Lo que para Mourinhoera un día más para el resto del mundo fue la primera gran prueba. Había que testar al equipo blanco y el examen salió con nota. Los jugadores no esconden su satisfacción y ya piensan en grande.

'Tenemos potencial para ganar la Liga de Campeones y esto ha sido la primera prueba de que podemos hacerlo, somos el Real Madrid y no tenemos miedo a nadie', señalaba eufórico Özil una vez terminado el partido.

Menos triunfalista, pero pensando en la misma línea, transita Casillas: 'El examen se ha pasado con nota alta. Hemos encarrilado una competición que para nosotros es muy importante'. Higuaín, para el que también el día era clave, reafirma la tesis del portero.

'Hemos demostrado que estamos muy bien este año. El Milan era una prueba para hacerlo y lo hemos hecho', sostiene el delantero argentino. Fiel a sí mismo, Mourinho rebajó el pistón nada más acabar la cita: 'Somos primeros en Liga y Champions, pero aún no hemos ganado nada'.

Es el luso a quien la prensa internacional señala como responsable del buen rumbo blanco. 'Mourinho está ya por delante en la obra de reconstrucción de un equipo que puede convertirse en un equipazo; Allegri tendrá que revisar sus ideas', comentó La Gazzetta dello Sport, el periódico deportivo más vendido en Italia, que calificó de 'lección' lo que se vio en el Bernabéu.

'Somos primeros, pero aún no hemos ganado nada'

También el Corriere dello Sport parece dispuesto a aceptar la tesis que señala al técnico como clave, y titula la crónica: 'Mourinho se bebe al Milan', para posteriormente ensalzar el partido de Cristiano.

No sólo en Italia encontraron alabanzas para el fútbol blanco. The Guardian, uno de los medios señeros ingleses, sumó argumentos al optimismo blanco: 'El partido terminó cuando casi no había comenzado, el Madrid gana con solvencia'. L'Equipe, en Francia, más de lo mismo: 'La máquina parece definitivamente lanzada, esto pinta bien para el Madrid'.

La euforia se ha instalado junto al Madrid. El equipo se lo cree y el mundo se declara admirado. Se agotan los adjetivos alrededor de Mourinho, el hombre milagro, el entrenador que siempre gana. Y también el más cauto ahora. Para él, el Madrid sigue en construcción.