José Luis Rodríguez Zapatero reveló ayer que ya ha comunicado a una persona del partido cuál será la decisión sobre su futuro político. En un encuentro informal con periodistas durante la copa navideña que ofreció en la Moncloa, el presidente rehusó precisar si será o no candidato a las próximas elecciones generales por considerar que hacerlo ahora sería contraproducente, ya que su preocupación inmediata es sacar adelante las reformas económicas.

Horas antes, tras la reunión de la cúpula socialista en Ferraz, el portavoz oficial del partido, Marcelino Iglesias, afirmó que 'en el PSOE no hay ningún debate sucesorio'.

Lo dijo hasta tres veces, en el enésimo intento de la dirección de congelar el debate sobre la posible sucesión de Zapatero. Y añadió: 'Nuestro presidente es nuestro candidato'.

Para desautorizar las interpretaciones que sitúan a Alfredo Pérez Rubalcaba, ya no como el presunto sucesor, sino incluso como el presidente de facto, Iglesias destacó en otro momento de su comparecencia que es Zapatero 'el que está llevando la dirección de todas las reformas, el que tiene la primera y la última palabra'.

Bono dice que tiene 'un pacto de sangre' con Rubalcaba para apoyarle

De la carrera sucesoria que abriría la hipotética decisión de Zapatero de no presentarse como candidato en 2012, se descartó ayer el presidente del Congreso, José Bono, que compitió con él por el liderazgo del partido en 2000.

'Yo estoy en el tajo y no en la carrera', dijo en declaraciones a Telemadrid, donde aseguró tener un 'pacto de sangre' con Rubalcaba, al que daría su apoyo si, llegado el caso, se postulara como candidato.

No obstante, opinó que no es el momento para abrir este debate. Del mismo parecer se manifestó en Onda Cero el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Y el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, apostilló que, a su juicio, lo que hay en torno a este asunto es 'mucha especulación'.