Los partidos vascos empiezan a tener cierta esperanza en que el Gobierno de Mariano Rajoy no se quede anclado en el inmovilismo y, jugando sus tiempos, vaya adoptando las medidas necesarias, también en política penitenciaria, para favorecer la consolidación de la paz en Euskadi, tras el 'cese definitivo' de la violencia de ETA.

Si tanto el lehendakari, Patxi López, como el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, encontraron a Rajoy 'receptivo' en sus respectivas reuniones, ayer, el diputado de Amaiur y miembro de Aralar Jon Iñarritu apuntó que, en un encuentro celebrado en diciembre con el PP, este les aseguró que tomarían medidas en política penitenciaria, 'aunque iban a esperar un poco' ante la 'resistencia de algunos sectores' del partido. La izquierda abertzale, por su lado, valoraba también ayer la declaración realizada la víspera por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en el sentido de que el Ejecutivo iba a actuar 'con amplitud de miras y sentido de Estado'. Estas palabras, para la antigua Batasuna, suponen 'un cierto cambio ante la actitud de cerrazón que mantiene el PP'.

Los miembros del Grupo Internacional de Contacto (GIC), impulsado por el mediador surafricano Brian Currin, mantendrá, entre hoy y mañana, en Euskadi, reuniones con representantes de los partidos, según informó ayer Paul Ríos, coordinador de Lokarri. Precisamente, esta red ciudadana, que colabora directamente con el equipo de Currin, celebrará el 11 de febrero una asamblea extraordinaria con el fin de 'consensuar una hoja de ruta' con instituciones, partidos políticos y agentes sociales para 'consolidar la paz'.