Hace algo más de tres meses, Ricardo Oliveira saltaba al césped del Sánchez Pizjuán con la camiseta del Zaragoza para enfrentarse al Sevilla Atlético. Esa tarde, Oliveira le marcó dos goles al filial. El delantero brasileño fue ovacionado por la afición sevillista en un guiño ante el presunto interés del club por incorporarlo en el mercado de invierno.

Hubo algo, un coqueteo que hizo verosímil la hipótesis de que el ariete fuese contratado por la entidad de Nervión después de su pasado en verdiblanco. 'Hubo rumores, pero nunca hablamos', reconoce el paulista. En la otra acera, Manolo Jiménez admitió el interés: 'Es cierto que es un jugador que me agrada y va a un buen equipo. El se lo pierde y nosotros, también. En su momento, le dije a Monchi que era de mi gusto'.

Esta noche, volverá al mismo estadio, pero seguro que el recibimiento no será tan cálido. Inicia su segunda etapa en el club verdiblanco en el campo del rival más enconado.

El fichaje de un punta era un clamor. Paco Chaparro rogó durante meses la contratación de un delantero que terminara con los problemas ofensivos. 'Aporta su personalidad y un compromiso para mí imprevisto. He hablado con él y anda muy comprometido, y está convencido de que vamos a ganar', destaca el entrenador.

Emana, mediapunta, es el máximo goleador con siete tantos. A José Mari se le rescindió el contrato, Pavone casi no cuenta y tiene las maletas hechas para regresar a su país, Argentina, y Sergio García ha demostrado que se mueve mejor en banda que de 9.

'Es un delantero de una categoría grande y va a aportar cosas que no tenemos. Mejoramos seguro porque hacía falta un delantero. Esperemos que nos devuelva la ilusión y ganemos, aunque él se lleve todos los elogios. Que sea nuestro salvador', apunta Arzu, centrocampista bético. Lopera avaló personalmente la operación y logró inscribir al brasileño a 25 minutos de que se cerrase el mercado de invierno.

Olvidadas han quedado las rencillas con el máximo accionista y el mal sabor de boca que dejó su marcha en 2006. Oliveira ha vuelto como la gran esperanza de un equipo con problemas de juego, de clasificación y de autoestima.

Su perfil goleador está llamado a ser el elemento definitivo que rescate al Betis del pozo de la clasificación. 'Es una referencia y un gran futbolista, pero no creo que un solo jugador vaya a cambiar la dinámica de un equipo o un club', opina Rivera en contraste con el parecer de su compañero Arzu.

La afición se agarra al recuerdo de su primera etapa. Los 26 goles de Oliveira catapultaron al Betis hasta la mejor temporada de su historia: conquistó la Copa del Rey y logró la clasificación para la Champions League. El club verdiblanco vivió el reencuentro con el fútbol tras un etapa oscura en el Valencia, donde nunca tuvo la bendición de Rafa Benítez. 'He pedido un sofá y me han traído una lámpara', llegó a decir el actual entrenador del Liverpool

Ahora, el brasileño contiene la euforia. 'No soy el salvador del equipo. Me van a exigir mucho y he venido a darle goles al club. Cada uno tiene su cuota de responsabilidad', avisa.

Sea bienvenida la advertencia. Oliveira vivió en sus carnes el hundimiento del Zaragoza a Segunda a pesar de sus 21 goles. Sergio García también sabe bien que con los nombres no se consiguen puntos. Y sumar es lo que necesita el Betis para escapar del agujero negro de los puestos de descenso. El brasileño ha llegado justo antes de afrontar el mes fatídico: Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal.

'Llámame en el día de la angustia y yo te responderé, dice el Señor, y tu me glorificarás'. Oliveira siempre selecciona este texto del Libro de los Salmos cuando le preguntan por su versículo de la Biblia favorito. En este mensaje se refugió después de una grave lesión de ligamento cruzado en un partido de Champions contra el Chelsea.

Además de ser la última noche en que vistió la camiseta del Betis, la inoportuna dolencia le costó quedarse fuera del Mundial de Alemania. Está consagrado como pastor evangélico desde julio de 2007.

Su regreso al Betis sorprende todavía más por el conflicto que mantuvo con Lopera. En esa etapa, en la que al mandatario del club le dio por amenazar a Joaquín con cederlo al Albacete, también tuvo una historieta parecida con el brasileño.

'La única oferta que tiene el Real Betis por Oliveira es de un equipo de Moscú; si se quiere ir, que coja la bufanda y se vaya', ironizó el dueño del club sevillano. Con la perspectiva que da el tiempo, el ariete admite parte de culpa: 'Cuando uno es joven, comete errores; me equivoqué'.

En Sevilla, se encontrará con Luis Fabiano, actualmente lesionado y uno de sus grandes rivales en la lucha por el puesto de delantero titular en la selección de Brasil.