Los fondos ya acaparan casi la mitad de la inversión extranjera en España con más de 200.000 millones en diez años
Los inversores extranjeros inyectan 44.000 millones en empresas y acumulan acciones por 190.000 millones en una década para 'cazar' beneficios vía dividendos.
Zaragoza--Actualizado a
La toma de posiciones de los fondos de inversión extranjeros ya acapara prácticamente la mitad de la inversión exterior que recibe el tejido productivo español: las participaciones de carácter financiero del capital foráneo en las empresas del país, que suma 236.000 millones de euros en una década, ha alcanzado un volumen similar al que ofrecen las de tipo productivo, que se sitúan en el entorno de los 248.000.
La diferencia principal entre unas y otras se encuentra en la finalidad: las inversiones directas en empresas tienen como finalidad mejorar la producción y elevar la rentabilidad, mientras que la toma de posiciones en bolsa suele tener como objetivo hacerse con pequeñas participaciones para acceder al reparto de beneficios vía dividendo, a menudo sin participar en la gestión.
Las cifras proceden del cruce de tres fuentes: los datos de propiedad de las empresas cotizadas que elabora BME (Bolsas y Mercados Españoles, el operador de la Bolsa de Madrid); los de la actividad de las gestoras de fondos que operan en España que ofrece Spaincap, la asociación que aglutina al 90% de esas entidades, y los de inversiones que maneja DataInvex, el portal de datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Los primeros cifran en 192.000 millones de euros, a falta de cerrar (al alza) el dato de 2023, el aumento del valor de las posiciones de los inversores institucionales extranjeros en los últimos nueve años, de los 412.586 de 2015 a los alrededor de 604.629 de 2023.
"La capitalización de la bolsa española pierde peso respecto al PIB por la escasez de empresas cotizadas pero los inversores extranjeros siguen dando muestras de valorar sus posiciones en las empresas que cotizan", señala el último informe de BME sobre la propiedad de las acciones, en el que destaca que estos "vuelven a anotar un nuevo récord al alcanzar la propiedad del 50,3% de las acciones de las empresas cotizadas en España".
Entre 2014 y 2023, los fondos de inversión foráneos cerraron un total de 1.426 operaciones de entrada en empresas
Paralelamente, entre 2014 y 2023 los fondos de inversión de origen foráneo cerraron un total de 1.426 operaciones de entrada en empresas por un valor conjunto de 44.100 millones de euros, lo que eleva la presencia de estas entidades por encima de los 236.000 millones de euros.
No obstante, a esa última cifra habría que restarle la parte correspondiente a los fondos extranjeros de los 26.774 millones de euros a los que ascienden las 3.545 operaciones de desinversión efectuadas en esa década por las gestoras, básicamente por el mecanismo de recuperación, total o parcial, de los créditos inicialmente invertidos en esas empresas.
Tanto el ritmo como la cuantía de las desinversiones se están reduciendo por "el especial foco en preservar la continuidad de las empresas en cartera", lo que, junto con la brecha que se está dando en las valoraciones de las compañías, "está alargando los periodos de inversión", señala el informe de SpainCap.
Resulta llamativa la diferencia de magnitud y frecuencia de las inversiones de los fondos de capital extranjero frente a los españoles: los primeros realizan la quinta parte de las operaciones (1.426 por 5.934) pero mueven tres cuartas partes del dinero (44.100 millones de euros por 13.650).
En esa misma década, entre 2014 y 2023, y a falta del cuarto trimestre del último año, en el que según los cálculos del Gobierno habría que añadir otros 6.000 millones, las inversiones de origen extranjero alcanzaron un montante de 292.323 millones de euros, con los picos en los 55.568 de 2018 y los 20.926 de 2014.
Ese volumen se queda en 248.000 una vez se le restan las inversiones que los fondos extranjeros, sin incluir los ajenos a SpainCap, han inyectado en el tejido productivo y comercial español mediante entradas directas en el accionariado; las cuales, al mismo tiempo, elevan hasta los 236.000 la suma con las entradas realizadas mediante operaciones bursátiles.
Tras un altibajo en 2020 y 2021, las participaciones de los inversores institucionales extranjeros en las empresas cotizadas volvieron en 2022 a superar, por segunda vez en la historia, el 50% del total del capital de estas.
Hace veinte años, entre 2003 y 2006, esa cuota oscilaba entre el 32,6% y el 35,2%, con una tendencia a la baja previa al despegue iniciado con la recuperación del carrusel de crisis de la década pasada, que ya en 2011 se situaba en el 40%.
Ese cambio de formato financiero en el que las aportaciones de los fondos de inversión han reemplazado al tradicional recurso externo al endeudamiento con el banco ha sido, quizás, la principal mutación que se ha dado en esos años en el capitalismo a escala global, unos cambios a los que no ha sido ajeno el tejido productivo español.
La actividad inversora y la captación de recursos de los fondos de inversión local han evolucionado al alza
De hecho, resulta llamativa la evolución al alza tanto de la actividad inversora como de la captación de recursos de los fondos de inversión de origen local, que acumulan siete años por encima de los 1.400 millones, con tres picos de más de 1.800 en 2019 y 2022, en el primer capítulo cuando no habían superado el millar en 2015.
En el segundo, en el de la captación de recursos, la cifra lleva tres años consolidada por encima de los 2.600 millones de euros cuando hace solo seis que, en 2018, se estabilizó por encima de los 2.000.
El de 2023, con 2.606 millones de euros y una ligera caída del -0,5% con respecto a 2022, fue "el tercer mejor ejercicio en captación de toda la serie histórica" en lo referente a la "captación de nuevos recursos por parte de las entidades nacionales privadas", señala el informe de SpainCap.
"La captación de fondos se mantiene porque en España ya hay un buen track record (historial de inversiones), suficiente como para que el inversor continúe apostando por las gestoras españolas", explica su presidente, José Zudaire, para quien esa tendencia "demuestra que existe talento y potencial de crecimiento, tanto para las gestoras de Venture Capital como para las de Private Equity".
Las primeras se centran en startups o empresas en fases tempranas mientras que las segundas lo hacen en compañías más consolidadas.
"Las gestoras de capital privado no sólo aportan financiación, sino también valor añadido a su cartera de participadas a través de la gestión, transforman las empresas y crean empleo", señala Zudaire, quien señala a los inversores institucionales y los family office (fortunas familiares) como las principales fuentes que "inyectan capital a las gestoras para que estas, a su vez, puedan invertirlo en pymes y startups".
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