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Ribera valora con "mucha seriedad" el gasoducto con Italia pero prosiguen las negociaciones con Francia

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica insiste en que las reticencias de Francia hacia el Midcat no suponen una disputa bilateral. El proyecto del gasoducto con Italia uniría Barcelona con Livorno.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, conversa a su llegada a la sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, conversa a su llegada a la sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados. Ricardo Rubio / Europa Press

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que el Gobierno valora con "mucha seriedad" la posibilidad de construir un gasoducto submarino con Italia ante las reticencias de Francia de terminar la interconexión a través de los Pirineos, la infraestructura conocida como Midcat.

En cuanto a la postura del Gobierno francés, ha señalado que no se trata de una disputa bilateral con el país galo, aunque ha defendido que "España no necesita exportar gas", sino que "está dispuesta a ayudar a Europa", según ha valorado en una entrevista en Antena 3.

Sobre la posibilidad de construir el gasoducto entre España e Italia, la titular de Transición Ecológica ha explicado que uniría las regasificadoras de Barcelona y Livorno. "De momento, lo que estamos haciendo es activar una especie de 'puente marítimo' entre Barcelona y Livorno. Una gran regasificadora (la de Barcelona) con capacidad de almacenamiento y para recibir grandes buques metaneros de la que salen metaneros de menor tamaño hacia la otra planta (la de Livorno), más antigua y de menor tamaño de regasificación", ha detallado.

De esta forma se inyectaría gas para consumo en Italia, con una alta dependencia del gas ruso, y también a las conexiones con el núcleo central de gasoductos que atraviesan el centro y el norte de Europa, ha detallado la ministra.

Así, la posibilidad que se está valorando es la de sustituir ese transporte marítimo con un gasoducto submarino para "ahorrar costes en el medio y el largo plazo", ha ahondado Ribera. La idea es que a través del tubo circule gas natural en un primer momento, después gas natural mezclado con biogás y en el medio plazo hidrógeno verde.

"Se trata de una obra de ingeniería más complicada (la opción italiana). Lo sencillo, lo limpio, en un país que se dice europeísta, en un momento extremadamente crítico para Europa, es ir a lo más fácil, a lo que pueda estar operativo para el otoño invierno 2023-2024 y que es esa conexión del corredor ibérico del hidrógeno, que en primera instancia podría trasladar gas natural a través de los Pirineos duplicando la capacidad actual", ha apostillado la ministra.

Prosiguen las negociaciones con Francia

Mientras, España está tratando con Francia y con otros países europeos sobre la posibilidad de reactivar el proyecto de gasoducto Midcat como una alternativa para garantizar el suministro energético de la UE, aunque hasta ahora París ha mostrado abiertamente su negativa a desenterrarlo. Precisamente, la semana que viene, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá con el canciller alemán, Olaf Schulz, para tratar sobre este asunto y de alguna manera presionar al gobierno francés.

El ministro español de Presidencia, Félix Bolaños, preguntado este jueves por esa cuestión durante un desplazamiento a París, respondió que el Midcat "es una solución que tenemos que abordar entre todos los países de la Unión".

Francia reiteró hace dos semanas su oposición a ese proyecto de gasoducto que conectaría sus redes con las españolas por Cataluña, y que fue abandonado en 2019 porque se estimó que difícilmente se podría rentabilizar, después de que se hubieran pronunciado en favor los jefes de Gobierno de Alemania, España y Portugal.

Según París, el Midcat no sólo sería muy costoso (más de 3.000 millones de euros), sino que su puesta en marcha tardaría años y no permitiría afrontar la crisis energética actual provocada por la guerra en Ucrania y además es difícilmente justificable ahora que la UE pretende prescindir a medio plazo de los hidrocarburos.

Bolaños, que esta tarde es recibido por su homólogo francés, Franck Riester, insistió en que hay que intentar soluciones "que se puedan poner en marcha en el menor tiempo posible, que sean compatibles con los requisitos medioambientales y de transición energética en los que estamos trabajando en la UE" y que permitan la solidaridad entre los Veintisiete.

España, que es el país con más capacidades de regasificación de la UE (un 30 % del total) que se utilizan muy por debajo de sus capacidades, estima que el nuevo gasoducto con Francia permitiría servirse de esas infraestructuras ya existentes para aprovisionar otros países europeos que ahora dependen del gas ruso.

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