Entrevista a Empar Moliner"Creo que hay un momento de la vida en el que todo sería mejor con 10 años menos"
Barcelona--Actualizado a
Han pasado y cambiado muchas cosas desde que Empar Moliner (Santa Eulàlia de Ronçana 1966) publicó L'ensenyador de pisos que odiava els mims, pero lo que sigue bien despierto es su interés por hablar de la pareja. Con Benvolguda (Columna) ha ganado el Premi Ramon Llull -con 60.000 euros, el de mayor dotación en catalán-, y bromeando se puede decir que con este libro queda inaugurada la literatura menopáusica contemporánea.
Sin embargo, Benvolguda es mucho más que una novela protagonizada por una mujer que comienza a tener sofocos. Y es que se ha hecho muy poca literatura sobre la menopausia, de hecho se ha escrito poquísimo sobre lo que ocurre en la cabeza de una mujer el primer día que le dicen "señora" y todo lo que esto comporta, hacia adentro y hacia fuera.
La protagonista de Benvolguda es Remei, una dibujante de éxito y de buen ver, una superviviente y un poco araña a la que la menopausia le llega cuando se da cuenta de que su marido se enamorará de otra. Ésta es seguramente la mejor novela que Empar Moliner ha publicado hasta ahora, Benvolguda tiene momentos incómodos, pero también contiene varios homenajes a las pequeñas cosas que nos hacen la vida más amable, y por eso también es tierna y luminosa.
La chispa que encendió la novela dice que es algo muy interno, y explica que mientras un día esperaba en un paso de peatones, se fijó en un coche que conducía una mujer y que al lado había un hombre (que Moliner pensó en seguida que era el marido). Entonces, la mujer tuvo un problema con otro coche conducido por una chica, y el hombre, mientras su conductora pitaba e increpaba, sonrió a la chica. En ese momento, Empar Moliner pensó que aquello era una traición y la historia de Remei empezó a tomar forma.
La protagonista se da cuenta de que de la menopausia se ha escrito muy poco y que el modelo de mujer que circula es el de la mujer fuerte que puede con todo.
Se ha escrito muy amablemente de los cuarenta, muy amablemente; se ha escrito mucho de anuncio de desodorante Dove, con el discurso de acéptate y amate, y las que te ponen son muy aceptables y estimables. Se ha realizado la novela de los 50 años, todo el mundo tiene la tentación de hacerla, pero son muy amables siempre. Y pensé que es verdad que no se ha hecho literatura sobre la menopausia. También lo entiendo perfectamente, ¿eh? Mercè Rodoreda tenía otras cosas en la cabeza... Pero sobre la próstata se ha hecho literatura y muy buena, por ejemplo, Philip Roth ha contado con mano maestra un cierto declive sexual. O el Michel Houellebecq más joven te lo ha contado muy bien, y hombres y mujeres lo hemos leído.
Cuando lo escribí pensaba habrá quien piense que esto es de mujeres y que no lo lee, pero yo bien que leo historia de una ballena blanca y no va conmigo, ¿verdad? Y aspiro, como siempre me ha ocurrido, a que me lean hombres y mujeres. Ahora bien, estos días hago esta broma, si se diera el caso de que sólo se lo leen mujeres tampoco pasaría nada porque los índices de lectura... Tampoco lo notaríamos tanto.
Quien habla al lector es Remei, la protagonista, una superviviente un poco araña por decirlo con sus palabras.
Nunca puedo redimir por completo a los personajes, no me sale, me cuesta mucho hacer finales aspiracionales de la forma que algunos lectores piden. Te pasan estadísticas y tal, y yo estoy agradecida porque tengo un tipo de lector habitual, mezcla de hombres y mujeres, y de todas las edades, pero el lector ocasional te viene y te pide que esta historia sea aspiracional y ser aspiracional en el siglo XIX era que la chica se casaba y ahora es que se sale, que es valiente, que aprende... Con las novelas y con las series yo me encuentro a este personaje y me parece bien, pero me parece fast food.
Gambito de Dama o Miss Maisel están muy bien, pero siempre es esta fórmula: mujer en un mundo de hombres, hay siempre un feminismo controlado, amable, que no moleste a nadie, y lo entiendo, ¿eh? Además, son historias como del pasado, no del presente, mujer que sale adelante, que tiene un problema, el alcoholismo o las pastillas, pero que se resolverá y será redimida. La gente te lo pide, "¿me identificaré?", te preguntan, y escucha, si preguntas eso no podrás leer nunca El guardián entre el centeno, pero eso es más el lector ocasional, el lector habitual sabe leer. Y claro que puede ocurrir que alguna historia por alguna razón haga que te identifiques, al igual que Hamlet te puede hacer pensar en tus pasiones y ya está bien.
Volviendo al tema de la menopausia, Remei bromea: "En los cincuenta te meas si toses o ríes, aunque te mates a hipopresivos".
A partir de los 50, toses o ríes. Pensaba hacer una fórmula técnica, debe perfeccionarse, pero tendría en cuenta el número de partos vaginales, más edad, más deporte de impacto, más sentido del humor y eso te da una fórmula de cuándo te mearás y cómo. Todo el mundo lo vive a su modo. Creo que hay un momento de la vida que todo sería mejor con 10 años menos, excepto los 18. Ahora la gente es muy guapa por lo general, a mí me lo parece. Hay algo que me contaron y me hizo mucha gracia: de la edad de las protagonistas de esta segunda parte de Sex and the city y Las chicas de oro sólo hay tres años de diferencia, es buenísimo.
En 'Benvolguda' también ha querido hablar de un tipo de maternidad y de qué ocurre cuando "los cachorros se hacen mayores".
Me gustaba la idea de explicar esa maternidad y paternidad que ha venido más tarde de la cuenta quizás, y, por tanto, con una conciencia tremenda, y entonces claro estáis como los piojos, realizáis actividades, alucinas. Y yo no voy a decir que nosotros no seamos deseados, pero mi madre me tuvo a 21 años, tuvo seis hijos vivos, era diferente. Pero cuando llega el ser, si eres inteligente, te vuelves loco, porque el instinto está ahí, ese instinto animal de no perder de vista al cachorro. Y caes del caballo como todo el mundo. Y he intentado que el personaje explique la idea de que este amor nunca se estropea. Es por la única razón por la que quizás matarías. De repente ves a los niños del mundo y que un niño sufra te resulta insoportable.
Otro tema presente es el valor de la amistad. Y, por lo que afirma en los agradecimientos ,el grupito de la puerta de la escuela es bastante autobiográfico, ¿verdad?
Sí, quería contar estos 10 años de estar en la puerta de la escuela y que haces extrañas amistades. Tengo las amistades de la puerta de P5 y te digo algo, nuestras hijas nunca fueron tan superamigas como nosotras, que nada tenemos en común y mucho en común, a la vez. También hay un momento que de repente entiendes el gran valor de la amistad, lo de nos hemos elegido amigas y aquí estamos. Y ese momento de la puerta puede ser el rato más cargado de amabilidad de todo el día. En la puerta de la escuela cuando alguien te dice que tengas un buen día, te lo dice con absoluta sinceridad y en estos momentos me emociono. ¡Yo ya me emociono por todo!
Sitúa el clímax de la novela el día de Sant Jordi, pero Remei saca hierro y se rie bastante de eso de las listas de los más vendidos, la gincana de las firmas de los autores...
Sí, pero en el fondo es un homenaje a ese día, tenía ganas de contarlo, ya sé que los lectores catalanes lo conocen, pero me gustó mucho contar ese día y que acabara con una fiesta y es verdad, ese día hay de todo, los autores exageran las rarezas, pero es tan bonito ese día que tenía que hacerlo.
Sin desentrañar la trama, pero hay un momento en que su protagonista se dice "Dos artistas no pueden vivir juntos con hijos sin que uno de los dos deje de serlo".
Alguien tendrá que pervertirse, ¿no? Pero, en realidad ,esto es el paso del tiempo matrimonial, que en realidad es mi gran tema, el matrimonio en todas sus vertientes. Las parejas de todo tipo y condición, porque en realidad cualquier pareja tiene momentos sublimes y ridículos, cualquiera, porque también es raro lo que hacemos de emparejarnos, de tener hijos. Y también una cuestión que me obsesiona es la idea de la gente que no ríe. Remei se da cuenta de que su marido ya no se ríe y tanto que reía, y ella entiende que ya no le hará reír y eso es bestial. Dejar de hacer reír.
¿'Benvolguda' la escribió durante la pandemia? ¿Cómo le fue el confinamiento?
No, y yo durante la pandemia estuve muy bien, yo estoy bien en casa. A mí en realidad me gusta, y tengo el privilegio porque tengo una salida, vivo en un pueblo y tengo como jardín y esto es una cárcel de oro. Pero tú imagínate, muchos pisos no tienen luz en todas partes, y muchas veces la habitación infantil es la que no tiene luz, por ejemplo en un piso en el Eixample, y los niños dando clase en el comedor... Hay otro tema, mi hija que tiene 14 años veo que está muy cómoda con la mascarilla, por lo general veo que los adolescentes están cómodos con la mascarilla porque se tapan el bigote, todo, y se han acostumbrado mucho a un tipo de relación que consiste en enviarse audios. Y yo pienso en quienes no han salido escalonadamente al ocio; en los universitarios que se han perdido la vida de campus, las campanas, follar, los Erasmus.
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