El 15-M despide su aniversario con una marcha improvisada por Madrid

Después de intentar a lo largo de tres noches permanecer en la Puerta del Sol sin éxito, el movimiento 15-M quiso jugar ayer una última carta. Los indignados cerraron el aniversario de su nacimiento con una manifestación improvisada, que ha tenido a la Policía detrás durante dos horas y que se ha saldado con al menos un detenido y varias decenas de identificados.

Tras una asamblea multitudinaria en la Puerta del Sol, ya pasadas las doce de la noche, cientos de personas con cacerolas y silbatos cortaron varias calles en el centro de Madrid al grito de "detenidos, libertad".

La primera parada fue el edificio de la Bolsa, desde el que los indignados trataron de avanzar hacia el Congreso, pero un fuerte dispositivo policial se lo impidió. Decenas de agentes antidisturbios escoltaron la marcha en varias hileras a lo largo de varias calles aledañas al Congreso.

Poco a poco, los manifestantes fueron despistando a la Policía, y se pasearon durante aproximadamente dos horas, hasta que, sobre las 3:30 de la madrugada, decidieron hacer un alto en la plaza Tirso de Molina y celebrar una asamblea. La marcha se había ido desinflando al tiempo que avanzaba la noche.

"Me voy y creo justo que los que se quedan sepan cuántos somos los que nos vamos, para que no se queden con el culo al aire frente a la Policía", dijo el primero que tomó la palabra. Unos hacían el ya típico aplauso de sordos, mientras que otros mostraban su desacuerdo.

Otra chica salió a apoyar a su compañero. "Mañana tenemos tres desahucios, y creo que es más inteligente que nos vayamos y nos juntemos en unas horas para parar alguno de ellos", propuso. Los presentes comenzaban a notar el cansancio de la jornada y las ganas de disolverse se hacían cada vez más patentes.

"Hemos conseguido una victoria, ya que es la primera vez que decidimos irnos por nuestra propia voluntad", apuntó una tercera manifestante. "La Policía nos ha intentado cortar el paso y no lo han conseguido, y ahora lo dejamos porque queremos", agregó."Hemos conseguido una victoria"

"Hay que salir más a menudo a hacer acciones como ésta, en vez de querer salir sólo una noche y pretender aguantar hasta la mañana", afeó otro a los presentes reacios a marcharse.

La decisión parecía tomada cuando, de pronto, varias hileras de antidisturbios entraron desde diversos accesos de la plaza y comenzaron a rodear a los manifestantes. La estrategia del movimiento continuo se había roto con la duración de la asamblea. "Juntos, juntos", se gritaban los manifestantes unos a los otros para no dejarse llevar por el pánico, pese a lo cual algunos grupos se dispersaron y corrieron por las calles aledañas.

El grueso de los indignados permaneció en Tirso de Molina, y un gran número de efectivos antidisturbios comenzó a rodearlos en el centro de la plaza. "El pueblo unido jamás será vencido", gritaba el grupo encerrado dentro del muro de escudos. En ese momento comenzaron a realizarse las identificaciones individuales o por parejas, que se saldaron sin ninguna escena reseñable de violencia, tras lo cual la manifestación comenzó a disolverse. Uno de los jóvenes identificados fue detenido, aunque no se observaron signos de resistencia por su parte, y fue trasladado a la comisaría de Moratalaz.

Los últimos manifestantes -cerca de la veintena-, que se negaban a irse tras ser identificados, teminaron en la Puerta del Sol, que fue desalojada sin muchos problemas por la Policía.