Este artículo se publicó hace 5 años.
RevolvingEl Banco de España avisa a los bancos sobre la mayor litigiosidad en el negocio de tarjetas de crédito
Los bancos españoles recurren cada vez más al negocio de los préstamos al consumo, con un saldo de unos 95.000 millones de euros, para mejorar los márgenes y la rentabilidad de su cartera crediticia. Las operaciones más recientes con tarjetas de crédito tienen rentabilidades próximas al 19,7%, frente al 2% de las nueva hipotecas.
Madrid-
Los bancos españoles podrían enfrentarse a un incremento de procesos judiciales por reclamaciones relacionadas con actividades de crédito al consumo como el crédito revolving, lo que se sumaría a otros riesgos que ya enfrenta el sector financiero, derivados en gran medida de tendencias globales y europeas, dijo el jueves el Banco de España.
En su informe semestral de estabilidad financiera, la institución gobernada por Pablo Hernández de Cos dijo que el año pasado se registró un aumento significativo de las reclamaciones relacionadas con tarjetas de crédito, así como de los litigios sobre los términos de contratos de crédito revolving, en particular las tarjetas de pago aplazado.
"Esto sugiere un potencial aumento de la litigiosidad en este segmento del negocio bancario", dijo el banco central, sin entrar a valorar el impacto material para el sector.
También señaló que la valoración del balance de riesgos para la estabilidad del sistema financiero español ha sufrido cierto deterioro en el último semestre por la revisión a la baja de las perspectivas económicas globales.
La agresiva campaña de los bancos españoles hacia el crédito al consumo ha suscitado preocupaciones por el potencial regreso de las lucrativas pero arriesgadas prácticas que llevaron al sistema financiero y la economía española a la crisis hace una década.
Si bien la concesión de este tipo de crédito se ha enfriado recientemente, ha subido más del 60% entre finales de 2014 y el segundo trimestre de 2019, mientras que los préstamos hipotecarios han caído un 11,5% en el mismo período.
Los créditos al consumo de 95.000 millones de euros (106.000 millones de dólares) representan apenas un 5% del total del préstamo bancario, pero los bancos españoles recurren cada vez más a este negocio para mejorar los márgenes y la rentabilidad de su cartera crediticia.
El crédito revolving, que está dentro del segmento de crédito al consumo, se diferencia de otros créditos al consumo en que suele tratarse de líneas de crédito sin un número fijo de plazos predefinido que se van renovando a medida que el cliente cumple con sus pagos.
Las operaciones más recientes con tarjetas de crédito tienen rentabilidades próximas al 19,7%, mientras que el retorno de las nuevas hipotecas para los bancos no alcanza ni el 2%, según datos del Banco de España de septiembre.
Aunque la institución no ofrece un desglose separado sólo para el volumen de crédito revolving, las nuevas líneas y tarjetas de crédito revolving ascendían a 12.800 millones de euros en septiembre.
Los riesgos legales señalados por el Banco de España en este segmento se suman a otros anteriores como los de ciertas cláusulas de los contratos hipotecarios, en concreto la utilización del índice de referencia de los préstamos hipotecarios (IRPH), sobre el que el Tribunal de Justicia de la UE debe pronunciarse en los próximos meses.
Al igual que otros bancos europeos, los españoles están sufriendo las consecuencias de las políticas monetarias del Banco Central Europeo, que el mes pasado hundió aún más en territorio negativo el tipo de depósito, complicando todavía más extraer rentabilidad del negocio tradicional del crédito.
A medio plazo, el Banco de España dijo que la prolongación de los actuales tipos de interés ultra-bajos supondría un reto para la estabilidad financiera.
La banca española sufrió una caída de sus ratios de rentabilidad de un punto porcentual en el primer semestre de 2019, hasta el 6,6%.
El organismo también dijo que la rentabilidad de los bancos podría verse sometida a presiones adicionales por la desaceleración de la economía, que en el tercer trimestre creció un 0,4% respecto al tercero.
En este contexto, el Banco de España dijo que "los supervisores macro y microprudenciales deberán seguir de cerca el comportamiento de los intermediarios bancarios y no bancarios y utilizar los instrumentos disponibles para frenar una eventual asunción excesiva de riesgos que pudiera tener implicaciones sistémicas".
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