Entrevista a Dominik Moll"Entre pobres y más pobres hay muchas tensiones"
Madrid-
El cineasta, especialista en explorar el lado oscuro del ser humano, revela en Solo las bestias la realidad de los países más pobres, el contraste con el mundo rico y la coincidencia universal del deseo de amar y ser amado.
En Costa de Marfil hay trece millones de personas. De ellas, dos millones viven en la capital, Abidjan, y de estos, más de la mitad se concentra en 75 barrios pobres y la mayoría está en el paro. Evitan morir de inanición hurgando en las basuras de las familias de clase media, cualquier pequeña enfermedad puede ser mortal por la falta de asistencia... Algunos jóvenes han encontrado en las trampas del mundo globalizado una forma de subsistir. Dedican muchas horas del día a estafar, con fotografías y vídeos de mujeres que ni siquiera conocen pero que circulan por internet, a habitantes de los países ricos del planeta.
El cineasta Dominik Moll, un especialista en explorar el lado más oscuro del ser humano, aprovecha este timo internacional en su nueva película, Solo las bestias, para revelar las descomunales diferencias que existen en el planeta y al mismo tiempo para demostrar la necesidad de amar y ser amado compartida por todos los seres humanos.
Adaptación de la novela de Colin Niel, la película, que ganó el Premio del Público y el de Mejor Actriz (Nadia Tereszkiewicz) en Tokio, arranca en una zona montañosa de Francia, donde una mujer ha desaparecido en medio de una tormenta de nieve. Cinco personas parecen estar relacionadas con el caso y cada una tiene algún secreto que ocultar. El azar, clave en el desarrollo de la historia, no tiene, sin embargo, nada que ver con los planes del cineasta, dispuesto a enfrentar al espectador con las realidades de un mundo a veces tremendamente injusto.
¿Esta película es un thriller o es una película social y política envuelta en las formas del thriller?
Lo principal de los thrillers es que te dan una forma que conoce el público y tú luego puedes hablar de lo que quieres. En esta película hay aspectos sociales y políticos, aunque lo que es más importante para mí en esta clase de situación, de relación por internet entre África y Francia, es mostrar la complejidad de todo, no todo es blanco y negro. Por supuesto, hay gente que se aprovecha y saca dinero con ello, claro, pero lo importante no es eso, lo importante es que es en Abiyán lo que hacen estos personajes es un trabajo real. Estos jóvenes tienen que tener imaginación y tener ideas, y por otro lado, el hombre en Francia no es solo una víctima, también es alguien que encuentra satisfacción en este tipo de relación. Las cosas son más complejas de lo que las vemos.
En sus películas usted muestra interés por el lado oscuro del ser humano, ¿aquí ha querido ocuparse del lado oscuro del deseo sexual?
Sí, por supuesto, pero no solo deseo sexual, también deseo de amar y de ser amado. En las relaciones de la película, las cosas están desequilibradas. Los personajes están buscando amor y proyectan su amor sobre otros. Unos sobre personas que no les corresponden, otros desatienden la relación con su pareja y pretenden tener un amor a través de internet, que realmente no existe. Las relaciones son más complicadas que si solo fueran en una dirección. Pero también es el deseo sexual que necesitamos.
Los personajes europeos son de una zona rural, ¿quería mostrar las dificultades especiales en estos lugares para las relaciones?
Mis películas no suelen estar en grandes ciudades, sino en zonas rurales, partes remotas donde los personajes viven incomunicados y es difícil establecer relaciones. La soledad y la incomunicación también están en la ciudad, por supuesto, pero en las zonas rurales por la situación geográfica se hace especialmente difícil conocer a otra gente.
Hay un contraste entre África y Europa, ¿la intención política está acentuada aquí?
Sí, pero también es importante que en ambos lugares, los personajes son de clase social baja, no son ricos. No es un contraste entre ricos y pobres, sino entre pobres y más pobres. Ahí hay muchas tensiones. Era importante para mí que no fueran ricos y pobres, nada de blanco y negro.
Todos los personajes son buenas personas y sin embargo hay un crimen... ¿cuál es la reflexión?
Nadie quiere matar a otro, son las circunstancias, las coincidencias... Pero incluso cuando el personaje de la película mata, no es algo que haya decidido, es algo más espontáneo, se encuentra con ello, enfrentado a su estupidez en medio de una tormenta, no tiene el control. No es una mala persona, parte de la belleza de la historia es cómo hay diferentes puntos de vista de la historia y la forma en que diferentes personas la cuentan. Y en medio hay un crimen innecesario.
¿Todos podríamos matar a alguien?
No, no creo que nadie quiera matar a otra persona. Ser capaz de hacerlo es otra cosa, pero creo que la mayoría de la gente tiene unas barreras sociales que le previenen de hacerlo. No creo que cada persona en el planeta sea un posible asesino. Es curioso porque había una escena en la película que quitamos del montaje en la que el maestro africano pide al joven que mate a un niño y el chico le sigue desde el colegio, pero le deja escapar. Lo quitamos de la película porque desviaba de lo más importante. Pero es un ejemplo de alguien que quiere matar a otra persona y no puede.
Se siente cierta satisfacción cuando ves que el joven africano consigue estafar al hombre blanco europeo, ¿es intencional?
A propósito... no sé qué decir, pero es verdad que hay algo que se disfruta cuando el joven africano estafa al otro hombre. Al principio puedes ver también que no es fácil, en la vida real que una persona te de dinero es muy difícil. Ellos, los jóvenes africanos necesitan cierta energía y creer en lo que hacen y creer que su trabajo funciona y eso se transmite al público, que también está feliz, especialmente porque el hombre europeo está feliz también. Es una transacción real en cierto modo.
La película retrata el mundo globalizado, ¿le gusta a usted más de lo que le disgusta?
La globalización tiene buenos y malos aspectos, depende de lo que hagas con ello. Cuando Trump usa las redes sociales, es lo peor. Pero las redes sociales son importantes para movilizar a gente en otras cosas. No es todo bueno y no es todo malo. El mundo globalizado necesita un marco legal para poner barreras a la inmoralidad.
El azar juega un papel esencial en esta historia, ¿usted cree en el destino?
No creo en el destino, pero creo que hay cosas, mala suerte y coincidencias... Por ejemplo, alguien puede tener un accidente cruzando la calle por no prestar atención porque no está en buen momento, pero no tiene nada que ver con el destino. Son cosas que no puedes controlar, pero la cuestión es ¿qué haces con esas coincidencias? ¿cómo lo manejas? La vida es una mezcla de cosas que controlas y otras que no puedes controlar. En el caso del accidente tú puedes pensar que has tenido muy mala suerte o puedes pensar que has tenido suerte y estás vivo. Lo importante es la actitud. Por supuesto, entre esas coincidencias está el haber nacido en Francia o en Abiyán...
El final de la película que revela el abuso de hombres sobre mujeres, de ricos sobre pobres, ¿es una declaración de intenciones?
Es verdad, incluso dentro de Europa, si tienes dinero, tienes poder. Para esta joven africana y el futuro de su hija es mejor una relación con un hombre europeo aunque no haya amor... No es un gran descubrimiento que estas cosas pasan. Te preguntas si ella ha tomado la decisión correcta, viajando con él a ese sitio tan frío, donde no conoce a nadie... porque sientes que está en el lugar equivocado.
Otra vez el lado oscuro del ser humano, y me refiero al hombre...
...Es importante preguntarse sobre tu propio lado oscuro y aceptar que lo tienes y que tienes pensamientos oscuros. A veces yo los tengo, no son buenos, pero, otra vez, depende de lo que tú hagas. Si conviertes esos pensamientos en acción, no está bien, pero tampoco está bien la gente que los aparta e intenta esconderlos, que no los acepta, esos oscuros pensamientos puedes explotar, fuera de control. No debemos negar que todo tenemos un lado oscuro, es peligroso.
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