando todos los poderes al empresario, que puede reducir desde el horario hasta el salario", señaló. Por eso, acusó al presidente del Gobierno de pasar de "la flexiseguridad europea a la flexiinseguridad".
"Ha hecho usted una enmienda a la totalidad en la seguridad en el empleo", denunció Rubalcaba. Para el dirigente del PSOE, sólo queda "o aceptas la bajada de sueldo o ahí tienes la puerta".
Rajoy no lo ve así. Él considera que, dentro de este proceso, se perjudica a todas las partes. Desde el Ministerio de Empleo insisten en que se trata de "una reforma equilibrada" y piensan que el jefe del Ejecutivo se refería en concreto a la CEOE y Cepyme, porque, en el tema de los convenios, la negociación colectiva se debilita y, según el PP, su protagonismo se diluye.
"El Gobierno dirá la verdad y no va a hacer demagogia", insiste el presidente
El líder de los conservadores insiste en que no hay más que ventajas. "Hay un contrato de 20 días, que estaba mal redactado, y otro de 33, que ya existía desde 1977. Pero ahora los dos van a funcionar de verdad. Hay normas para garantizar la flexibilidad y la movilidad dentro de la empresa. Se crea uno para contratar jóvenes, hay un cambio a la formación...", fue relatando. Y destacó que, a su juicio, sólo se podían hacer dos cosas: "o nada" o una reforma laboral "en línea con lo que se está planteando en Europa".
Rubalcaba le preguntó si se sentía orgulloso de las medidas que ha puesto en marcha. El presidente del Gobierno hizo repaso y destacó la Ley de Estabilidad Presupuestaria y la reestructuración del sistema financiero. Afirmó que con todas ellas se van a "sentar las bases para crecer en el futuro", pero reconoció que no van a tener "efectos en el corto plazo", algo que achacó al "entorno". Cuando estaba en la oposición, siempre echaba la culpa de la crisis y del paro a las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero y no a la situación internacional.
Calidad de la democraciaTambién resultó llamativo escucharle decir que la máxima de su Gobierno será "decir la verdad y no hacer demagogia". Una declaración que llegaba en el momento oportuno. Justo un día después de que se le acusará de inflar la cifra de déficit. La portavoz de UPyD, Rosa Díez, le preguntó qué va a hacer para combatir la desafección política y Rajoy le explicó que su intención es aprobar en los próximos meses una serie de iniciativas para mejor la calidad de la democracia. Estas se centraran en la transparencia, la austeridad y la limitación de los sueldos públicos
Horas después, Rajoy y Rubalcaba volvieron a verse en un almuerzo en Moncloa. En rueda de prensa, el secretario general de los socialistas admitió que "la discrepancia en esta materia es profunda y frontal". No hubo ningún tipo de acercamiento. Sólo "dudas", "objeciones" y "discrepancias". Por eso anunció que en el Congreso, el PSOE presentará "una enmienda a la totalidad" y explicó que, aunque el Grupo Socialista no renuncia a mejorar la reforma en el trámite de enmiendas, las posiciones son "enormemente distantes". El jefe de la oposición comentó que las movilizaciones que se han convocado son sindicales y que el llamamiento no lo hace su partido, aunque algunos de sus miembros acudirán.
Los socialistas convirtieron la sesión de control en una batería contra el Gobierno con la reforma laboral como munición. Fue el argumento que sirvió para el estreno de su nueva portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, en su nuevo papel de portavoz frente a la vicepresidenta del Ejecutivo. "Les pido que reflexionen, que rectifiquen. Saben que este no es un instrumento para crear empleo, que debilita los derechos sociales, los derechos laborales de los trabajadores y la cohesión social", reprochó a la número dos del Ejecutivo.
"Las medidas que está adoptando este Gobierno estána la altura de la gravedad de la situación que dejaron ustedes", replicó Sáenz de Santamaría. "Hacemos esta reforma laboral porque entendemos que es justa, para dar estabilidad en el empleo. (...) ¿Sabe cuál es el despido más barato? El que ha colocado a España en 5.200.000 parados. Ese es el despido más fácil", concluyó.
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