El banquero Orcel y Santander se verán las caras ante el juez en abril

La audiencia previa para la demanda judicial interpuesta por el banquero italiano Andrea Orcel contra el Banco Santander por haberle retirado una oferta como consejero delegado del banco no tendrá lugar hasta el 13 de abril de 2020, dijo el viernes un portavoz del juzgado madrileño que llevará la causa.

Orcel, uno de los banqueros de inversión más reconocidos de Europa, presentó en junio una demanda por incumplimiento de contrato reclamando al banco presidido por Ana Patricia Botín una compensación de 100 millones de euros (111 millones de dólares).

El portavoz dijo que en la primera vista se tratarían "tecnicismos" como el objeto del proceso, la admisión de pruebas o el nombramiento de testigos. Con la audiencia inicial comienza un largo proceso legal que podría durar meses hasta la apertura del juicio oral.

El portavoz añadió que todavía no estaba claro si Orcel estaría presente en esta primera fase del proceso en abril o si estaría representado por su abogado.

El bufete español De Carlos Remón, que representa al banquero, no estaba disponible de forma inmediata, mientras que Santander declinó hacer comentarios.

Orcel alega como un elemento legalmente vinculante una carta de cuatro páginas escrita en septiembre de 2018 en la que Santander le ofrecía el puesto, junto con un paquete de compensación en acciones y complementos que podría perder al dejar UBS, el banco para el que trabajaba entonces.

Santander, en cambio, asegura que su carta de oferta original a Orcel no era un contrato como exige la ley española.

El primer banco de la eurozona señaló que se enteró a través de la demanda de Orcel de que en enero éste comenzó a grabar conversaciones privadas, sin el conocimiento ni el consentimiento de la otra parte.

La decisión del Santander de retirar su oferta supuso un inusual giro de 180 grados en un nombramiento de tan alto perfil en un banco importante. Orcel había dimitido como responsable del negocio de banca de inversión de UBS para aceptar la oferta de Santander.

Si bien es poco probable que el balance y la cotización de las acciones de Santander se vean afectados por una larga y agotadora demanda, el banco podría sentirse incómodo por la atención mediática, en particular en España, un país que aún se está recuperando de una de las mayores crisis bancarias recientes de Europa.