Este artículo se publicó hace 2 años.
El fin de la bonificación a los combustibles abre una guerra entre gasolineras para ver quién mantiene mejores descuentos
Las organizaciones de consumidores consideran que no se puede hablar de "descuentos" ya que son las propias petroleras las que ponen los precios que quieren y hablan de una estrategia de marketing para fidelizar clientes.
Alejandro Tena
Madrid--Actualizado a
Las ayudas a los carburantes dejarán de funcionar a partir del 1 de enero de 2023. El Gobierno anunció esta semana que la bonificación de 20 céntimos por litro de gasolina y gasóleo dejará de estar vigente, y sólo los conductores profesionales, transportistas por carretera o agricultores, podrán seguir disfrutando de esta ayuda. Esta situación ha llevado a algunas de las principales petroleras a mover ficha y anunciar sus propios descuentos para fidelizar a algunos de los clientes, competir entre ellas y, de paso, demostrar que las ayudas del Ejecutivo podrían haber sido costeadas desde el principio por las propias compañías.
Algunas petroleras como Shell han anunciado ya sus propias ayudas para los consumidores. Así, la compañía ango-holandesa aplicará un descuento de 10 céntimos por litro de gasolina repostado para los usuarios que se hayan hecho socios. Se trata de una oferta que se extenderá hasta el próximo 31 de marzo y que ha sido lanzada de manera conjunta con el grupo de gasolineras canario DISA.
No son las únicas que quieren aprovechar el fin de la bonificación para ganar su cuota de mercado. Galp tendrá, a partir del 1 de enero de 2023, un descuento de 10 céntimos para todos sus carburantes y, curiosamente, también para los usuarios que se hayan registrado en el programa de socios Mundo Galp. Los nuevos clientes que se inscriban en este programa recibirán, además, un vale de un solo uso de 25 céntimos por litro.
Según confirma el diario económico La Información, también BP se ha sumado a esta pugna por aprobar descuentos tras el fin de las bonificaciones del Gobierno. En este caso, la petrolera no ha especificado el porcentaje de rebaja de precios por litro de carburante que aplicará, pero ha confirmado que pretende mantener ofertas.
Estas grandes empresas, sin embargo, están siguiendo la estela de Repsol, que fue la primera petrolera en anunciar en España que aplicaría rebajas tras el fin de las ayudas del Gobierno por la guerra de Ucrania. La empresa de combustibles fósiles lanzó un comunicado el pasado martes en el que informaba de su decisión de "prolongar" su de descuento de 10 céntimos por litro durante todo el invierno, hasta el 31 de marzo.
Algunas de estas gasolineras, como Repsol, BP o Cepsa, ya aplicaban el descuento adicional de 10 céntimos por litro mientras estaba vigente la ayuda de 20 céntimos. De hecho, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia abrió a principios de diciembre un expediente para investigar a estas tres empresas por aplicar descuentos "agresivos" que podrían expulsar del mercado a las gasolineras más pequeñas e independientes que operan en el Estado español.
Las organizaciones de consumidores, sin embargo, cuestionan que estás prácticas se puedan catalogar como una rebaja o descuento y consideran que las petroleras están aprovechando la situación para fidelizar clientes y hacer campañas de marketing.
"Esto no es un descuento ajeno a ellas [las gasolineras], porque están vendiendo la gasolina al precio que les da la gana. Es una tomadura de pelo", argumenta Rubén Sánchez, secretario general de Facua. "¿Un descuento sobre qué? Si la tarifas la están decidiendo ellos o sus estaciones de servicio. Están jugando con lo que las rebajas que aprobó en su día el Gobierno para plantear que ahora ellos hacen un esfuerzo, cuando realmente se están forrando con unos precios que siguen siendo desorbitados por mucho que hayan bajado desde el verano", zanja.
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