El empleo femenino alcanza cotas históricas con más trabajadoras y menos amas de casa
La ocupación de las mujeres se acerca por vez primera a los diez millones de personas, aunque con la temporalidad, la parcialidad y el subempleo disparados.
Zaragoza--Actualizado a
El empleo femenino está alcanzando en España niveles históricos que lo acercan a los diez millones de mujeres ocupadas tras más de dos años, desde la primavera de 2021, por encima de los nueve y un avance sostenido en los últimos meses que incluye un registro de 9.799.600 trabajadoras en la Encuesta de Población activa (EPA) del segundo semestre y una media mensual de 9.826.712 afiliadas a la Seguridad Social en junio.
El número de mujeres ocupadas superó en junio de 2021 la media de 9,006 millones que había marcado el registro histórico antes de la pandemia, en 2019, y desde entonces no ha bajado de ese nivel.
"En comparación con el nivel anterior a la pandemia, el empleo femenino también muestra un especial dinamismo. En concreto, la afiliación a la Seguridad Social de mujeres ha aumentado un 8,6%, que son 3,1 puntos más de lo que lo ha hecho la de los hombres", recordaba el pasado miércoles el Ministerio de Inclusión.
"Hay un buen comportamiento general del mercado laboral tanto en lo que se refiere a los hombres como a las mujeres, y eso es algo completamente inusual con respecto a estas últimas, porque siempre hemos acusado mayores niveles de desocupación", señala Paloma Vázquez, responsable de Políticas Públicas y de mujeres de CCOO del Hábitat.
"En los últimos doce meses el empleo ha aumentado en más de 308.000 personas en mujeres y en 280.000 en hombres", añade la sindicalista, que añade que "el desequilibrio permanente en las oportunidades de acceso al mercado de trabajo entre hombres y mujeres está disminuyendo".
La mitad de amas de casa que hace treinta años
Eso se combina con otros cambios entre los que destacan los del grupos de las inactivas, entre las que hay 365.000 estudiantes (1,74 millones) y 437.000 pensionistas (4,24) más y 382.000 amas de casa menos (2,92).
El volumen de estas últimas lleva prácticamente año y medio por debajo de los tres millones, que son la mitad de las que había hace treinta años.
El aumento de la ocupación femenina coincide en el tiempo con otro de la población de ese sexo de más de 16 años (la edad laboral mínima) en España, que ha pasado de 19,95 a 20,78 millones de personas entre los segundos trimestres de 2018 y de 2023.
Según indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ese incremento demográfico de 834.600 mujeres en edad de trabajar ha sido absorbido con creces por el mercado laboral, ya que la cifra de nuevas ocupadas en ese periodo asciende a 984.000, con 331.200 desempleadas menos y con solo 182.000 nuevas inactivas cuando han accedido a la jubilación 426.000.
El aumento de la ocupación femenina coincide en el tiempo con otro de la población de mujeres en edad de trabajar
El ritmo de absorción resulta especialmente intenso en el último año y medio que contabiliza la EPA, que es el que coincide con la aplicación de la última reforma laboral, sus efectos de estabilización del empleo y un periodo de creación de empleo de magnitud desconocida y estrechamente vinculado a otros factores como la mejora del consumo de los hogares en un país estrechamente dependiente de él.
El avance demográfico de 371.500 mujeres de más de 16 años en el último año y medio convive con la colocación de 445.500, la reducción de 170.600 en las listas del paro y la jubilación de 128.100 mientras la
población inactiva crecía en algo menos de 100.000, lo que apunta a un
drenaje de efectivos femeninos hacia la actividad.
Menos autónomas y más empleadas públicas
"Particularmente, considero que los planes de igualdad están influyendo de una manera positiva en cuanto a las medidas de selección", anota Vázquez, para quien suponen "una herramienta de vital importancia y que esperamos que se mantenga a pesar de la coyuntura política", que está dejando en manos de gobiernos PP-Vox las autoridades laborales autonómicas.
"En definitiva, se trata de acabar con los roles y los estereotipos en el
mercado de trabajo. Todo ello conlleva medidas laborales, como los planes de igualdad, pero acompasados con cambios culturales", añade.
La evolución de la ocupación femenina en los últimos años proyecta
algunos rasgos como una menor presencia entre los autónomos, con una proporción de casi uno a dos frente a los hombres, que crece a favor de estos cuando se centra entre los empleadores, otra de casi tres a dos para ellas en el empleo público y una tasa de más del 45% en el privado.
Paloma Vázquez: "Se trata de acabar con los roles y los estereotipos en el mercado de trabajo con planes de igualdad y mediante cambios culturales"
Eso supone un notable avance en términos cuantitativos del empleo femenino que, sin embargo, no acaba de resultar correlativo a la evolución de los indicadores cualitativos, los cuales, pese a su incipiente mejora, mantienen lagunas en tres aspectos: la temporalidad, la parcialidad y el subempleo.
El porcentaje de mujeres que trabajan con contratos temporales
supera en más de cuatro puntos y medio al de los hombres, con una tasa del 17,13% de las ocupadas frente a otra del 12,56%.
El índice de parcialidad femenino triplica con creces al masculino (21,19% por 6,84%), un dato que con otros dos ilustra el desequilibrio que se da en este ámbito en función del sexo del trabajador: ellas ocupan el 72% de los empleos parciales, con más de dos millones de mujeres en esa situación, y dos de cada tres lo hacen por no poder acceder a ocupaciones de jornada completa (977.500) o por tener que atender obligaciones familiares (477.900).
"La mayor temporalidad y parcialidad en las mujeres se debe a que todavía no hay un reparto equilibrado de funciones entre hombres y mujeres. Además de las medidas laborales en materia de corresponsabilidad también hay que abordar culturalmente el cambio de mentalidad que ello supone", indica la responsable de Políticas Públicas y de Mujeres de CCOO del Hábitat.
Seis de cada siete excedencias para cuidar a familiares
En este sentido, el informe Cuidados. Sin Brecha. Por hacer más
ganamos menos elaborado por ese sindicato, refleja cómo "más del 80% de las algo más de 47.000 excedencias por cuidado familiar de 2022 fueron desarrolladas por mujeres".
Fueron, según los datos del Instituto de las Mujeres, 40.788 de 47.455, lo que supone casi un 86% del total (seis de cada siete), con una prevalencia del 88% (32.578 de 37.021) en el cuidado de menores y otra del 78% (8.210 de 10.443) en la atención a los mayores.
Esos indicadores de discriminación se están atenuando en los últimos
meses, algo que Vázquez atribuye, al menos en parte, a la influencia de una reforma laboral que "sin duda alguna está siendo positiva. En el primer año de aplicación la temporalidad cayó al 20,5%. Sigue siendo alta, pero supuso un descenso interanual de más de siete puntos, lo cual es algo positivo".
"Si a eso se le suma que han desaparecido la mayoría de los contratos
temporales y parciales a los que se veían condenadas la mayoría de las
mujeres -añade-, se fortalece la posición de la mujer en el mercado
laboral".
El 52,4% de las trabajadoras tiene formación superior
A esas cifras se les añaden las del subempleo, que ponen sobre la mesa
cierta tendencia al despilfarro de la capitalización formativa, más
intensa con ellas que con ellos, por parte del empresariado.
Atendiendo a la preparación académica, las tasas de ocupación
masculinas superan con claridad a las femeninas en los grupos de menor formación, hasta la ESO, para igualarse en el bachiller e invertirse la situación con la enseñanza superior: un 52,4% de las mujeres que trabajan tienen una titulación universitaria o equivalente frente a un 41% de los hombres.
Sin embargo, y al mismo tiempo, la tasa de subempleo femenina, es decir, el porcentaje de ocupadas en puestos que requieren una formación inferior a la que poseen, prácticamente duplica a la masculina, con un 10,48% y un 5,82% que, respectivamente, ubican en un puesto de ese tipo a casi una de cada nueve y solo a uno de cada diecisiete.
El volumen de mujeres subempleadas resulta superior al de los varones a partir de la enseñanza primaria completa y lo duplica con claridad cuando se trata del bachiller con orientación profesional y de los estudios superiores.
Techos y paredes de cristal y suelos pegajosos
Para Vázquez resulta fundamental "dirigir la formación permanente de
manera más intensa hacia las mujeres en ámbitos como la digitalización y en sectores de actividad como la construcción. Hay que reorientar la formación hacia las mujeres".
"Las mujeres sufren la desigualdad laboral, primero, en el acceso al puesto de trabajo, con peores contratos, jornada, ocupaciones y sectores subrepresentados y otros claramente feminizados", apunta CCOO
"Las mujeres sufren la desigualdad laboral, primero, en el acceso al puesto de trabajo, con peores contratos, jornada, ocupaciones y sectores subrepresentados y otros claramente feminizados", expone el informe de CCOO, que señala otros dos vectores principales de discriminación laboral.
Uno sería el de "la promoción y trayectoria laboral", con "techos y paredes de cristal" y con "suelos pegajosos", y en el que resulta clave "la menor duración de su vida laboral, sometida a mayores interrupciones y un menor presentismo al ocuparse mayoritariamente de los cuidados familiares".
El tercero se encuentra en la "discriminación salarial directa en el puesto de trabajo" que sigue dándose en ocasiones.
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