La salud mental en el deporte: del olvido a su normalización
Según el Comité Olímpico Internacional, uno de cada tres deportistas de élite presenta síntomas de enfermedad mental
Carlos Gómez
Madrid-
Los problemas de salud mental han surgido en un ecosistema de una presión desmedida. El rompecabezas de su estigmatización empezó a desbloquearse con los testimonios de los principales referentes deportivos. En ellos, reconocían que su salud mental quedó erosionada con motivo de una infatigable presión deportiva.
La gimnasta estadounidense, Simone Biles, inauguró el telón de una realidad ignorada desde todas las parcelas sociales, abandonando los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 por problemas de salud mental. En su discurso, Biles desprendió la importancia de su decisión: "Está bien dejar pasar una competición para centrarte en ti misma".
Una oleada de deportistas se sumó a la gimnasta para esclarecer la realidad de los trastornos mentales en el deporte de élite. En nuestro ámbito nacional, una riada de deportistas actuaron como altavoces para dibujar esta realidad. El jugador de baloncesto, Ricky Rubio y la tenista Paula Badosa, fueron algunas de las caras visibles.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha diseñado nuevas metodologías para combatir esta realidad, creando un nuevo Plan de Acción sobre la Salud Mental. Este proyecto incorpora el aumento de recursos y la creación de nuevas metodologías para garantizar el bienestar mental de sus deportistas.
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