Entrevista a Izaskun Chinchilla"Nuestras ciudades fueron planificadas por un varón caucásico universitario de mediana edad"
Madrid-
La arquitecta Izaskun Chinchilla aboga por una ciudad diferente. Una ciudad que priorice la dimensión pública y cívica de su actividad, una nueva urbe que sea compacta, continua y biodiversa, que fomente la gobernanza y que sea accesible para todos. Una ciudad, a fin de cuentas, más humana. No es una entelequia, esa ciudad ya existe en nuestro país y sólo necesita de innovación, lo explica La ciudad de los cuidados (Catarata), un libro para repensar la ciudad que queremos.
¿Qué caracteriza a nuestra ciudad productiva?
Un rasgo muy concreto es el de la zonificación, es decir, hay una asignación única entre la propiedad del suelo y su uso. Y en el listado de posibles usos, sobra decir, no está el de tomar el sol o protegerse de la lluvia. Al contrario, los usos que se pautan son fundamentalmente productivos. Otra característica de la ciudad productiva es una movilidad dependiente del vehículo privado y, por tanto, del combustible fósil. Digamos que la configuración urbanística del siglo XX lo que hizo fue separar el lugar de trabajo del lugar de residencia, primando la utilización del vehículo privado.
¿Quiénes se benefician de este modelo de ciudad?
En primer lugar, es obvio que facilita la inversión inmobiliaria porque la zonificación garantiza las condiciones de vuelta de la inversión inicial. Si yo compro un terreno, sé que de él podré sacar un beneficio determinado porque en esos metros cuadrados podré construir tantas viviendas.
Nuestras ciudades fueron planificadas por un varón caucásico universitario de mediana edad. Proveniente, en su mayoría, de un segmento de población que podía permitirse que sus hijos cursaran una carrera universitaria larga y luego accedieran a un puesto importante en la Administración. Es un tipo de urbanismo recíproco en el que el proyectista planifica según su experiencia y según su propia integración en el uso de la ciudad.
¿Y cuáles son sus perdedores?
"El listado de los perdedores de la ciudad productiva es prácticamente infinito"
El listado de los perdedores de la ciudad productiva es prácticamente infinito. Por acotar un poco, se considera perdedor a los excluidos del gran objetivo focal de la planificación, es decir, todo aquel que no sea ese varón caucásico de mediana edad y universitario. Cuanto más se sale uno de esa pauta, más alejando está del objetivo de la planificación. Un migrante, un adolescente, una mujer sin trabajo, son muchos los colectivos damnificados por un modelo de organización urbanístico muy determinado. Imagina a una ama de casa cuya madre empieza a ser dependiente. Imagina que esta ama de casa tiene además dos niños a su cargo. La ciudad no se planificó para ella, para esos desplazamientos que tienen que ver con los cuidados, y que son, por lo general, desplazamientos extraordinariamente complejos. Hablamos de toda una nube de itinerarios que van de la guardería a comprar fruta para una madre dependiente, pasando por la tintorería o el puesto de trabajo.
¿La alternativa es una ciudad no-productiva?, ¿cómo es esa ciudad?
Antes de la revolución industrial existía una joya del urbanismo que es lo que conocemos como ciudad mediterránea, un ciudad que como base para desarrollar las actividades productivas y reproductivas es excelente. Tenía una grandísima hibridación de usos en los núcleos urbanos, una mezcla que permitía la presencia de una gran variedad de negocios junto a los centros de trabajo. Estas ciudades disponían de un centro compacto que primaba la movilidad peatonal y la continuidad, es decir, que andando y sin necesidad de correr una maratón o arriesgar la vida, cualquier ciudadano es capaz de atravesar grandes áreas de la ciudad. Por último, eran ciudades con una muy buena calidad en cuanto a espacios públicos; plazas mayores, grandes parques, mercados, eran ciudades con un calidad escénica y una accesibilidad notable.
¿Podemos aspirar de nuevo a ellas?
En España hemos tenido muchas ciudades que se regían por estas pautas. La revolución industrial y la transformación radical de la movilidad hacia el vehículo privado y la zonificación terminaron por trastocar este modelo de ciudad. Creo que se debería rescatar con algunas aportaciones.
Para mí uno de los grandes retos sería convertir la ciudad mediterránea en la ciudad de los cuidados. Esto se podría conseguir si implementamos algunos aspectos como la defensa de la biodiversidad y la innovación social. Sólo así conseguiremos hacer frente al cambio climático por un lado, y seremos capaces también de aumentar la gobernanza de los ciudadanos. Es importante fomentar el acceso democrático de los habitantes a las decisiones que les afectan, empoderar al ciudadano ejerciendo una gobernanza activa.
Entiendo que hablamos fundamentalmente de remiendos, las ciudades ya están hechas, salvo obviamente que se proyecten de cero, pero por lo general hablamos de intervenciones...
"El gran reto es convertir la ciudad mediterránea en la ciudad de los cuidados"
Esta ciudad mediterránea de la que te hablo ha demostrado ser muy resiliente. Hablamos de ciudades que han estado con nosotros durante siglos y siglos, y que han ido mutando y han sido soporte de diferentes sistemas de gobierno y de diferentes modelos económicos. La solución pasa por volver a esas ciudades mediterráneas, volver a esa base morfológica e introducir nuevos parámetros como la biodiversidad y la gobernanza. No creo que sean remiendos, a fin de cuentas una ciudad no está pensada para 50 años, una ciudad debe estar pensada para transformarse constantemente. Tenemos una muy buena base, lo que ocurre es que nuestras ciudades han sufrido un grandísimo impacto de dos siglos de revolución industrial. Partimos de un patrimonio urbano bueno y compatible con esta visión, sólo necesitamos una gran inversión en materia de regeneración pública.
¿Es antes el huevo o la gallina?, ¿es la ciudad un reflejo del sistema o al revés?
Son narrativas que se construyen a posteriori. Toda la historia urbana de la Grecia clásica evidencia que la ciudad y el Estado se retroalimentaban. La idea de Estado es inseparable de la idea de Ciudad, el tipo de gobierno, el modelo de explotación o la forma de al urbe surgen al tiempo y son indisolubles. No hay un antes y un después.
¿Se puede cambiar el modelo productivo a través de la ordenación de la ciudad?
Yo te diría radicalmente que sí. Sobre todo en países como España, donde la inversión inmobiliaria supone un parte fundamental del PIB. Pero hay pequeñas decisiones que lo cambian todo, como que en un edificio destinado a un uso residencial se implementen equipamientos como una guardería o un pequeño polideportivo. Introducir pequeños cambios legislativos resulta extraordinariamente complejo porque el marcho de inversión inmobiliaria es muy proteccionista. Evidentemente la planificación puede cambiar muchísimo las reglas del juego productivo e inmobiliario, lo que ocurre es que tenemos un gran aparataje de regulaciones legislativas que hacen que esa transformación sea difícil y poco flexible.
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